La Guardia Civil se ha desvinculado de Manuel Murillo Sánchez, el vigilante de seguridad de 63 años detenido por los Mossos d’Esquadra por por alardear de que quería matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Fuentes del Instituto Armado aseguran a Europa Press que ni condecoró ni invitó a ningún acto oficial a esta presunto francotirador, que se encuentra en prisión provisional.

El senador de EH Bildu Jon Iñarritu ha registrado este miércoles una batería de preguntas en la cámara alta dirigidas al Gobierno en relación con una fotografía que él mismo ha difundido en redes sociales. En la imagen se ve a Manuel Murillo junto a miembros de la Guardia Civil.

Según las citadas fuentes, Manuel Murillo acudió a una comida organizada por una asociación de amigos de la Guardia Civil que se celebra anualmente en la sede de la Zona de Catalunya y a la que asisten unas 200 personas aproximadamente. Fue invitado por ser conocido de algún miembro de la asociación organizadora, como integrante a su vez de la Asociación de Veteranos de Montaña de Catalunya.

16 armas

El portavoz de los Mossos d’Esquadra, Albert Oliva, aseguró el pasado jueves que el tirador vecino de Terrassa (Barcelona) detenido por presuntamente por querer matar a Sánchez tenía la «clara voluntad» de atentar contra él, pero no tenía diseñado un plan concreto porque necesitaba apoyo logístico.

En su domicilio se le incautó 16 armas de fuego, largas y cortas, algunas de ellas modificadas e ilegales, y munición de guerra; de hecho, se localizó un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador Skorpion vz.61 y rifles de precisión.

El arresto se produjo el 19 de septiembre al ser denunciado por una dirigente del partido Vox.  En el registro de la Guardia Civil, que es quien tiene competencia exclusiva sobre intervención de armas, consta que Manuel Murillo tenía dos licencias y permiso para 13 armas de fuego.

«Había bebido»

El Juzgado de Instrucción 3 de Terrassa (Barcelona) tiene abierta una causa contra él por los delitos de conspiración para atentar contra autoridad con uso de arma, delito de amenazas graves, delito de tenencia ilícita y depósito de armas, municiones y explosivos y un delito de odio.

Ante el juez, Murillo declaró, informó Antena 3, que sus mensajes sobre su intención de asesinar a Sánchez fueron producto del alcohol. «Sé que no es excusa, pero había bebido», dijo. En su declaración, tras ser arrestado, el tirador negó que quisiera matar realmente al presidente del Gobierno y aseguró que los mensajes en los que mostraba sus intenciones fueron fruto del alcohol y para hacerse el «patriota» ante la representante de Vox que le acabó denunciando.

 
 

FUENTE: ELPERIODICO