ANÁLISIS DEL «COLECTIVO OPINIÓN PÚBLICA»
Este párrafo que seguidamente ofrecemos a nuestros lectores y lectoras, es un breve resumen de unas declaraciones del político y economista JUAN BERNAL, que fue mano derecha de RAMON LUIS VALCARCEL SISO y vicepresidente del Gobierno de una Comunidad Autónoma amaestrada y en pleno declive social, económico y ético, cuando nadie se enteraba de nada de lo que estaba pasando en el Palacio de San Esteban y en sus estafetas municipales, en pleno fervor corrupto, desenfrenado. Dice el genial economista que colocó el amo en el puesto de mando y de mayor riesgo, en el buque insignia panocho sin rumbo, cuando se cerraban cientos de empresas, se arruinaban empresarios, autónomos y decenas de miles de trabajadores y trabajadoras pasaban a engrosar las filas del paro, aquellos años gloriosos de paseos en limusinas de consejeros y consejera por las calles de Nueva York. Dos puntos y abro comillas para destacar tanto delirio: «Con la perspectiva de los años, creo que hay cosas que no se han hecho bien en el GOBIERNO Y EN EL PP. Si hay que recuperar la confianza de la gente, pues que se EVITEN CUANTO ANTES los errores y se modifiquen ciertos comportamientos.
Quiero que el partido popular gane las elecciones porque la sociedad murciana lo necesita, pero cuando OBSERVAMOS LO QUE HA OCURRIDO EN ESTOS AÑOS, hay una serie de circunstancias que hacen que la acción del Gobierno no se perciba como ilusionante. CREO QUE LA SOCIEDAD MURCIANA NO ESTA CONTENTA. En los momentos actuales veo un recurso excesivo de lo que llamaría política de gestos, de recurrir mucho a una foto, a mensajes rápidos, a un eslogan e incluso improvisación ¿Hay una posición del Gobierno murciano sobre los grandes retos de la Región para los próximos años? Yo no lo percibo, y me gustaría. VEO UNA ACTIVIDAD POCO SÓLIDA. Lo que está claro es que algo se está haciendo muy mal. La pérdida de confianza en el PP ha sido brutal. Hay que evitar la imagen que a veces se ha dado de falta de eficacia. Lo que no es achacable a López Miras sino a los gobiernos anteriores.Tenía previsto marcharme, entre otras cosas porque no comprendía el enfoque de ciertos asuntos y de cómo se estaban llevando. » Y muletazo y estocada final en esta corrida sintomática de la nadería: EL PRESIDENTE DEL PP NO PUEDE SER ELEGIDO A DEDO. VAMOS CAMINO DE PERDER LAS ELECCIONES SI NO SE HACEN CAMBIOS. HAY DESCONTENTO EN LA MILITANCIA. HAY QUE EVITAR A LOS PROFESIONALES DE LA POLÍTICA».
Sic transit gloria mundi, Juan. En este cúmulo de errores, una lluvia sin agua, el ex vicepresidente participó para conducir a la Región a un laberinto de despropósitos descabellados a los que hay que sumar una epidemia de graves irregularidades, una corrupción griposa que llegó hasta la cúpula del partido popular y el desbarajuste económico amontonando un déficit que se mantiene hasta hoy, bajo la sospecha récord, otra más, de ser posiblemente el único cacicato sin haber cumplido los deberes para sanear una economia que durante demasiados años estuvo en las exclusivas manos de Juan Bernal el terror de las consejerías porque del tema y del problema, Valcárcel fue un eficaz inepto. Esta autocrítica ya no tiene valor después de haber controlado el Gobierno murciano durante doce años, mas su rodaje en la sala de máquinas del partido y en el grupo parlamentario de la Asamblea Regional.
Es verdad que la Región siempre ha estado dando tumbos, tanto con el partido popular como con los socialistas y la actual oposición impulsada por un PODEMOS desorientado en donde solo carbura con ideas, su secretario general Oscar Urralburu, un político a destacar junto con el alcalde de la capital, Ballesta, hoy el hombre mejor preparado del partido popular con diferencia, pero como se ha de esperar, lo aparcarán.»No es de los nuestros», argumentarán los de la oruga procesionaria.
El drama de Murcia Comunidad no es de hoy, viene desde muy lejos agudizándose con la llegada de unos personajes, desde la transición, salvo Carlos Collado, con perfiles muy discretos, intelectuales, culturales y políticos que no han sabido elevar el techo de bienestar de una sociedad que va muy atrasada respecto a otras regiones españolas. El atraso murciano es la obra inacabada de unos dirigentes que lo han querido, que lo deseaban y los han mantenido, amaestrando a un pueblo por si inteligente pero sin posibilidades de desarrollarse debidamente. Un somero análisis de lo que tenemos y de lo que nos espera, nos desespera y amarga, y en esta crisis de valores, los medios de comunicación tradicionales, también han sido culpables y responsables de una situación deplorable. Solo el ejemplo flojo de desenmascarar la mancha extensa de la corrupción, la tercera más elevada de España, es muestra de que el laberinto murciano solo puede tener una salida, complicada y llena de riesgo, pero una salida al final y al cabo, que es la formación de un partido regional, que en 23 provincias funcionan y rinden a escala local y nacional. No se olviden que CIUDADANOS emergió fuertemente como un partido de corte catalán con sabor español.
No nos agrada autocitarnos pero ya en el año 2005, nuestro compañero Cano Vera hacía un pronóstico cumplido en un articulo recogido en el libro MURCIA INDIGNADA en el que afirmaba:»La Región de Murcia necesita partidos capaces de afrontar, solucionar y eliminar el peso de una crisis de siempre que daña los intereses ciudadanos, nos mantenemos entre los últimos de la clase del país. Hay que sacudirse la modorra caciquil. Formaciones políticas del lugar que exijan a los grandes de Madrid implicarse mucho más en la búsqueda de un futuro prometedor, en nuestros intereses próximos, y que no se limiten a pasearse por nuestras calles, plazas, mares y campos en la búsqueda de fotografías para meterlas en las urnas. No podemos seguir siendo una pedanía de La Moncloa. Tenemos sensación de desamparo.
El problema acuciante del agua es paradigmático de esta crisis que nos ahoga o nos secan las gargantas.»
Casi tres lustros después seguimos atascados, porque en el poder se mantienen los descendientes de aquellos otros y los que han llegado arrojando flores con exceso de espinas. Palabras, palabras, palabras, Alberto Garre. Cuidado, en algunas ocasiones la paciencia estalla en impaciencia sin limites.»MURCIA A PRIMERA». O no seremos nunca nada. Una estrella solitaria en el firmamento oscuro de la noche española de estos días amargos, o en la luna del impertérrito Rajoy.