LOLA GARCÍA
La trastienda, ese espacio que no se ve, pero que alberga cosas importantes. Zonas a veces de luz y otras de oscuridad, cuyo principal valor es precisamente que no se ven a simple vista aunque las decisiones que se tomen en esos espacios sean importantes. La casa consistorial de la Glorieta también cuenta con ese fondo de armario en el que operan distintos actores de los partidos regionales, unos fontaneros que se vislumbran imprescindibles para los aparatos de las formaciones políticas municipales en este momento en el que las aguas siguen turbulentas tras las mociones de censura, una fallida y la otra exitosa.
El caso es que uno de esos fontaneros ya ha hecho su trabajo y los populares del Ayuntamiento de Murcia han tenido que tragar con la destitución de una empleada, personal de confianza, que llevaba tantos años en el PP del Ayuntamiento que ya se había confundido con la marca y el proyecto. La salida de este cargo de confianza deja a muchos pedáneos huérfanos y a los concejales sin una colaboradora fundamental que conoce los pormenores de la administración local al dedillo y que era el hilo conductor de los distintos mandatos municipales.
Su salida no obedece al trabajo realizado sino al posicionamiento exhibido de cara a una hipotética pugna por la presidencia del PP a nivel regional, en la que podría postularse Patricia Fernández, la alcaldesa de Archena, en detrimento del actual líder, Fernando López Miras. Un pecado, apoyar a la alternativa que pudiera presentarse, que no se perdona en ningún partido. Nada que ver con los temas locales o con decisiones adoptadas en el ámbito interno del grupo, que parecen no importar a los aparatos de los partidos a la hora de defenestrar o colocar a su gente.
El caso de los populares demuestra que, en estos momentos, en la Glorieta actúan distintos fontaneros o comisionados de los partidos regionales que intentan apadrinar a los grupos municipales. Los socialistas también cuentan con un equipo en la trastienda que intenta allanar ciertos caminos al Gobierno de coalición. Para muestra un botón. Hace unas semanas se reunieron el líder local de Podemos, Luigi Carinci, y el portavoz de Podemos en el Ayuntamiento, Gino Ruiz, con una delegación del PSOE encabezada por Javier Mármol, jefe de Gabinete del alcalde, José Antonio Serrano, y vicesecretario de política municipal.
A ese encuentro asistieron también Francisco Lucas, vicesecretario general y portavoz del PSRM-PSOE, y Jordi Arce, secretario de organización de este partido, dos pesos pesados del aparato del PSRM, al que siempre le ha gustado tutelar a los de la Glorieta. Antaño, a los portavoces del Ayuntamiento de Murcia Pedro López y José Ignacio Gras, también los quisieron meter por esa vereda sin éxito. Uno no repitió como candidato electoral a las elecciones municipales y el otro acabó dimitiendo tras una pugna con el regional.
Estas situaciones de tira y afloja entre la Glorieta y las sedes de los partidos siempre se han dado, pero ahora se producen sin apenas resistencia por parte de los grupos municipales del Ayuntamiento. Puede que esos fontaneros vengan a ayudar o puede que revienten las tuberías y se produzca un tsunami. Por nadie pase.