EL PATRÓN UNIVERSAL DE LAS ÉLITES POLÍTICAS, Y ESPAÑOL
En estos combates púnicos vale de todo, desde matar romanos, pasear en sencillo yate de doce metros de eslora volando sobre las límpidas aguas del Mar Muerto murciano a paradisiácos e idílicos cruceros comprados ladrillo a ladrillo o pagados intercambiando tarjetas bancarias de crédito amoroso. El inventor de la famosa lista negra y pecaminosa fue un BORGIA valenciano, un Papa corrupto número 214 que inició su brillante carrera en la parroquia de San Esteban (otros autores creen que en Patiño), practicando el nepotismo familiar, pecadillo venial de nada que como mucho puede favorecer a un cuñadísimo o un culto sobrino o a un negro de una pedanía que pastorea a la militancia, la fiel infantería.
El tal Papa llamado ALEJANDRO VI, que tuvo cuatro hijos y una hermosísima hija que se desmandaba en la cama, los Borgias, españoles cien por cien cuando la democracia no había asomado como penitencia a tanto pecado mortal y capital y lo del separatismo empezaba a crecer con sutileza trapera o agitanada de perfil financiero, cansado el honrado Sumo Pontífice y padre de tal larga prole conocida, de tantas críticas palaciegas, informes secretos de un agente murciano, cronista llamado R.F. murmuraciones de la plebe tabernaria, siendo muy transparente decidió el borde cortar por lo sano y dar ejemplo de que sus actividades financieras eran fruto de un trabajo agobiante, tantas que nunca supo lo que se urdía en los despachos de sus fidelísimos cooperadores necesarios. Su deseo era brillar como un sol agosteño, tanto como el regidor monseñor Cámara.Le vino la genial idea, inspirado por el Espíritu Santo que tanto influyó en su elección como así mismo sus Consejeros, los denominados popularmente los MINDUNDIS EN ACCIÓN o «patas negras», editar un BREVE a modo de encíclica o comunicado de prensa , señalando con todo lujo de piadosos detalles los peores pecados para ser castigados con la mayor dureza en el criterio rectilíneo de fiscales y jueces del papado romano, salvo que los pecadores formaran parte de las numerosas camarillas, hasta doce y reales, que en un futuro fueron llamadas partidas, partidos y cofradías de caciques del Pontificado, servidores eclesiales.
Este amplio segmento social ya en pleno Siglo XIX, creció incorporándose la Patronal o empresariado que recibía un trato especial previo pago de un, dos, tres y cuatro por ciento por sus buenas obras con los ladrillos de oro, aunque los cronistas de la época nos informan que los catalanes, una raza aparte hasta entonces desconocida, metían excesivamente ambas manos aunque clamaban al cielo que le robaban gentes de una tribu entonces minoritaria a la que le denominaban mafiosos. Seguro que mis numerosos lectores ya han adivinado lo que no debo dejar escrito o señalar. No me olvido de vascos y navarros con sus fueros y prebendas. A estos el caudillo Franco, el gallego no el francés ni el afrancesado Puigdemont, les concedió la Laureada, porque mataban correctamente y sin mover un músculo.
Aquel BREVE fantástico paso a la Historia Universal con el título positivista de AGE QUOD AGIS, que traducido al castellano más conocido por español en el Ríf marroquí nos aconseja de HAZ LO QUE HACES, incluso ir de excursión a Andorra paraíso y banco de los chicos de la paz de la CUP, que se excusan como buenos demócratas cuando le dan guantazos a los guardias civiles o a los policías nacionales, esclavos del Gobierno de turno que les paga como a un moro sin papeles.
Aquello si que era historia y hazañas y aquel eslogan empírico que hoy es, se le denomina fascismo, comunismo celestial o yihadismo de hombres de paz. Todo sucedió a la llegada gloriosa de la caballería montada de Pablo Iglesias, el LUTERO reformista de Europa y la vieja España, país de países o nación de naciones o franquicias de El Corte Inglés. Cambió en mala hora aquel eslogan romano por este más patriótico AMARE PATRIAE EST NOSTRA LEX. La traducción es facilona: AMAR A LA PATRIA ES NUESTRA (o cosa nostra) LEY.
El que suscribe ignora a cual de las 17 Españas se refiere el pico de oro nihilista, el vendedor de ideas, barato barato e íntimo de ese tirador de élite Arnaldo Otegui, el famoso verdugo que mató en sus malos tiempos en Cataluña y ahora desfila del brazo de los canallas revolucionarios populistas.Vale todo. Y termino publicando con transparencia los SIETE PECADOS CAPITALES más comunes de las élites del sistema políticos y sus cooperadores necesarios. A saber. LUJURIA, PEREZA. GULA.IRA. ENVIDIA. AVARICIA Y SOBERBIA.