Casado no tendrá que hacer frente al requerimiento del Gobierno para que aclare cuál es su posición sobre las advertencias de Marruecos a España

 

Por suerte para Pedro Sánchez y Pablo Casado esta semana no tienen que verse las caras al no haber pleno en el Congreso. Por suerte, el presidente del Gobierno se libra de responder de nuevo sobre los indultos a los líderes independentistas catalanes condenados por sedición, además de dar alguna explicación del confuso episodio de la salida del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, del aeropuerto de Pamplona hacia Argel tras un primer intento fallido. El presidente del PP, Pablo Casado, por su parte, no tendrá que hacer frente al requerimiento gubernamental de que aclare cuál es su posición sobre las advertencias de Marruecos a España sobre las consecuencias, todas negativas, de no reconocer al Sáhara Occidental como parte de su soberanía. El silencio es el patrón establecido en el PP, especialmente ante el comprometido contencioso diplomático con Marruecos, en el que evita mencionar las amenazas del país vecino y aclarar su posición sobre el Sáhara.

La crisis actual con el país africano, de una gravedad inusitada, preocupa con hondura al Gobierno. El PP es consciente de la dificultad de las relaciones con el vecino del sur, pero ahora no es su problema; no gobierna. No hay visos de que Pablo Casado vaya a hacer una declaración sobre la posición tradicional de su partido sobre el Sáhara, que no es otra que la de toda la Unión Europea: no se reconoce la marroquinidad del Sáhara, sino que este es un territorio por descolonizar, según resolución de Naciones Unidas.

El tiro del ataque al Gobierno se desvía hacia temas no ajustados del todo a la realidad, como que Sánchez desairó a Marruecos al no ser su primer destino tras ser investido presidente del Gobierno. Lo verificado es que Sánchez quiso visitar el país nada más llegar a La Moncloa, pero el rey Mohamed VI no encontraba hueco en su agenda, sobre todo porque estaba en el extranjero. El encuentro se produjo cuando el presidente español llevaba seis meses en el cargo.

Los Reyes también tuvieron que esperar. Por fin, en 2019, Felipe VI y Letizia viajaron a Marruecos después de dos aplazamientos, en 2017 y 2018, siempre a petición del rey alauí.

No, no sabía el Gobierno que Marruecos preparaba una invasión de su frontera de unas 9.000 personas. ¿Fallo de los servicios de inteligencia? De momento, no es motivo para que Casado considere que deba ponerse al lado del Gobierno, como sí están los socios europeos. ¿Qué hay que hacer y, sobre todo, decir sobre el Sáhara? Este es el problema. Silencio en el PP.

 
 

FUENTE: ELPAIS