En demasiadas ocasiones y durante prolongados periodos de tiempo, la vida de un líder que llega a ocupar el “sillón de tersssiopelo” del Consistorio mazarronero, se convierte en un indiscreto juego de naipes instruido y predecible, que requiere de enorme descaro, sangre fría e imaginación para ocupar un lugar idóneo en el tablero político y poder diseñar un plan que supere al de sus adversarios.
A veces, no obstante, es mejor arriesgarse con un repentino golpe de autoridad sobre el tapete, para marcarse un farol combinado y decisivo que anule las estrategias contrarias. No hay nada más aterrador. Por ello nos dan tanto temor los ansiosos envites de nuestros dirigentes políticos: No sabemos cuándo, cómo ni por qué, actuarán. En un elaborado y pervertido juego político, es tremendo el efecto que tiene sobre los ciudadanos un comportamiento intrigante, imprevisible y espesado para conspirar.
Sabido y cierto es que, en Mazarrón, todos los Alcaldes electos han tenido la peculiaridad de alterar su comportamiento al ocupar el sillón consistorial (maldito sillón), de improvisar y exceder el peso de la rutina y las malas costumbres. Pero ninguno de ellos ha utilizado ese poder para cambiar los solapados moldes del pasado. Todos han preferido el impasible «acomodo rabanero» del laberíntico «régimen clientelar», de entregarse apasionados a las directrices impuestas por el «Sanedrín fáctico» que les hace repetir los mismos «trajínes agiotístas» sin rechistar.
Siempre dan la impresión de actuar a la ligera sin saber resistirse a los anzuelos que les ponen por delante, y pronto caen en un “laberinto de pasiones” encontradas que les lleva a convertirse en otra víctima más del “ansia viva”. Establecer los cimientos del poder puede llevar tiempo; hay que asegurarse que esos cimientos sean seguros y no ser una estrella fugaz. Quien pregunta el futuro a los “pitonisos del Sanedrín”, falsifica incoscientemente una insinuación de los acontecimientos que es mil veces más inexacta que cualquier cosa que puedan decir. “El cazador nunca pone la misma trampa para el lobo que para el zorro. No pone un cebo en un lugar donde no va a atraer a nadie. Conoce bien a su presa, sus costumbres y debilidades, y caza en consecuencia”. La mano negra que todos los Alcaldes ven anda suelta.
Es primordial y necesario que el nuevo Regidor tome buena nota de ello, y que tras el triunfo electoral cosechado al frente de una candidatura prevenida, joven e interesante, que puede titubear en los tramos más incomodos y decisivos de la legislatura, no se le note tan incómodo con la gente y se sitúe al margen de las intrincadas negociaciones por el reparto de poder. Poco se le puede reprochar de momento al dirigente independiente, que ha estado siempre al frente de su equipo en todo momento, pero es evidente que hay detalles que de una vez por todas tienen que cambiar. Alguien le tiene que convencer de obviedades incuestionables (quien manda aquí y en la Región), que aumentar y dejar ver el cautivo nexo con la “logia caciquil» por consolidarse está muy bien, pero que está entrando en un momento de su carrera en el que tiene que empezar a dosificar riesgos intransitables, tomar decisiones incorruptibles y a distinguir el «polvo de la paja». Una vez apartados los ases y comodines marcados de la timba, ¡HAY QUE SER DELIBERADAMENTE SAGAZ E IMPREDECIBLE!
POSTS SCRIPTUM: » Muchos gobernantes ven por los ojos de “correveidiles” y «jalabolas» que les babosean e informan por interés, como los cerdos a través del olfato «.