Se ponen sobre la mesa nuevas ideas para llegar hasta el punto en el que se considera que está el pequeño, como realizar una excavación a cielo abierto desde el lateral de la montaña
Los efectivos trabajan a contrarreloj para rescatar a Julen, un niño de dos años y medio que, según su familia, se precipitó ayer por un pozo de 107 metros de profundidad y tan solo 25 centímetros de diámetro en la Sierra de Totalán. Sin embargo, desde que saltaran las alarmas ya hace casi 24 horas, todavía no se ha conseguido ver al menor, según acaba de informar un portavoz de la Guardia Civil.
Bomberos y guardias civiles buscan aún el modo de acceder al punto donde se considera que está el pequeño, ya que, al parecer, se podría haber producido un desprendimiento de tierra a 78 metros de la superficie. Según ha indicado esta mañana la subdelegado del Gobierno en Málaga, María Gámez, a lo largo de las últimas horas se ha elaborado un mecanismo con el que se está retirando tierra.
Sin embargo, con este procedimiento solo se ha conseguido perforar unos 30 centímetros el tapón de tierra. Es por ello que los efectivos de rescate han puesto sobre la mesa otras tres alternativas para intentar hallar a Julen. «Éstas se pondrán en marcha conforme vayan llegando los medios técnicos que necesitamos», ha apuntado el portavoz de la Benemérita.
La primera de ellas también consiste en retirar tierra de ese tapón, pero mediante otra fórmula -que no ha especificado- que sería más rápida que la actual. La segunda, según ha relatado el agente, consiste en cavar un pozo paralelo.
El problema es que el pozo en el que se encontraría Julen no está entubado, por lo que habría que hacerlo. Al respecto, ha indicado que esta labor es fundamental, ya que al trabajar en la excavación del segundo, si no está protegido el primero, podrían producirse derrumbes.
En cuanto al tercero de los procedimientos, el guardia civil ha manifestado que se trata de realizar una excavación a cielo abierto desde la ladera de la montaña. De hecho, en estos momentos acaba de llegar a la zona un camión de grandes dimensiones y una máquina excavadora a la zona.
El portavoz de la Benemérita ha expuesto que se irá trabajando en estas fórmulas de forma paralela. «Se pondrán en marcha en cuanto lleguen los medios», ha insistido.
Finalmente, ha destacado el compromiso de todos los efectivos de rescate y la colaboración de empresas privadas, que han ofrecido alternativas desde todos los puntos de la geografía española. Mientras tanto, ha apuntado, se trabaja sin descanso con un solo objetivo: localizar al pequeño Julen.
La maldición de la familia del niño del pozo
Vicky y José viven en El Palo, un popular barrio situado en el este de Málaga. José y Vicky, muy conocidos en El Palo, sufren desde ayer por la tarde una angustia máxima. Yulen, su pequeño de dos años, se cayó en un agujero de una profundidad de unos 110 metros y de apenas 25 centímetros de diámetro. La maldición ha vuelto sobre esta familia de El Palo. El hermano mayor del pequeño (Oliver) murió en 2017 de un ataque al corazón, según ha confirmado su abuela a El Confidencial. Oliver tenía en ese momento tres años. Ahora sus padres luchan para rescatar con vida al chico, que sigue atrapado después de que esta madrugada se haya producido un derrumbe en el interior del agujero. 100 personas participan en el dispositivo de búsqueda para tratar de rescatarle.
Tanto José como Vicky relataron a la Guardia Civil que el niño cayó en el orificio, también que escucharon llantos del pequeño, pero luego ya no. Los trabajos se centran en acceder con una cámara para visualizar dónde se encuentra el pequeño, que hasta ayer por la noche no había sido ubicado, aunque había alcanzado unos 75 metros de profundidad; también se trata de averiguar si hay agua en el fondo del agujero. Solo se ha encontrado una bolsa de chucherías, que se cree es del menor.
El día empezó perfecto. Tocaba almorzar una paella. Estaban rodeados de amigos en una finca situada justo en el límite entre Totalán y Málaga. Para acceder al terreno, hay que ascender por una carretera en la que hay que tener puesta la primera marcha de velocidad.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quiso desplazarse hasta el lugar de los hechos para ofrecer apoyo a los padres del niño. También estuvieron la subdelegada del Gobierno, María Gámez, y el delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, Francisco Fernández España. En el plano político, todos los líderes nacionales expresaron su solidaridad con la familia.
Los padres del pequeño viven en una zona de viviendas protegidas. Solían aprovechar la escasa distancia en tiempo de El Palo a Totalán (unos 20 minutos en coche) para irse a la finca. Allí, sus hijos corrían en libertad y se sentían a gusto, respirando el aire puro. Nadie podría presagiar que el domingo se iba a convertir en una pesadilla tras la caída del pequeño.
Noche muy larga
Las autoridades movilizaron a un centenar de efectivos de la Guardia Civil, Protección Civil y Bomberos. También hubo un despliegue de empresas privadas que se ofrecieron para ayudar, como compañías que enviaron robots para conocer la profundidad del pozo. Apareció un problema cuando un robot, según informó la Guardia Civiil, se encontró con «arena húmeda». El dispositivo no logró superar los 78 metros de profundidad.
La noche fue larga, demasiado larga, en Totalán. La temperatura bajó de los cinco grados y la humedad calaba en todo el cuerpo. Familiares del niño llegaron a la zona, tras sortear la carretera, estrecha y repleta de curvas. Un equipo de psicólogos también estaba preparado. El dispositivo de rescate para encontrar a Yulen no ha desfallecido ni un solo momento.