La autopsia de Gabriel Cruz ha revelado que el niño murió estrangulado. Según fuentes de la investigación, el pequeño de ocho años habría fallecido el mismo día en que desapareció, el pasado 27 de febrero. Su cuerpo fue hallado en el maletero del coche de Ana Julia Quezada, la pareja de su padre, actualmente detenida y en dependencias de la Guardia Civil donde se le tomará declaración en las próximas horas. Es la única sospechosa de su muerte hasta el momento.Cuando fue encontrado, el cuerpo del menor tenía restos de tierra, según han señalado las mismas fuentes.

La mujer, de 43 años y de origen dominicano, salió la mañana de domingo —cuando se cumplían 12 días desde la desaparición del pequeño— del mismo lugar en el que se le había perdido pista, la casa de su abuela paterna, Carmen, en Las Hortichuelas, una pequeña pedanía en el término municipal de Níjar, en pleno Parque Natural del Cabo de Gata. Los agentes de la Guardia Civil la siguieron, como venían haciendo con intensidad en los últimos días, convertida ya en principal sospechosa. Dejó al padre de Gabriel, Ángel Cruz, en un hotel de Las Negras, a tres kilómetros, y continuó sola en el vehículo hasta Rodalquilar, una población a siete kilómetros. Allí entró en una finca propiedad de la familia, conocida como «La Cañada de la Soledad», donde los investigadores observaron como sacaba de un pozo el cuerpo del pequeño envuelto en una manta y lo metía en le maletero de su vehículo.

Acto seguido Ana Julia, en un desesperado viaje por ocultar el cuerpo del brutal crimen, viajó a 74 kilómetros de ese lugar, a Puebla de Vicar, donde vivía con el padre del niño. Cuando pretendía entrar en el garaje de la casa fue interceptada por la Guardia Civil y detenida.

La Guardia Civil estaba pendiente de la autopsia de Gabriel. El resultado de las pruebas forenses, de las que solo se conocen los primeros datos de momento, es clave para determinar exactamente qué ocurrió con el niño de ocho años desde la última vez que fue visto, cuando abandonó la casa de su abuela Carmen para ir a jugar con unos primos a una casa situada a poco más de 100 metros. Nunca llegó. Su abuela y Ana Julia, que también se encontraba en la casa de Las Hortichuelas aquella tarde, fueron las últimas que lo vieron con vida.

Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel, ha pedido este lunes que cesen los mensajes de rabia contra la detenida. «No quiero que todo termine con la rabia que esta mujer ha sembrado. Gabriel no se lo merece», ha pedido en el programa Más de Uno de Onda Cero. Ramírez también ha agradecido el apoyo y los mensajes de cariño que ha recibido desde que el menor desapareció: «Aunque no haya habido final feliz; el pescaíto se nos va nadando hacia el cielo», ha añadido.

Tras la detención de Quezada, la policía está revisando un viejo caso. Una hija de cuatro años de Quezada murió tras caer por una ventana hace 22 años en Burgos, en 1996. La muerte de la pequeña fue investigada entonces por la Policía Nacional y se concluyó que fue un accidente. En aquella época, Ana Julia tenía 21 años y vivía en la conocida barriada de Gamonal con su marido, con el que tenía una hija dos años y con la menor fallecida, que el hombre había adoptado, según fuentes de la investigación.

 

 

 

 

FUENTE: ELPAIS