La sanidad privada tiene unas 2.200 camas de UCI sin ocupar en toda España, según ha calculado la patronal del sector ASPE. Este cálculo sale de las plazas ordinarias y las que se han habilitado durante el estado de alarma. ASPE ha asegurado este jueves que tiene 610 de estos pacientes ingresados en sus unidades de cuidados intensivos. Los menos graves son 5.200, han afirmado.
La patronal asegura que sus recursos están preparados para aliviar la presión en las UCI de los hospitales públicos exceptuando a Madrid, La Rioja y Catalunya donde ya están al completo.
Sin embargo, la Alianza de la Sanidad Privada Española no ha podido precisar los recursos de UCI por comunidades autónomas, es decir, cuántas camas hay en cada lugar. En este sentido, CCOO calculaba esta semana que, en la Comunidad de Madrid, la sanidad privada tenía disponibles 145 camas intensivas, «son unidades pequeñas» y que estaban prácticamente al 100%.
El decreto de estado de alarma hizo que todos los recursos sanitarios, públicos y privados, estuvieran a disposición del Sistema Nacional de Salud y que, por lo tanto, los gobiernos de las comunidades autónomas puedan incluir esos recursos en sus planes de gestión de la epidemia. El Gobierno puso así a las órdenes de los distintos consejeros de Sanidad todas «las instalaciones de la sanidad privada» para las necesidades que requiera la crisis del coronavirus, según explicó el ministro de Sanidad, Salvador Illa el 15 de marzo.
La preocupación por las UCI ha ido ocupando el primer puesto de prioridad en la gestión de la epidemia de COVID-19 a medida que avanzaba el número de infectados y se alcanzaba el máximo de casos confirmados. El ministro Illa ha expresado este jueves en el Congreso de los Diputados que «hemos llegado a la fase de estabilización».
El pico de exigencia para estas unidades se prevé para unos días después de parar la escalada de contagios (entre 10 o 15 días, según ha avanzado varias veces el director del Centro de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón). La mitad de las comunidades autónomas ya se están asomando al colapso de sus UCI a pesar de aumentar las plazas.
El presidente de ASPE, Carlos Rus, ha expresado que la capacidad de los centros privados para atender enfermos severos «es muy superior a la empleada en estos momentos». También han mostrado sorpresa por el hecho de que algunas regiones como la Comunidad Valenciana, Canarias, asegura, no «empleen a fondo la capacidad instalada» o que la Xunta de Galicia haya «dado órdenes expresas recientes de que los pacientes vayan a hospitales de campaña y no a centros sanitarios privados».
En esta última comunidad, el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo avisó telefónicamente a los gerentes de hospitales privados de que les informen de su capacidad para disponer de sus recursos. El Servicio Gallego de Salud ha iniciado la instalación de sendos hospitales de campaña en Santiago de Compostela y A Coruña.
Hace ya muchos días, la sanidad pública comenzó a derivar pacientes delicados de otras patologías a centros privados, al menos, en la Comunidad de Madrid. Se trataba de alejarlos de la infección al tiempo que los hospitales iban dedicando más y más espacio a pacientes de COVID-19. Ahora, ASPE aboga por generalizar esta estrategia.
Sin embargo, algunos sanitarios del sector privado con los que ha hablado eldiario.es, han recordado que «las plantillas están muy justas» en muchos centros y reclamaban a los gestores refuerzos para afrontar la multiplicación de la presión asistencial. ¿Cuánto ha subido esa presión? El 28 de de marzo, la misma ASPE informaba de que estaban atendiendo a 970 pacientes de COVID-19. Este 2 de abril hablan de 5.200.