Podemos entrará en el Gobierno de Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha y, por primera vez, formará parte de un gobierno autonómico presidido por el PSOE. Así lo han avalado las bases del partido morado en referéndum con un 77,98 de los votos. Un resultado contundente y amplio frente al 22,02% que ha votado en contra.

«Un acuerdo que marca el camino de lo que podría y debería suceder en España», ha proclamado el número dos de Podemos, Pablo Echenique, absolutamente satisfecho por el resultado. «El tiempo dirá si la apuesta ha sido acertada, pero lo que es obvio es que ha sido valiente y también que marca el camino», ha remarcado.

El partido morado pasará a ocupar una Vicepresidencia, de la que será titular el líder regional, José García Molina, y tendrá una Consejería. La secretaria de Organización de Molina, María Díaz, se postula como la consejera coordinadora del Plan de Garantía de Rentas.

La participación ha alcanzado algo más del 28% del censo total de militantes. En total, han sido 4.584 las personas que han votado, de los 16.362 inscritos llamado a hacerlo. La cifra supera en más de 1.500 participantes el número de personas que votó en el reciente congreso regional de Podemos. Desgranado en número de votos son 3.562 a favor, 1.006 encontra y 20 nulos.

Echenique ha manifestado que son conscientes de lo «arriesgado» de la propuesta, que ha envalentonado a los sectores más izquierdistas de Podemos, pero que se ha preferido aparcar los «cálculos electorales» en favor de la posibilidad de aplicar políticas diseñadas por Podemos. «Entramos en el Gobierno para garantizar que esto se lleva a cabo y que los acuerdos se cumplen» y «no haya nadie que viva sin casa, sin suministros básicos o sin ingresos», ha ahondado el secretario de Organización.

Giro estratégico hacia las tesis errejonistas

Podemos salva con el resultado dos papeletas estratégicas: el resultado y la fractura interna. La división tras un debate muy polarizado ha sido mucho menor de la que se temía en las filas moradas. Por lo tanto, tanto Molina como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que se la jugaban en la consulta, han logrado una victoria rotunda que cambia importantes paradigmas en Podemos, virando al partido hacia las tesis más próximas a Íñigo Errejón que a las pablistas que ganaron en febrero en el congreso nacional, el llamado Vistalegre II.

Y es que el pacto con el PSOE supone un cambio de arriba a abajo en el planteamiento político que ha venido ejerciendo la formación morada durante los dos últimos años. La decisión implicará que por primera vez la se vaya a compartir tareas y responsabilidades de gobierno con un presidente socialista. Algo impensable hace unos meses. Y más en Castilla-La Mancha, que había sido hasta ahora en un territorio ejemplificador de dura presión al PSOE. El pacto de investidura había saltado por los aires y los Presupuestos regionales permanecían en el limbo. Hasta ahora, que se aprobarán dando continuidad a una legislatura amenazada siempre por un anticipo electoral.

Molina ha pedido a los críticos que «acaten» la decisión, ya que la Asamblea «es soberana y ha hablado alto y claro». Instando a la paz y la unidad en el grupo parlamentario, donde de los dos diputados de Podemos, Molina defendió el sí y el portavoz, David Llorente, el no.

La nueva sintonía con Sánchez, clave

La nueva sintonía entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez ha desatascado uno de los desafíos más complejos en la relación entre los dos partidos. Podemos se había negado sistemáticamente a entrar en gobiernos con el PSOE. Primero por estrategia electoral de cara a las generales y, después, por incompatibilidad manifiesta. De hecho, hasta en los sitios con más colaboración, como son Comunidad Valenciana y Baleares, Podemos había apostado por quedarse al margen para condicionar desde fuera, sin el desgaste de la gestión, y auditar el impulso de las iniciativas. Habrá que ver si se abre también para ellos esta puerta por el aval de Madrid.

El debate sobre los gobiernos mixtos con el PSOE había sacudido desde hacía mucho tiempo los debates internos del partido y también fue uno de los temas candentes en el congreso de Vistalegre II. Íñigo Errejón siempre ha sido más flexible a la hora de colaborar que Iglesias, mucho más rígido, mientras que Anticapitalitas sigue siendo contundente contra la idea de gobernar juntos. Como se ha vuelto a reafirmar durante la consulta en Castilla-La Mancha.

El laboratorio del dúo PSOE-Podemos

Las circunstancias han querido que sea Molina, uno de los barones más afines a Iglesias y más beligerantes en su presión al PSOE, quien está llamado a ser quien el pionero de Podemos que pruebe al «nuevo PSOE». Algo que convierte de facto a Castilla-La Mancha en el laboratorio de la colaboración entre ambos partidos.

Hasta ahora los referentes de Podemos habían sido exclusivamente los ayuntamientos más importantes del país, pero en ellos el partido de Iglesias es un socio más, dentro de plataformas municipalistas mucho más amplias y con un carácter propio. En algunas Podemos tiene más peso que en otras. El primer extremo sería Cádiz y el segundo, quizá, Barcelona o A Coruña. Ahora también Podemos está a examen en una comunidad autónoma.

FUENTE: ÁLVARO CARVAJAL, EL MUNDO