Nada está decidido ante las elecciones autonómicas de Cataluña del próximo 21 de diciembre. Y quien dé por hecho que los independentistas volverán a ganar, podría llevarse una sorpresa. Según la última encuesta de GAD3 realizada para ABC, los partidos constitucionalistas sumarán hasta ocho diputados más, y podrían incluso adelantar a las dos formaciones independentistas: ERC y Junts pel Catalunya. Los resultados de la encuesta reflejan un tablero muy complicado a la hora de sumar mayoría en el Parlamento catalán para poder formar Gobierno.
El trabajo de campo de la encuesta se hizo entre el 13 y el 16 de noviembre, con 801 entrevistas en Cataluña. El estudio recoge con más reposo, por tanto, el estado de la opinión pública catalana después de un mes y medio de acontecimientos frenéticos, que culminaron con la aplicación del artículo 155 en la Comunidad. Las medidas excepcionales de ese artículo estarán vigentes, según el decreto aprobado en La Moncloa, hasta que se forme un nuevo Gobierno autonómico, algo que no parece nada sencillo a día de hoy.
A los independentistas les resultará complicado reeditar su pacto con la ultraizquierda de la CUP. En enero de 2016 ya lo consiguieron cerrar in extremis, a costa de sacrificar a Artur Mas, como exigían los «cuperos», más interesados en el «mambo» anarquista que en una eventual república, como ellos mismos han reconocido. En las elecciones de septiembre de 2015, Junts pel Sí (que unió en una sola candidatura a ERC y la antigua Convergencia, junto a activistas de todo tipo) logró 62 escaños, y después alcanzó la mayoría absoluta (situada en 68 diputados de un total de 135) gracias al apoyo de la CUP (10 escaños). En total, los independentistas y la ultraizquierda sumaron 72 diputados hace dos años.
Ahora tendrán difícil llegar a esa mayoría absoluta, por lo que podrían quedarse sin Gobierno. Según GAD3, una vez rota la coalición Junts pel Sí, ERC sería el partido más votado en Cataluña, con el 23,1 por ciento de los votos y entre 35 y 37 diputados. Mientras, la marca heredera de Convergencia y el PDECat, ahora bautizada como Junts pel Catalunya, se descalabra y se queda con 24. Hay que recordar que en 2010, justo antes del desafío independentista, CiU era la primera fuerza con 62 diputados. Artur Mas primero, y Carles Puigdemont después, han situado al otrora partido hegemónico catalán en palmero de ERC.
Puñado de votos
El partido de Junqueras y Rovira más el de Puigdemont alcanzarían entre 59 y 61 diputados. Si su objetivo es insistir en su estrategia fallida y volver a mirar a la CUP, las cuentas podrían no salirles, ya que los «cuperos» caen desde los 10 diputados hasta los siete u ocho. Un retroceso que puede explicarse por la desmotivación de un electorado muy radical, que se desencanta con facilidad de la política institucional cuando no ve logrado su objetivo. Con estos resultados, la coalición que intentó el golpe a la democracia podría quedarse con 66 diputados, dos por debajo de la mayoría absoluta.
Un puñado de votos podría inclinar la balanza de un lado o de otro, ya que si los restos les favorecen los independentistas podrían ir hasta los 69 diputados. De ahí que los constitucionalistas insistan de una forma especial en la movilización de un electorado que se activa más en las elecciones generales que en las autonómicas, y que está más cerca de sus posiciones.
La movilización será una de las claves del 21-D, y todo apunta a que será más alta que en citas anteriores. En la encuesta de GAD3 se prevé una participación del 82 por ciento, cinco puntos por arriba de las elecciones de septiembre de 2015. Esa mayor movilización podría beneficiar a los constitucionalistas, que suelen sufrir un retroceso de apoyos en las autonómicas por la pasividad de algunos de sus votantes. Así, Rajoy se ha marcado como objetivo atraerse a esos votantes de las elecciones generales que cuando llegan las autonómicas se quedan en casa.
Subida de Ciudadanos
Esa mayor participación de electores constitucionalistas puede llevar a Ciudadanos, PSC y PP a empatar en número de votos con el bloque separatista. Según GAD3, los tres partidos que han dirigido el golpe a la democracia sumarían 1.974.000 votos, mientras que Ciudadanos, PSC y PP llegarían hasta los 1.966.000. Les separan 8.000 votos. Pero hay otros 409.000 votantes de otros partidos, que definitivamente dejan en minoría a los independentistas.
Ciudadanos pisa los talones a ERC, con un 22,3 por ciento de votos, solo ocho décimas menos que el partido de Junqueras, y 29 o 30 diputados, hasta cinco más que hace dos años. La intención de su candidata, Inés Arrimadas, sería encabezar la alternativa junto a los defensores del Estado de Derecho. Pero no será nada fácil.
El PSC de Miquel Iceta también sube, del 12,7 al 15,1 por ciento, hasta los 19 diputados, tres más que en las elecciones de 2015. El Partido Popular, sin embargo, baja en estimación de voto, del 8,5 por ciento pasaría al 7,8 por ciento, y podría perder uno de sus 11 diputados. Pese a este retroceso de la formación que encabeza Xavier García Albiol, el balance de las fuerzas constitucionalistas es positivo: un 45,2 por ciento de estimación de voto, 6,1 puntos más que en 2015. Las tres fuerzas separatistas suman un 45,4 por ciento.
El empate técnico puede ser roto por la séptima fuerza en liza: la Catalunya en Comú de Ada Colau. Los «comunes»bajan de 11 a 8 o 9 diputados, pero en el «sudoku» parlamentario podrían ser decisivos a la hora de decidir un Gobierno.
FUENTE: ABC