Suelen usarse dos canciones para describir cierto comportamiento errático de alguna persona o entidad. O partido político. Una es ‘La Parrala’, de Concha Piquer, dedicada a una ‘cantaora’ andaluza y que tiene como estribillo famoso el ‘La Parrala, Sí, la Parrala, no’. La otra es ‘La Yenka’, de los holandeses afincados en Barcelona ‘Johnny y Charley’ que inmortalizaron su ““izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante., atrás, un, dos, tres..”. Elíjase la que se quiera. Ambas sirven para describir la extraña relación de ERC con la unilateralidad y el ‘caso Kosovo’, es decir, la manera en que los tribunales internacionales aceptaron la declaración de independencia de ese territorio balcánico.
Hace un lustro, en el 2013, la conferencia nacional de los republicanos aprobó, tan solo con el 97,3% de síes, un documento que planteaba varios caminos a seguir en cuanto a la consulta, en función de lo que pueda ir pasando. El más extremo de ellos, el que preveía, incluso, una suspensión de la autonomía catalana (cuatro años antes) y, por tanto, del Parlament, abogaba por la declaración unilateral de independencia por parte de los cargos electos catalanes, que no serían ni diputados dada la ya dicha anulación del complejo autonómico. Es ni más ni menos lo que hizo la exregión serbia de Kosovo para lograr la independencia. Y lo más importante: la Corte Internacional de Justicia, el Tribunal de La Haya, falló que la declaración unilateral no era contraria al derecho internacional.
Pasó el tiempo y llovió lo que suele en la cuenca mediterránea y ERC se alió con CDC para las elecciones del 27S de 2015. En el programa del ente conjunto, Junts pel Sí, una DUI a los 18 meses. Pero esta no llegó. Porque se ideó un paso previo, el referéndum del 1-O. Finalmente el Govern posconvergente-republicano activó la DUI, de manera “simbólica”, con las consecuencias por todos sabidas.
‘Adiós’ a Kosovo…
En esto que llega otra conferencia nacional y la dirección del partido, con el líder en el Centro Penitenciario Madrid VII y la secretaria general en Suiza, presenta un documento por el que aboga por la salida del conflicto mediante una mesa negociadora “multilateral”. Parecía que se cerraba un ciclo y se guardaba en el cajón la ‘vía kosovar’.
Pero no. Una parte de la militancia republicana, la más ‘híperventilada’ por usar un término muy extendido que define a lo más fervientes creyentes de que todo depende de Catalunya y de que el Estado debe obedecer sin más, presentaron enmiendas al texto. En paralelo, en las redes sociales partidarios de otros partidos se acercaron al río revuelto y empezaron a aventar aquello de que ERC se estaba convirtiendo en un partido “autonomista”. Sinónimo de timorato, cobarde y poco menos que traidor.
Ahí saltaron las alarmas y la dirección del partido trató de revertir la situación. Resultado final, a una semana de la reunión Pedro Sánchez-Quim Torra donde el primero no quiere ni hablar de autodeterminación: en una votación como la del 2013, también a ‘la búlgara’ , el 95% aprobó una ponencia en la que se señala que no se desprecia “ninguna vía pacífica y democrática” para alcanzar la independencia. Y por si quedan dudas, el texto apunta que “si no es posible un referéndum de autodeterminación”, por la cerrazón del Estado (como pinta), “no se puede descartar una DUI». Esta declaración “debería cumplir las condiciones” que constan en la sentencia del Tribunal de la Haya sobre…sí. Kosovo.
Gestos simbólicos
Pero claro. Una cosa es calmar a la militancia y otra es cambiar de planes. Lo dejó muy claro el presidente del Parlament, Roger Torrent, en el acto de ayer: “Que nadie nos pida gestos simbólicos, de esos que te quedas muy descansado cuando los haces, pero que no acercan al objetivo. No los haremos a menos que sirvan para llegar al final”.
¿Y qué se precisa para que una DUI tenga visos de éxito? El apoyo masivo de la población, que no se cifra en un 47,5%. Si no en mucho más. Así lo insinuó, también, Pere Aragonés el líder en Barcelona de ERC: “El 1-O es el momento fundacional de la Catalunya que viene, pero queda camino por recorrer». «Tenemos que ser más y más fuertes, porque el Estado no va a someterse al veredicto de las urnas, necesitamos mayorías imbatibles», sentenció. Ergo, no hay DUI a la vista. La Parrala. o ‘La Yenka’.