Bernardo Montoya, detenido este martes por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, ha confesado el crimen. Durante el interrogatorio al que le ha sometido la Guardia Civil, el detenido ha cambiado varias veces su versión de los hechos hasta confesar, a altas horas de la madrugada, ser el autor del asesinato.
En las próximas horas, el asesino confeso podría ser trasladado al lugar del crimen para hacer una reconstrucción de los hechos.
Según fuentes del asesinato citadas en el programa Espejo Público, el detenido ha declarado que Laura le preguntó por algún supermercado cercanoy este le habría dado una información falsa para tenderle una trampa.
«Me preguntó por un supermercado y la mandé a un callejón sin salida. Me monté en el coche y llegué primero al callejón. La agarré y golpeé su cabeza contra el maletero. Le até las manos a la espalda y la envolví en una manta. La desnudé de cintura para abajo y traté de violarla pero pese a que estaba inconsciente no lo conseguí. Lo intenté pero nada».
Laura desapareció el miércoles 12 de diciembre, murió dos o tres días después de un golpe en la cabeza (el 14 o el 15) –según revela la autopsia– y fue encontrada el lunes (el 17) al borde del mediodía con signos de violencia.
El martes, la Guardia Civil detuvo al principal sospechoso de los hechos, Bernardo Montoy, el vecino de Laura que se había mudado al número 1 de la calle Córdoba en El Campillo hace pocas semanas.
Los investigadores llevaban siguiéndole desde el primer momento. Pero fue esa misma mañana cuando detectaron en él «una actitud sospechosa». El hombre conducía su Alfa Romeo por una de las carreteras locales cuando diversos agentes, en un control policial, le dieron el alto. En ese momento, Montoya bajó del vehículo y echó a correr. Entonces se le detuvo.
Montoya había salido de la cárcel hace dos meses, después de cumplir una pena de 17 años por matar a una anciana de 80 años, crimen por e cual había sido condenado a 22 años de cárcel. Su otro delito fue por intento de violación a una joven en El Campillo. La asaltó cuando iba con su perro y le clavó un cuchillo al can en el cuello. Ella pudo huir dado el estado de embriaguez de Bernardo, según declaró a este periódico. Cumplió pena de dos años y 10 meses por un robo con violencia.