UN PEDANEO SOCIALISTA ENTRE MEDUSAS
La noticia no fue letal pero llamativa. Un comando de» BUTHUS OCCITANUS», más conocidos por alacranes o escorpiones – que suena peor – tostándose al sol en una bella playa de Melilla, la centinela de Occidente, ha dado la vuelta a España, incluyendo a Cataluña, mereciendo el detalle de aparecer en un telediario de la PRIMERA. Millones de españoles nos quedamos de una pieza, porque se esperan yihadistas más peligrosos. Salvo una excepción, los bañistas murcianos y murcianas o forasteros que se han venido recreando, sin peligro, en el MAR MENOR. Por los años sesenta. Hoy no anidan arácnidos de este tipo africano. El peligro de una jodida picadura puede llegarte en este verano infernal de una hermosa medusa, que las hay a miles, a pesar de que las autoridades han levantado un muro de vallas, de la clase Trump. También podemos ser víctimas de líquidos tóxicos vertidos en aquellas legendarias aguas azules que fueron un prodigio, mano de santo para la salud de los huesos y las pieles delicadas.
En todo caso los escorpiones melillenses serían políticos disfrazados, como nuestras medusas que hasta pueden hacerte daños aquí abajo y arriba por obra y gracia de unos culpables que han cercado la laguna de millones de ladrillos cómodamente sentados en sus poltronas jugando al parchís con los concejales de Urbanismo, que es una carrera no universitaria que sigue teniendo futuro. Como en Melilla hay que izar bandera negra en las playas de los partidos y sus burbujas inmobiliarias, y despacharlos a la búsqueda de otros menos torraos. Y eso es lo que intenta un joven socialista del Raal, levantar bandera negra a la espera de izar una verde a pesar del peligro, un zagal valiente, con ideas propias, principios e ilusiones bonitas, aunque siembre en un secarral. Es el presidente de la Junta de Vecinos, y creemos que pedáneo. Se llama PACO LUCAS AYALA que cae bien, hasta al cura del lugar, nos aclaran. La gesta es que se ha lanzado, mejor, se ha atrevido a presentarse como candidato a la SECRETARIA GENERAL REGIONAL del partido socialista de Murcia, tan mustio y callado, que hasta ahora ejercía con mano familiar y amiga, un animal político, todo un tiburón, Rafael González Tovar, derrotado clamorosamente por el puro y casto delfín cariñoso de la derecha omnipresente, el EXCMO SR. DON RAMON LUIS VALCARCEL SISO. Hasta tres veces. No le valió lo de a la tercera va la vencida. Carne de cañón. Todo en años de pureza política y monetaria de los imputados peperos, una tribu ahijada por Aliá Babá.
Paco Lucas, el político valiente que no quiere ser un profesional de la «res pública», se merece una ovación, porque ademas ha declarado, mirando al tendido y a los asombrados periodistas, y libres, que su motor no lo mueve la ambición sino la ilusión, que hay que hacer cambios serios sin palabreríos » SUPERANDO EL DESANIMO, LA COMODIDAD Y EL CONFORMISMO DE VEINTE AÑOS DE OPOSICION SIN RESULTADOS PARA UNA REGION OLVIDADA EN UN RINCON DE ESPAÑA».
El aspirante no se queda corto y nos ha dicho que hay que romper ese veinte por ciento de votos obtenidos en el que se ha anclado el PSOE. Y añadiendo que «tenemos que creer en nosotros, y ganar. Se puede ganar al partido popular dando ejemplo, sirviendo a los murcianos y a las murcianas. Servir es el verbo que hay que activar. Los ciudadanos estamos deseosos de una renovación completa, ya hay demasiados quemados en Murcia, una tierra seca y asaltada desde la impunidad.»
En las alforjas de este nuevo y joven líder de una izquierda sin apellidos, caben todos los proyectos que sean válidos, prácticos y útiles a una sociedad que pide hechos. No creemos en las verdades absolutas en estos tiempos de política convulsa con sus mentiras absolutas, acosadas por los poderes absolutos, pero el hecho de que Paco, el hombre nacido en una pedanía, abogado de causas justas, y de profesión, haya dado un paso al frente para sacarnos de la cobardía, merece un respeto. Y por favor Paco Lucas, no nos engañes, y si te tientan, salta del barco que se hunde, no te conviertas en otro náufrago más. Ya son cantidad.