Ciudadanos es un partido político que presume de llevar en su ADN la lucha por la regeneración democrática. También quiere presentarse como la alternativa al “viejo bipartidismo que en España encarnan el Partido Popular y el PSOE”. Huye de sus formas, usos y costumbres pero a la formación presidida por Albert Rivera no le ha faltado de todo eso durante la última semana: denuncia por un presunto pucherazo electoral, amenaza con acudir a los tribunales, vuelco en una votación y cambio de un candidato, apertura de una investigación interna, dimisiones y renuncias casi en cascada.

En esta ‘semana horribilis’ Rivera se ha tenido que enfrentar por primera vez a una grave crisis en su partido que todavía no está solucionada. Y prueba de ellos son las dimisiones que se siguen produciendo a raíz no sólo de las primarias de Castilla y León sino también por la política de imposición de candidatos locales y provinciales que lleva a cabo la dirección del partido y que está sentando como un tiro a una buena parte de las bases.

Comenzando por esto último, la semana se ha cerrado con la dimisión en Zamora tanto del coordinador provincial de Ciudadanos, José Antonio Requejo, como de los ocho integrantes de la ejecutiva. El motivo son sus discrepancias con la elección del cabeza de lista de la provincia de Zamora, José Antonio Bartolomé.

Esta dimisión se suma a la de buena parte de la dirección local de Ciudadanos en Talavera de la Reina (Toledo). Cinco de sus nueve miembros han anunciado hace unos días que se marchan del partido también por la imposición por parte de la cúpula tanto de la candidata local al Ayuntamiento, Susana Hernández, como del cabeza de lista al Congreso por la provincia, Juan Carlos Girauta.

Este goteo de renuncias se suma a las que también se están produciendo por el escándalo de las primarias en Castilla y León, sobre las que el partido todavía no ha ofrecido una explicación sobre el origen de los 82 votos nulos que provocaron la victoria de Francisco Igea frente a Silvia Clemente.

El primero en saltar del barco fue el secretario de Comunicación de Ciudadanos en Castilla y León, Pablo Yáñez, quien era, además, miembro de la ejecutiva nacional del partido. Yáñez anunció por Twitter que dejaba sus cargos “por responsabilidad” tras haber apoyado a Silvia Clemente. Algunos cargos del partido se apresuraron en interpretar esa renuncia como una dimisión forzada del que podría ser el responsable del presunto pucherazo.

Días después, vendría la segunda renuncia relacionada con este caso. La de Pilar Vicente, quien aunque todavía no era oficial iba a ser la candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Valladolid. Ella también se posicionó a favor de Silvia Clemente y dio un paso al lado, aseguró, por una “decisión personal”.

Pero el reguero de dimisiones no queda ahí. El presunto fraude tiene una tercera víctima más, al menos de momento. Se trata de la coordinadora local de Ciudadanos en Valladolid, Raquel Alonso, quien también tras apoyar a Silvia Clemente anunció su renuncia a través de sus redes sociales.

Rivera trata de frenar la crisis interna

En medio de todo esto, el nerviosismo y la incertidumbre se han apoderado de buena parte de los miembros de la cúpula de Ciudadanos. Su presidente Albert Rivera, no acostumbrado a tener contestación interna, tuvo que dar un volantazo este viernes y congregar a todos los cabezas de lista al Congreso y a las Comunidades Autónomas en Madrid para decirles, repetirles y subrayarles durante todo su discurso que no había opción que la unidad.

Fue una de las intervenciones que se recuerdan donde más veces Rivera ha tenido que utilizar las palabras “unidos”, “juntos”, “ir de la mano”… El presidente de la formación trata de contener en público pero también en privado lo que está sucediendo y ha dado órdenes directas a su núcleo más cercano para que traten de calmar las voces críticas.

Mientras tanto, hay un grupo de candidatos que no resultaron vencedores en otros procesos de primarias que están con sus equipos recontando los votos. Se trata de los aspirantes en Madrid, Juan Carlos Bermejo, en Cantabria, José Gómez, y en Murcia, Leonardo Pérez.

Los tres tienen desde hace unos días los datos que reclamaron a la Comisión de Garantías y Valores de Ciudadanos para cotejarlos con los que ellos tienen y comprobar que el fraude no es generalizado.

Hay muchas incógnitas todavía sobre la mesa, muchas ecuaciones que resolver y muchas preguntas sin responder. La bomba todavía no ha sido desactivada.

 

 

FUENTE: CADENASER