Diríase que el desigual gobierno de coalición muestra poco criterio y determinación a la hora de afrontar asuntos importantes, y se comporta con insólita torpeza al pretender cumplir en solitario los ambiciosos objetivos fijados para esta legislatura, vacilando sin conseguir transmitir una sensación de control en el Consistorio. El Regidor ama los charcos, le atraen, goza, se crece en ellos y castiga sin tregua a Ciudadanos que tendría que haber sido su flotador, pero algo se le escapa y no logra mostrar el cuajo necesario en una situación de fuerte desorientación política, social y económica por todo lo ocurrido en estos dos años de desgobierno para olvidar.                                                                                                                          

El Primer Edil tiene una extraña pasión por los charcos, se calza las “katiuskas” e inicia el chapoteo de charco en charco como un progre bravucón. Con las botas puestas acomete enervado los pérfidos ataques al Gobierno Regional “sin ton ni son”, una grave torpeza tacharles de tránsfugas enfrentando a la portavoz liberal, lanzando erróneamente sus punzantes mensajes y abusando incluso con excesiva autoridad de la política de comunicación adulterada por la “red clientelar”. Pero nadie ha salido a explicar de manera comprensible por qué llegan pocas o ninguna inversión regional a Mazarrón, más le vale que gestione eficazmente sus competencias de Alcalde.                                                                                                                             

La difusa línea entre la defensa y la justificación sin explicación, volvió a jugar una mala pasada a Gaspar Miras en este Pleno ordinario de Julio. Esa es hoy la clave del pulso político, sin intentar cuestionar la sólida pervivencia de sentimientos ideológicos, que bien se podría, y hacer correr “ríos de tinta” sobre el antagónico gobierno bipolar o, si se tira de hemeroteca a cerca de mentores, adláteres y correligionarios afines, sin olvidar la MESA DE LOS 11 y su alargada sombra, que no queda tan lejos. Ya durante la campaña electoral tuvo sus encontronazos con la portavoz de Cs a la que sigue hostigando, porque lo del pufo plenario fue una morcilla añadida para propiciar otro esperpéntico rifi rafe político con que difuminar dudosos asuntillos. En esta ocasión serán PP y Cs los que sacarán tajada del “charco dialéctico” del líder socialista (tiempo al tiempo).                

Seguramente porque se ha convertido en alguien desconfiado e imprevisible durante estos meses, población y oposición verían con cierta benevolencia alguna intención de rectificar con humildad, reconocer sus errores y tratar de enmendarlos. Jugar con cierto margen de comprensión, en todo caso, tiene su riesgo. Al fin y al cabo, ante una sucesión de errores y vendettas sin calibrar, ciudadanos y ediles de la oposición pueden pensar dos cosas: que su máximo dirigente es un tipo inteligente dispuesto a rectificar cuando sea preciso o, por el contrario, que es un incompetente que va de “charco en charco” sin remisión.                                                                            

En demasiadas ocasiones de un tiempo a esta parte, a la nave municipal no es solo que le haya faltado rumbo, es que ha zozobrado “a diestra y siniestra”, y esa sensación con Miras de timonel, ya está instalada en la calle. Solo hay que prestar atención al enfado de distintos colectivos y personas tradicionalmente (votantes socialistas) para constatarlo. Esta vez el charco ha sido de tan notoria profundidad, que ni las “katiuskas” le van a evitar mojarse.  

           

POST SCRIPTUM: “La política está llena de gente que quiere recoger frutos de árboles que nunca sembraron”.                         

 

COLECTIVO “EN CLAVE TRANSPARENTE”