La Jefa del Consistorio mazarronero y sus socios de Gobierno, han conseguido estancar el conflicto laboral con la Policía Local y otros funcionarios perjudicados, al más puro estilo Rajoy, porque ella también hace alarde de una gran “pachorra”sin inmutarse, y espera reventar de aburrimiento al personal descontento para salirse con la suya y reconducirles al arbitrario funcionamiento de años atrás, solo entonces pactará.

El Pleno ordinario de Mayo, fue suspendido a poco de su inicio por la Alcaldesa, molesta por los ruidos y bocinas de los manifestantes, antes y durante su celebración, como en otros plenos anteriores durante los más de cuatro meses que se dilata el pervertido desacuerdo. Eso si, tras aprobar el punto numero uno que era de vital importancia para sus compromisos de legislatura con parte de sus colegas de reparto.

Antes de comenzar el Pleno, Alicia Jiménez, exigió al mando de la Policía Local su obligación de que se pudiera celebrar la sesión plenaria, y que advirtiera a los manifestantes que un medidor de ruidos homologado indicaba que se superaban en mucho los decibelios permitidos. El agente informó a los organizadores de la queja y explicó a la Primer Edil que lo que ocurría fuera del edificio era responsabilidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Acto seguido, Jiménez  suspendió la sesión, aludiendo que la situación era insoportable, que el medidor superaba los 80 decibelios y los ruidos eran producidos por elementos mecánicos prohibidos en manifestaciones, por lo que los responsables serían sancionados.

Toda la oposición se sintió frustrada e indignada al ver como tras la aprobación del único punto del orden del día que llevaba el Equipo de Gobierno, que no era otro que el proyecto de obras del Plan de inversiones en la red de saneamiento, incluyendo parches y apaños en CAMPOSOL que darán para ríos de tinta, la dirigente popular, finiquitaba intrépida y presurosa el Pleno.

C’S , UIDM, IU y PSOE, pusieron el grito en el cielo al ver que las elaboradas mociones fruto del trabajo de sus respectivos equipos, se iban en un instante por el sumidero plenario sin exponerse ni debatir siquiera. Sus portavoces cargaron contra la Regidora tachándola de injusta, nada ecuánime y parcial, llegándola a comparar con “Rasputín”, expresando que la situación es insostenible y el problema está enquistado, llegando incluso a sugerir un Pleno Extraordinario donde se exponga toda la problemática y los vecinos juzguen o entiendan por qué el tema empeora cada día. Manuel Quilez, representante sindical, hizo mención a la cámara de grabación que enfocaba directamente al público asistente:”Han puesto la cámara para vigilarnos, para saber quién aplaude, quién sonríe o quien mueve el dedito. Eso si interesa a la Alcaldesa  para apretar las tuercas en las nóminas a los funcionarios señalados. Nos parece una forma absolutista, caciquil y presuntamente  ilegal según la ley de filmación”. 

 Los representantes sindicales  sostienen que “quieren coaccionarlos”, lo único que pretende la Alcaldesa y sus sabuesos es amedrentarnos con amenazas. Según Quílez, pretende usar la ordenanza de decibelios para coartar la libertad de expresión de los trabajadores. Los ruidos de las manifestaciones no entran en esa ordenanza, o también se incluirían  las “fiestorras” que hace en El Puerto y por las que cientos de vecinos llaman a la Policía Local porque les molestan. Su egocentrismo no es de recibo ni tiene límites.

«Rueda de prensa UIDM»

 

 

MURCIA TRANSPARENTE