Se trata de las víctimas de la riada de San Wenceslao de 2012 en Campillo y Torrecilla, que también han sufrido los efectos de la DANA

 

Bajo el lema ‘7 años de espera. ¿Empezarán a trabajar ya? Nos va la vida en ello’, los afectados por las inundaciones de 2012, con motivo de la riada de San Wenceslao en las pedanías lorquinas de Campillo y Torrecilla, saldrán a la calle el próximo domingo para exigir a las administraciones que cumplan con la promesa de solucionar un problema que se ha vuelto a repetir tras la última gota fría.

El acto, que comenzará a las 10 horas, consistirá en una concentración en el punto conocido como ‘Copo de Miñarro’ para recorrer juntos algo más de 3 kilómetros de las zonas afectadas por las inundaciones, desde el lugar de partida a través del cauce de la Rambla de Béjar hasta alcanzar el camino ‘Boquera de Béjar’, con retorno hacia el ‘Camino de los Pozos’.

Las pedanías más afectadas por la inundación de San Wenceslao así como por la última gota fría, son las de Campillo y Torrecilla donde sus vecinos afirman que 7 años después de la catástrofe «nada se ha hecho todavía para evitar situaciones de este tipo».

En Campillo aún siguen desaguando agua desde las últimas lluvias «como si se tratase de un lago», según el presidente de la asociación vecinal, Joaquín Giner. La solución, según Giner, pasa por construir cauces que lleven el agua procedente de las ramblas y brazales que atraviesan la zona hasta el Puente El Bao y desde allí hasta la Rambla de Biznaga.

Lo que se pretende con esta concentración y posterior marcha a pie, según Giner, «es mantener viva la llama reivindicativa para que comprendan que es urgente solucionar el problema después de siete años esperando». Añade que «en ello nos va la vida porque estamos hablando de miles de personas que viven en una zona con unas características especiales que se juegan la vida cada vez que se produce un episodio de gota fría o llueve en abundancia».

Recuerda asimismo que hasta Campillo llega también el agua procedente de la ciudad de Lorca a través de la Rambla de Tiata que, junto al resto de ramblas y brazales que desembocan en la pedanía, hacen que se produzca un embalsamiento que hay que soportar durante semanas, arrasando cosechas o invadiendo viviendas ya que todo se convierte en un auténtico lago. En este sentido advierte que para desaguar el último embalsamiento se ha construido una zanja de dos kilómetros de longitud por la que aún sigue saliendo agua. Reconoce, no obstante, que por parte del Ayuntamiento, en terrenos de la Confederación Hidrográfica del Segura y con cargo a una partida de dinero procedente del Gobierno central «se ha construido un pequeño cauce entre los puentes de la autovía y El Bao, que aún estando sin finalizar, ha cumplido una función muy importante como ha sido la de absorber el agua».

La Corporación municipal de Lorca, incluido el alcalde, ha anunciado que tiene previsto sumarse a la marcha.

 

 

FUENTE: LAOPINIONDEMURCIA