PUNTO DE VISTA DEL COLECTIVO OPINIÓN PÚBLICA
A pesar de la profesionalidad y fama reconocida de nuestros hombres y mujeres que se encargan de la seguridad del Estado y ciudadana, salvo los de inteligencia que actúan directamente a las órdenes de los Ministros de Interior, Defensa y Asuntos Exteriores, coordinados por la vicepresidenta del Gobierno, la poliédrica Soraya, los resultados no logran tranquilizar a la opinión pública española y regionales, ni siquiera en la espinosa y delicada lucha antiterrorista que lógicamente no depende de nosotros sino así mismo de nuestros aliados de la NATO y de países más o menos afínes, ni siquiera de las naciones de estirpe latina hoy acosadas por un populismo seudoleninista vinculado al narcotráfico millonario. Los ejemplos de Colombia-diecienueve años de guerra en las selvas y los cascos urbanos-apoyada por la Casa Blanca. Bolivia, una dictadura radical, Perú, Méjico, Brasil, Venezuela y Nicaragua, es una muestra inquietante de que la delincuencia se ha globalizado y que se mueve violentamente manchada de sangre. Las cárceles de nuestro país están llenas de delincuentes extranjeros, rondando el 37% de la población reclusa que cuesta un riñón y medio a las arcas del Estado. Unos 34.000 euros anuales por cada encarcelado. Las fronteras se han abierto casi del todo y nos llega lo peor de lo peor, sin que se hayan establecido normas selectivas, firmes y adecuadas por los organismos policiales de la Unión Europea. Los infiltrados más temidos nos llegan de naciones del Este ex comunistas, iberoamericanos y del oscuro mundo africano en donde impera la ley del más fuerte, las dictaduras salvajes coronadas o no.
Hoy publica MURCIA TRANSPARENTE una columna crítica que con el título de AL DELEGADO DEL GOBIERNO que pone al descubierto, en carne viva, el aumento de la delincuencia en la Región de Murcia, que culminó el martes con el asalto a un chalet de Las Torres de Cotillas ocupado por dos mujeres que se vieron maltratadas, robadas e indefensas. No es la primera vez. En determinadas urbanizaciones residenciales murcianas de alto nivel se han contratado servicios de vigilancia privada que funcionan a partir de las nueve de la noche hasta las siete de la mañana. Da igual. Roban, asaltan, golpean y trafican con drogas durante el día. Nos informan que durante años la droga ha sido un modo de ganarse la vida en núcleos urbanos de la Región descontrolados, y se quejan de la falta de vigilancia adecuada, salvo en los casos de infracciones de tráfico, en este caso no fallan, «hace meses contrataron una empresa particular que saqueó nuestros bolsillos». En tres localidades de la Vega Media. Incomprensible y abusivo sablazo municipal con abusivo afán recaudatorio ¿ilegal?.
Opinamos, a la vista de que no van a disminuir las actividades delictivas, que los servicios del seguridad ciudadana necesitan amplias reformas, ampliación de personal y mejorar medios. Desde la cúspide de mando a la base. La figura del delegado del Gobierno quien tiene a su mando a las policías del Estado, y los alcaldes las locales, pero supervisadas, es anacrónica, inadmisible y políticamente deleznable, porque incluso las fiscalías están bajo su control administrativo. Generalmente los delegados del Gobierno suelen ser personajes rodados, veteranos militantes e íntimos de los barones de los partidos políticos, cuando debería ser todo lo contrario. Lo ideal es erradicar esta figura que antes se llamaban gobernadores civiles, y a la llegada de la democracia, delegados. El primero que nos tocó en Murcia, fue el periodista de la televisión, abogado y alto cargo del PP, FEDERICO GALLO, que fue , quizás el más competente de los que nos enviaron desde La Moncloa, si tenemos en cuenta que Felipe González, en 1983 nos envió a su dentista. Hoy gozamos del privilegio de tener para tan delicado cargo a un genio, Bernabé, ex alcalde de La Unión, amigo personal del amo Valcárcel y cabreado ex portavoz de los ciudadanos de allá lejos que clamaba al cielo, encendido por el desvergonzado asunto de la Bahia de Portmán, tan canallesco como lo del Mar Menor, ejemplo de incompetencia máxima del bipartidismo murciano, probablemente el peor de España. Sigue manteniéndose, como la rapiña corrupta de Camposol de proyección escandalosa mediática europea. Por supuesto, a la vista está, salvo que lo niegue, tampoco se enteró correctamente del negociete de la desaladora de Escombreras. Tampoco la autoridad mayor de la Región, camarada Valcárcel.
¿Entonces, en caso de no desaparecer esta figura decimonónica, altamente politizada por sus partidos y jefes, quiénes deberían ocupar las delegaciones del Gobierno en nuestro país? Difícil, pero se me ocurre que los profesionales altamente respetados de abogados del Estado, gente preparada, generalmente imparciales. O los fiscales, el ministerio público, que en otras naciones civilizadas se incorporan a la vida política y suelen dar resultados. Apostamos, no con excesivo entusiasmo, por profesionales competentes, reconocidos por la sociedad civil regional. Incluyo empresarios o trabajadores de profesiones liberales. O elegidos en unas elecciones regionales, libres de polvo y paja. A modo de un referendúm, como los fiscales en otros países desarrollados y elevado coeficiente de inteligencia, sentido común y honradez.
Total, todo es mejorable, pero lo que hay en la viña del Señor nos parece innegociable, salvo en raras ocasiones. Que te roben brutalmente y de paso violen a tu hermana o hija es el espejo del made in Murcia y en el resto de Spaín. Otro día hablaremos de los perros abandonados ahora que se acerca el verano, y maltratados en peleas organizadas por mentes criminales. Una delicia, jefe. Fijense parlamentarios en huelga de brazos caídos. Un niño de diez años ha visto en las televisiones y en el cine más de diez mil escenas violentas con muertes, estimulante. Ahora, aquí al lado, en el chalet vecino o en las calles de Barcelona, que no son delictivas según claman los golpistas y los socios podemitas, mientras el colegui Icéta se escaqueaba de vacances de pasión por San Pedro departiendo mesa y mantel con «Pilarica la púnica», senadora bien pagá por obra y gracia del exiliado divo de los billares Marfil (antigua Gran Vía) Míster Equis .