El mayor de los Mossos se presentó en el despacho de la magistrada el domingo para quejarse de las cargas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil

 

La tensión entre el Cuerpo Nacional de Policía (CNP), la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra es una evidencia tras las imágenes que hemos visto a lo largo de estos últimos días sobre los acontecimientos del domingo. La confianza que existía entre los cuerpos policiales se ha dilapidado, pero también la que mantenían con la judicatura.

El pasado domingo por la mañana, la jueza Mercedes Armas estaba en su despacho en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)supervisando el operativo desplegado con motivo de la convocatoria del referéndum ilegal. Recibió una llamada del mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, que demandaba verse con ella. La jueza aceptó, y lo citó.

TAMBIÉN EL CORONEL

Acto seguido, la magistrada descolgó el teléfono y convocó a la misma hora en su despacho al coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, encargado de la coordinación de los todos los cuerpos policiales.

Ambos oficiales se encontraron en la antesala del despacho de la jueza. «¿Qué haces aquí?», preguntó el coronel al mayor. «Estoy esperando a que me reciba la magistrada«, le contestó Trapero. Llegada la hora, la jueza les hizo pasar, a los dos, ante la sorpresa del jefe de los Mossos, que aguantó el desplante porque pensaba que él iba a ser recibido a solas. No fue así.

LA VIRULENCIA DE LAS CARGAS

Mercedes Armas inquiere a Trapero el motivo de la petición de su reunión. El mayor tomó la palabra y se quejó de la virulencia de las cargas que estaban realizando aquella mañana la Policía Nacional y la Guardia Civil. La jueza le contestó seria, y le recriminó que hablara de otros cuerpos, y no del suyo. «¿Qué han hecho hasta ahora ustedes?», preguntó.

Trapero contestó raudo. «Lo que nos pidió», dijo. «Yo no les he pedido nada», precisó la magistrada. «Les he dado una orden. Ahora vuelva a su trabajo, cúmplala, y ya hablaremos».

EN POSICIÓN DE FIRMES

Finalizó la reunión. La tensión se mascaba en el ambiente y el buen rollo entre el mayor y la jueza del TSJC, si es que alguna vez había existido, desapareció. Lo había puesto firme.

La confianza tampoco parecía ser el hilo conductor de la reunión. Tras esta secuencia, habrá que estar atento a la reacción de Mercedes Armas sobre la actuación de la policía autonómica, aunque da la impresión de que ya tiene una idea hecha.

 

 

FUENTE: ELESPAÑOL