IGLESIA SOFISTA

 

Tengo ante mis ojos una revista ALFA Y OMEGA, editada por el ARZOBISPADO DE MADRID, que se encarta en el diario ABC todas las semanas, que dedica unas cinco páginas al cisma de Cataluña. De su lectura, objetivamente, se desprende como un sentimiento de contentar a todos, soberanistas, constitucionalistas y al resto de la grey de la mayoría silenciosa, avergonzada de una clase política, incapacitada para gobernar una nación que saliendo de una crisis económica, social y de moral corrupta no es capaz de haber establecido las lineas maestras, algunas  si, en la Constitución castigada por la reyertas que den estabilidad democrática y paz social a un pueblo como el español, que durante siglos fueron los cruzados católicos de una Iglesia dedicada a los ejercicios y prácticas religiosas y a participar en los grandes conflictos armados de Europa, esencialmente. España se fue desangrando físicamente y económicamente durante siglos, y es por ello que a los reyes españoles les llamaban sus majestades los reyes católicos, desde Fernando e Isabel. Nos escurrieron también los políticos desde el cardenal Cisneros hasta los que terminaron enfrentándose en y después de la II República, una guerra civil que la Iglesia llamó cruzada. Hoy y los días que quedan el separatismo violador de leyes ha tomado un camino erróneo facilitado en numerosas ocasiones por los gobiernos de la nueva democracia, pero imposible de aceptar porque la aspiración de la gente sensata es terminar de encajar en una Unión Europea federal o algo muy aproximado. Nosotros, los hispanos europeos, miramos al futuro y no al pasado. Habrá que luchar y enmendar errores pero cuando ya funcionan DOS GRANDES SISTEMAS enfrentados a muerte, la vieja Europa no puede quedar aislada o poniendo el cuello. Lo que desean los dos grandes Sistemas globales y sus tropas de guerrilleros, terroristas, populistas, anarquistas, antisistemas, yihadistas, capitalistas salvajes y el nuevo nacionalismo radical que son los separatistas  subvencionados con elementos logísticos de primera generación como se está viendo en Cataluña.

 

 

¿Qué es lo que nos pide la Iglesia católica española y sus jerarquías con ayuda mediática descolorida?. Muy simple, que seamos unos chicos cristianos buenos, que no nos peleemos con los cuchillos entre los dientes y que el país español dialogue «sensatamente» sobre la unidad nacional y que salga el sol por Antequera si se hacen colas regionales solicitando a las bravas al Estado los mismos derechos y bicocas que a la Cataluña llorona, víctima no de los ladrones interiores sino de la España que roba.
Lógicamente el casi  setenta y siete por ciento de los españoles ponen los pies contra la pared que marca una LINEA ROJA. O ALGUNAS MAS. INNEGOCIABLE.   

Pongámonos ante la tesitura de que algunas de las iglesias cristianas aceptaran integrarse en la Iglesia de Roma, pero a condición de no reconocer algunos dogmas católicos, como ejemplo la virginidad de la Madre de Jesús, que lo de un solo Dios y tres personas es un mito y el no va más, la gran muralla roja, que Cristo no resucitó al Tercer Día. Por estos desencuentros la Iglesia y sus naciones armadas, como España, se han matado durante largas guerras, como la de los Treinta Años, nada menos. Entonces y en cada momento, nadie pidió, ni sacerdotes ni sacristanes, ni prelados y mucho menos papas, que había que entablar un agradable dialogo que había que negociar. Hoy, desafortunadamente, funcionan unas doce corrientes cristianas con algún renombre y multitud de sectas. Las líneas, las murallas y las alambraras rojas no se saltan, y en este estadio estamos. Dialogar, hablar y tomarnos unos chatos con los soberanistas organizados por los GRANDES GOLFOS MILLONARIOS Y LOS PUJOLES LADRONES con sus amigos, cooperadores  necesarios de dictaduras de todos los colores.¡¡¡ Cerrojazo total, los españoles no somos unos okupas en nuestro propio país, sino vecinos, más o menos avenidos, pero españoles de la leche, con defectos y virtudes!!!.

 

 

 

EL GALLO