A todos nos debería dar mucho miedo que nuestros jueces se pongan de huelga. Como son los representantes de uno de los Poderes del Estado, es como si se pusiera de huelga uno de los socios dueños de la fábrica, en vez de los obreros. Es una señal inequívoca de que la empresa “España” está al borde del abismo. Aún resulta más dramático el hecho de que el principal objetivo de su protesta no sean los recortes ni las subidas salariales, sino exigir mayor independencia del Poder Político y la dimisión inmediata del Ministro de Justicia.
En la escuela nos enseñaron eso de la división de poderes en los estados modernos. Si mal no recuerdo, nos decían que eran primero el Legislativo, segundo el Ejecutivo y tercero el Judicial. Pero el tiempo ha dejado aquello obsoleto, porque los dos primeros terminaron fusionándose en forma de “Poder Político” (el de los Partidos) y se le concedió la categoría de “Cuarto Poder” a la Prensa. Como el Poder Político es ahora la suma del Primero y el Segundo, tiene el doble de fuerza y tiende a comerse a los otros y a desestabilizar el sistema. El miedo nos entra cuando vemos lo que le sucede a la población de los países desestabilizados en la sección de “Noticias Internacionales” del 4º Poder.
La Prensa es presa fácil, porque los periodistas no suelen tener plaza de funcionario que les asegure su sueldo, así que son más proclives a prostituirse para servir al que se lo paga. El mismo hecho de que la “Gran Prensa” apenas haya mencionado esto de la huelga de jueces, demuestra sin lugar a dudas que está entregada a complacer al Poder Político.
En cambio, los jueces suelen tener plaza interina o en propiedad, así que no se prostituyen tan fácilmente, pero pueden ser víctimas de acoso o violación. Yo no sé la chica de La Manada, pero el Poder Judicial sí que dice haberse sentido violado por el Ministerio de Justicia en un asunto que, en realidad, ha resultado no ser más que un señuelo. Y mientras el periodismo sicario distraía a nuestro rebaño con La Manada, el Gobierno ha cambiado la composición del tribunal que juzga La Gürtel, substituyendo a dos jueces rebeldes por otros fieles al PP para que suavizaran una sentencia que se preveía mucho más dura ¡Díganme ahora si esto no es para que se nos pongan los pelos de punta y si no está justificada la huelga de jueces!
Y ahora, después de tantos toques de atención de la Unión Europea sobre las injerencias de los políticos en la Justicia Española, después de haber venido callándose durante años y años en miles y miles de asuntos de corrupción, después de haber mirado a otro lado ante las extrañas muertes de las Niñas de Alcaser, los de Bar España, de Blesa, Botín y hasta de la del mismísimo Fiscal General del Estado Mazón, más de 15 años después de haber permitido que cambien la composición del Tribunal Constitucional para rechazar el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Violencia de Género, los jueces por fin levantan la voz para decir ¡Basta ya!
Pues yo digo que ¡Bravo por ellos! ¡Olé sus cojones! ¡Más vale tarde que nunca! Y aunque pueda parecer que esto ya no tiene arreglo ninguno, un gesto de valentía antes de morir dejaría al menos un recuerdo decente para nuestra Democracia en los libros de Historia de los tataranietos de los inmigrantes que nos vengan a substituir debido a la crisis demográfica.
Pero lo que a mí me tiene realmente aterrorizado es el hecho de que, a pesar del bloqueo informativo, casi todos los españoles pensantes se han enterado de la huelga y de sus motivos, a nadie parece importarle un comino ¿Qué pasa aquí?
Pregunto a la gente y siempre me dan la misma respuesta: “El Poder Judicial está tan corrompido o más que el Político”. Nadie se quiere creer que al sanedrín de los jueces le importe la Democracia, ni la Justicia, ni el Orden ni el Bien, más bien están convencidos de que si ahora hacen una huelga será porque quieren que su trozo de pastel sea más grande. Son muchos años mirando a otro lado y participando en todas las trafullas. No se trata de algunos casos sonados aislados, sino de lo la rutina más cotidiana de muchos Juzgados de España. Todo el mundo conoce algún que otro caso de prevaricación descarada y muchos la hemos sufrido en primera persona.
El Poder Judicial nunca ha hecho limpieza en su casa. Por el contrario, cuando aparecen jueces admirables como Silva, Castro, Ayala, Salas o simplemente valientes como Garzón, los ha venido inhabilitando, desprestigiando o apartando para dejar ante todos bien claro de qué lado está. Ahora todos necesitamos tener esperanza en la salvación de este País y queremos creer en la nobleza de la motivación de esta huelga, pero esa imagen que nos ha venido dando no nos ayuda, necesitamos que la limpien.
Desde estas líneas me gustaría sugerir al Poder Judicial que, si quiere predicarnos limpieza en las reglas de juego, nosotros estamos dispuestos a escucharlo, pero necesitamos que a la vez de su ejemplo, que se despoje de sus trapos sucios y que se vaya aseando en la ducha con dos buenas manos de jabón, una para su corporativismo y otra para su propia corrupción.
Difícilmente veamos aseado ninguno de los poderes del estado pues el poder tiende a corromper a los que lo ostentan sin vigilancia ni control.