Alfredo Pérez Rubalcaba, histórico líder socialista, ha fallecido este viernes tras sufrir el miércoles un infarto cerebral. A pesar de que el político fue trasladado al hospital Puerta de Hierro en una UVI móvil y consiguieron disolverle el trombo, los médicos habían advertido que las 72 horas siguientes eran fundamentales para determinar la evolución de la enfermedad.

Las muestras de cariño y de apoyo en los medios y en las redes sociales se han sucedido durante las últimas horas, desde el presidente en funciones, Pedro Sánchez, hasta el expresidente popular Mariano Rajoy.

Rubalcaba entró en política en 1982 con el Partido Socialista y no fue hasta 2014 cuando abandonó su escaño en el Congreso. Una vida entera dedicada a la política que tiene sus puntos álgidos en momentos como su victoria en las primarias socialistas en 2012 o sus etapas al frente de las carteras de Educación, Interior, o Vicepresidencia con Felipe González y con José Luis Rodríguez Zapatero.

Su papel en la desaparición de ETA

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha aprovechado una comparecencia en Bilbao para destacar este jueves la«magnífica» e «inteligente» labor de Rubalcaba al frente de dicho ministerio para contribuir al fin del terrorismo de ETA. Según ha dicho, el socialista estuvo al frente del Departamento de Interior durante cinco años, «en unos momentos decisivos en la derrota de la organización terrorista».

Además, ha recordado que, hace escasos días, el pasado 3 de mayo se cumplió un año del anuncio de la disolución definitiva de la organización terrorista, después de que el 20 de octubre de 2011 comunicara el fin de su actividad.

El presidente por aquel entonces, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció una hora después del comunicado de ETA para anunciar que se trataba de «untriunfo definitivo y sin condiciones«. Además, agradeció a Rubalcaba la acción tenaz y eficaz de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Por su parte, el ministro del interior explicó que se trataba de «un día para celebrar la gran victoria de la democracia«.

El 20 de octubre del año pasado, Rubalcaba compartía un mensaje en sus redes sociales en el que recordaba que se cumplían siete años de la declaración de ETA en la que anunciaba el final definitivo de la violencia: «Acosada policialmente y aislada social y políticamente, la banda terrorista tuvo que admitir su derrota, sin haber alcanzado ninguno de sus objetivos». «La verdad es esta: la democracia ganó y ETA fue derrotada», destacó.

Elegido secretario general del PSOE

En el 38º Congreso del PSOE en Sevilla el 4 de febrero de 2012, Alfredo Pérez Rubalcaba, militante del PSOE desde sus años en la clandestinidad en 1974, fue elegido, por un escaso margen de 22 votos frente a Carme Chacón, cuarto secretario general del Partido Socialista, después de Felipe González, Joaquín Almunia y José Luis Rodríguez Zapatero. Para Rubalcaba esta victoria supuso una muestra de su capacidad de supervivencia ante las adversidades (unos meses atrás había perdido las generales) y renovar las esperanzas sobre él y su proyecto.

Antes, se había presentado como candidato a la Presidencia del Gobierno de ese mismo partido -sin necesidad de acudir a primarias- en las elecciones generales de 2011, cuando el PSOE perdió frente al PP de Mariano Rajoy. Dos años después, Rubalcaba decidió poner fin a su etapa en la política profesional y abandonar su cargo como secretario general; tras su marcha, Pedro Sánchez fue elegido como su sucesor.

Impulsor de la Ley LOGSE de educación

Rubalcaba siempre ha sido considerado el cerebro en la sombra del socialista Javier Solana y el verdadero artífice de las principales leyes educativas de la época, como la polémica LOGSE, antecesora de la LOMCE, que tantos quebraderos de cabeza les dio a los populares.

Fue también Solana quien solo un año después sugeriría su nombre para el nuevo macroministerio de la portavocía, la presidencia y las relaciones con las Cortes que Felipe González crearía en junio de 1993, un cargo que convirtió a Rubalcaba en la cara del Gobierno de los Gal y de la etapa más negra del felipismo, salpicada por múltiples escándalos.

El «carné por puntos» y el ‘caso Faisán’

Durante su época como ministro del Interior en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Rubalcaba fue el ideólogo de la puesta en marcha de la que en su época fue una polémica medida, el «carné por puntos», una iniciativa clave a la que se opusieron muchos y cuya eficacia se ha demostrado a lo largo del tiempo.

En época al frente de la cartera de Interior, al exlíder socialista se le involucró también en el origen del ‘caso Faisán’, que le acabó estallando años después en plena carrera presidencial, por el procesamiento de la cúpula de la Policía como autora del chivatazo a ETA que en 2006 desbarató una operación contra la red de cobro del “impuesto revolucionario” que operaba desde el bar Faisán de Irún.

Profesor, político, profesor

Tras las elecciones generales de 2011 -en las que cosechó una gran derrota- y su elección como secretario general del PSOE en 2012, Rubalcaba decidió, en junio del año 2014, abandonar la primera fila de la política, renunciar a su escaño en el Congreso y volver en septiembre a su puesto de profesor en la facultad de Química de la Universidad Complutense de Madrid, de la que es doctor. El exdirigente socialista fue diputado en el Congreso desde 1993, con su partido en el poder y en la oposición, y por varias circunscripciones como Cantabria, Cádiz o Madrid.

No quiso volver a la primera línea de la política ni siquiera cuando Pedro Sánchez le propuso presentarse como candidato a la alcaldía de Madrid. Hasta ahora, era profesor titular de la asignatura de Química Orgánica de la Complutense.

Defendió la abstención el 26-J

El exsecretario general socialista afirmó también que si hubiera estado en el lugar de Pedro Sánchez al día siguientes de las elecciones del 26 de junio en 2016, habría optado por facilitar la investidura a Mariano Rajoy a través de la abstención, al no ser viable un Gobierno alternativo.

Rubalcaba defendió sin ambages la vía de la abstención al considerar que unas terceras elecciones serían «muy malas para la democracia y la credibilidad de las instituciones» y empeoraría los resultados del PSOE.
 
 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL