La propuesta de Rajoy conjunta con Pedro Sánchez y Alberto Rivera pidiendole al presidente regional catalán que se quite la careta trampa, tiene algunas dosis de infantilísmo aunque pone en una situación complicada sus relaciones con el resto de los partidos independendistas. O no responderá o volverá a torear a la Moncloa y a la mayoría constitucionalista parlamentaria para alargar el “procéss” que ya alarma al resto de países europeos, algunos de ellos con problemas separatistas, a una Europa que necesita mayor cohesión. El Parlamento europeo ha enseñado las uñas a Puigdemont, proceder que aplauden los medios de información divertidos por la españolada del toreo del seny, toreo prohibido en Cataluña en los cosos taurinos.
¿Qué cosas tiene la vida política española, cuarenta y seis millones de españoles y españolas pendientes de la decisión definitiva de Puigdemont, cuya peluca vertical le impide ver la realidad, la caída de Cataluña en manos de unos conspiradores? Una región espléndida que están destrozando unos aventureros investigados por la Justicia y numerosos servicios de inteligencia por sus conexiones extranjeras. Una Justicia desbordada y crispada por el peso de la responsabilidad que le ha delegado el Gobierno y los constitucionalistas, víctimas de un chantaje que ya utilizó ETA contra el Estado del Derecho, el PARLAMENTO Y LAS INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS , y que ahora utiliza con calculada equidistancia la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que no se ha mojado ni los tobillos.
El que si se ha mojado ha sido el mayor TRAPERO, jefe de una Policía política prácticamente armada y militarizada, dotada de todo tipo de armas largas de guerra de última generación, un pequeño ejército de catorce mil hombres y mujeres. Si este individuo fuera oficial o jefe del Ejército destinado en los Mossos, ya estaría crucificado. La justicia tiene graves fallos y miedos que corregir.
La posición precisa y justa de la mayoría silenciosa y de la opinión pública, que es la que vota siglas y políticos, es que no se pueden establecer varias Españas de dos y hasta tres velocidades. Si Cataluña y el País Vasco son grandes no solo por su sus propios méritos, leo, sino porque históricamente han sido mimadas económicamente por los distintos gobiernos del Estado, que la extrema izquierda apoya ahora por objetivos electorales.También el régimen franquista se volcó con ambas comunidades autónomas privilegiadas que aclamaban al dictador en sus largas visitas y estancias veraniegas. Seguir esta línea de chantaje y presiones, pudiera arruinar no solo a las “regiones históricas”, sino seguramente a los políticos y partidos que colaboren en la implantación del sistema abusivo del agravio comparativo y posteriormente den paso al temido EFECTO DOMINO, una cola de regiones solicitando por las bravas su derecho a decidir.
Estamos en una situación critica al borde de los acantilados a los que nos empujan las izquierdas que realmente tratan de dar un golpe para cambiar el actual régimen de monarquía parlamentaria. Solo un Pacto de Estado sólido o una coalición de salvación nacional harían factible una salida afortunada para evitar un estallido de la clase de Eslovenia en 1990, un modelo que terminó en una tragedia sangrienta.
Negociar SI, pero qué. La Constitución tiene sus dogmas infranqueables que no pueden ser liquidados para dar paso a una crisis pre revolucionaria que apoya la CUP, Podemos e Izquierda Republicana. Desde mi sencillez profesional yo le hubiera sugerido a Rajoy que hubiera exigido a Puigdemont una agenda de peticiones concretas como base para establecer un diálogo con resultados asumibles que no violaran la Constitución, empezando por la unidad nacional y otros doce artículos intocables que supondrían devaluar el Estado de Derecho y el de Bienestar. Una sinopsis de lo que quieren y hasta donde nos quieren llevar con una serie de movimientos de parchís.
Hace nueve años en diciembre de 2008 escribí un largo artículo en el que pronosticaba a donde nos iba a llevar el Estado de las Autonomías convertidas en virreinatos arbitrarios que fue obra de una Ley Electoral injusta y conflictiva a la sombra de una Ley de Enjuiciamiento Criminal que protege de forma inmoral a la clase política y que sigue funcionando favoreciendo las actividades de corrupción como bien sabemos en nuestra región donde las filtraciones interesadas rompen el equilibrio informativo, filtraciones salidas del Palacio de Justicia, que tiene una oficina de prensa de lujo inoperativa. Bien haríamos los medios maltratados en tomar medidas contundentes con los que no respetan la igualdad de oportunidades o confunden el ejercicio de la abogacía con un negocio.