La emergencia del coronavirus pone a prueba el europeísmo entusiasta del que presumían la casi totalidad de las fuerzas políticas en España desde su entrada en el club comunitario. La mitad de los españoles se siente menos europeo ahora que antes del Covid-19.

Además, el 91,4% considera que la Unión Europea está ayudando entre poco y nada a la salida de la crisis provocada por la pandemia y sólo el 5,8% considera que la solidaridad que llega de Bruselas es mucha. Una percepción de falta de solidaridad que se denota en el sondeo elaborado por SocioMétrica en vísperas del Consejo Europeo que se celebra este jueves y que debe ser decisivo para comprobar cómo abordará la Unión Europea la reconstrucción.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebran una nueva videocumbre en la que persiste la fractura entre Italia y España por un lado, que piden más solidaridad a sus socios; y Alemania y Países Bajos por el otro, que rechazan cualquier iniciativa que suponga mutualizar la deuda.

Los votantes de Podemos son los más críticos con la respuesta de la UE al Covid-19: el 49,4% de los morados encuestados sostiene que Bruselas está colaborando «nada» con los países más golpeados por la crisis, como Italia o España, mientras que otro 42,8% afirma que ayuda «poco».

Pero la encuesta pone de relieve que el desencanto por la actuación de la UE en esta crisis se extiende por todo el espectro político. Entre los votantes del PSOE, el 57,6% ve «poca» la colaboración de los socios comunitarios, mientras que para el 30,3% es nula. El 95,5% de los votantes del PP afirma que la UE está ayudando entre poco y nada, un porcentaje muy similar al de los simpatizantes de Ciudadanos (95,6%) o Vox (95,9%).

Estas cifras suponen un giro de 180 grados respecto a los resultados de las encuestas del Eurobarómetro, que sistemáticamente habían situado a España como uno de los Estados miembros más europeístas y con un nivel de confianza en las instituciones comunitarias muy superior a la media.

Menos europeos

Ahora, el 49,8% de los españoles declara sentirse menos europeo que hace un año, mientras que sólo el 15% ha reforzado su europeísmo y el 34% sigue igual. Los votantes de Podemos (61,7%) y Vox (61,4%) son los que más fe han perdido en el proyecto comunitario. En el extremo contrario se sitúan los simpatizantes de Ciudadanos: sólo el 33,1% se siente menos europeo como consecuencia de la crisis.

Lo cierto es que la reacción inicial de la UE a la crisis del coronavirus ha estado marcada por la lentitud, la descoordinación y la falta de solidaridad. Francia y Alemania prohibieron la exportación de material sanitario vital al resto de socios. Muchos Estados miembros cerraron unilateralmente sus fronteras, dejando atrapados a ciudadanos y transportistas.

A Italia llegó ayuda de China antes que de sus vecinos europeos. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya ha pedido varias veces perdón a los italianos por la pasividad europea al principio de la crisis.

El 89,6% de los españoles cree que de momento la Unión Europea sale más débil de la crisis del coronavirus, frente al 6,6% que la ve reforzada. Esta visión negativa la comparten con escasas oscilaciones los votantes de todas las fuerzas políticas todo el espectro político.

Según los encuestados, la solución pasaría por reforzar las instituciones comunitarias para gobernar con mayor firmeza y cohesión (una opción defendida por el 72,9%). Sólo el 25,2% de los españoles cree que la UE tiene que disolverse por su inoperancia, un porcentaje que sin embargo sube hasta el 44,1% en el caso de los votantes de Podemos y hasta el 42,3% entre los de Vox.

La pandemia ha reabierto la brecha entre los países del Norte y del Sur que ya se vivió durante la crisis de deuda de 2010-2020. El ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, pidió a la Comisión investigar por qué España e Italia no habían aprovechado los años de bonanza económica para poner en orden sus cuentas públicas y necesitaban de nuevo ayuda. El primer ministro portugués, António Costa, tachó de «repugnantes» sus declaraciones.

Posteriormente, el primer ministro holandés, Mark Rutte, pidió disculpas por no haber mostrado suficiente «empatía» con la situación de emergencia en Madrid y Milán, pero empeoró las cosas al calificar su oferta de ayuda como «regalo». Tanto Países Bajos como Alemania mantienen una oposición férrea a los eurobonos, que es la solución que piden España e Italia para evitar que se dispare su deuda pública.

El 80,9% de los españoles considera que en esta crisis los países más ricos deben ayudar a los más pobres, frente al 16,1% que defiende que cada Estado miembro se autofinancie. En este capítulo, la voz discrepante la representan los votantes de Vox: el 54% pide más solidaridad de los países ricos, pero el 41,8% cree que cada país debería pagarse su reconstrucción.

El vuelco en la percepción que los españoles tienen del papel de la UE coincide con el tono crecientemente crítico que ha adoptado Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno firmó una carta con otros ocho líderes europeos (entre ellos el italiano Giuseppe Conte y el francés Emmanuel Macron) reclamando los ‘coronabonos’. Ante la negativa de Berlín y La Haya, Sánchez y Conte se plantaron durante la última videocumbre del 26 de marzo como protesta por la falta de solidaridad de la UE.

El presidente del Gobierno ha repetido varias veces que «el futuro de Europa está en juego en esta guerra contra el coronavirus». «La Unión está en peligro si no muestra una solidaridad sin fisuras«, aseguró Sánchez en el Congreso horas antes de la decisiva reunión en la que el Eurogrupo aprobó un plan de rescate de 540.000 millones en préstamos. Una ayuda que tanto España como Italia han considerado insuficiente.

La única institución comunitaria que ha actuado hasta ahora de forma contundente es el Banco Central Europeo (BCE) con la puesta en marcha de un plan por valor de 750.000 millones de euros de compra de deuda. Una bazuca que de momento mantiene bajo control las primas de riesgo de Italia y España.

Pese a esta visión negativa de la UE, la mayoría de los españoles (54,1%) cree que el Gobierno de Pedro Sánchez está respondiendo a la crisis «peor» que el resto de Estados miembros. Una percepción que se dispara en el caso de los votantes del PP (89,8%), Vox (92,4%) y Ciudadanos (80,1%).

Con este giro crítico hacia Bruselas, España sigue los pasos de Italia, cuyos ciudadanos se sintieron abandonados por la UE tanto durante la crisis de deuda como durante la crisis de refugiados. El resultado ha sido el auge de las fuerzas euroescépticas, como La Liga de Matteo Salivini o el Movimiento Cinco Estrellas, que ahora gobierna con los socialdemócratas. Según las últimas encuestas, entre un 39% y un 49% de los italianos están a favor de abandonar la UE.

En todo caso, la gran mayoría de los españoles (82,4%) sigue defendiendo que debe haber una postura común de la UE para afrontar la crisis, frente al 17,1% que apuesta por que cada país tome sus propias decisiones.

 

El Español