LISTA NEGRA DEL COPAGO
Les juro que lo que vamos a relatar en esta Colleja, amarga pero sincera, es la pura verdad, contrastada con el mayor rigor. Es una lista de medicamentos que toma un matrimonio mayores de setenta años, ambos. El es, un jubilado pensionista que cobra. Ella, ni un euro. Toda su vida la ha dedicado a atender al esposo, los hijos y hasta tres nietos. Dos de ellos, parados o haciendo chapuzas fontaneras. Una ha terminado la carrera de Derecho, lo más torcido en nuestra nación, y a la vista de la imposibilidad de trabajar en un bufete, prepara unas oposiciones en las que suelen presentarse alrededor de quince mil jóvenes y menos jóvenes, no mayores de cincuenta calendarios. El matrimonio son enfermos crónicos severos. Ella ha sido intervenida en dos ocasiones de un tumor cabrón, pero no se ha venido abajo, sigue tirando del carro del hogar, pero teme, lógicamente, que un día se lleve la vida a Salvador, su esposo, porque cobrará algo más de la mitad del salario que viene de la Seguridad Social. Unos seiscientos cincuenta euros, más sus achaques, dolores e insomnios. Químio a mansalva y un puñado de pastillas vía copago. Otras, las pagan, porque han sido retiradas de la lista negra del copago bipartidista y sus socios salvavidas de hoy que chamullan con vocerío cuando apuntan elecciones. El esposo, insisto, desde que se levanta hasta que se acuesta a dormir machacado por unas televisiones incultas y amarillas, toma sus raciones correspondientes maldiciendo su mala suerte, después de cuarenta y dos en el tajo, y ahora con una vejez que solo le alegra la vida, la familia y los pocos amigos íntimos que les quedan.Y en ocasiones, impulsados por los mensajes incontrolados de las cadenas de la prensa y las televisiones buscan esa pastilla mágica que le dé tregua, que determinadas farmacias venden como una bendición de dios pero a precio de jamón pata negra.
Les juro, les prometo y lo puedo demostrar que la pesada lista que vamos a transcribir es auténtica y no es una «noticia falsa» fabricada por un gabinete de prensa oficial o de una empresa privada. O púnica. Tomen nota, pero no se castiguen. Existen otras listas más largas y exquisitas. Son los polimedicados. La Biblia en pasta y los estómagos castigados a pesar del omeprazol cada vez menos recomendado por los especialistas y la medicina alternativa. Tampoco se deje llevar por los impulsos y adquiera preservativos que están por los cielos del sexo o falla la próstata que mete miedo. HE AQUI LA LISTA NEGRA DEL COPAGO DE UN MATRIMONIO CON UN SOLO PENSIONISTA. VEAN Y POR DIOS, NO COMPAREN NI SE DEJEN ACONSEJAR PARA CONSUMIR YERBAJOS. Eso sí, no fallan la tila y la manzanilla. La marihuana está por llegar, bendecida en otros países más avanzados. Esperemos que Podemos nos quite tantos dolores y arrolllen a los viejos doctores.
«Kepra 500.-Openvas Plus.-Capoten.-Eutirox 125.-Omeprazol 20.-Orfidal 1mg.-Spasmoctyl 40m.-Xazal 5mg.-Carduran Neo 8mg.-Emconcor Cor 2 mg.-Amlopino 5 gm.-Omeprazol 20 mg.- Duodart 4 mg.- Xigduo 5 mg.-Ristaben 100.- Acuprel 40 mg.- Adiro.- Amaryl 4mg.-Somnovit 1 mg..- Zaldiar.- Zytram Bid 75 mg.- Paracetamol 1 gr.- Así como otros de adquisición directa como el Voltadol Forte.-Flogoprofen 50 mg y Respir».
Es fácil de entender que ambos sufren varias patologías que requieren otros tratamientos que no son fármacos. El caso es que el copago, la medicación, las enfermedades y los sucedáneos suponen para el pensionista y señora una carga económica que ronda los cien euros mensuales. El Servicio Murciano de Salud suele devolverles, nos informan, una media de siete u ocho euros, una fórmula escasamente rentable como para que nos explique el presidente Rajoy que «mi Gobierno, mi partido», todo suyo, el reinado, pida a los ciudadanos que ahorren o que no caben quejas porque los pensionistas no han perdido poder adquisitivo alguno o solo una décima en los últimos diez años. Es la embuste bipartidista inaugurada por el PP Y EL PSOE y que los nuevos genios del cuatripartito no piensan erradicar.Es cierto que el proceso de compra de medicamentos está por las nubes, pero sospecho que no todo está muy claro, como el canon que pagamos a las clínicas y hospitales privados concertados, especialmente en el área de oncología, en que funcionan dignamente los profesionales pero con medios casi rudimentarios, hasta hace pocas semanas.
Esta brecha sanitaria supura porque el delicado tema de la salud y la sanidad se ha politizado con radicalidad, desde que afloraron como amapolas los podemitas incapaces de pedir a Maduro su arma secreta para que los venezolanos no sufran horrores por falta de medicinas, incluyendo pañales.
El problema es muy grave para jugar a políticos y tratar de resolver desde tertulias incompetentes y sabelotodo. El Gobierno tiene una papeleta que venimos arrastrando desde los años de gloria de Aznar y Zapatero, y no vale pasarle el muerto, con perdón, al ciudadano de a pie o al jubilado atrincherado en su soledad porque residencias dignas para ellos han caído en manos de la iniciativa privada, que nos parece correcto para los que puedan pagarlo, pero no para quienes no paran de sufrir las consecuencias de una política sanitaria que huele desde lejos y de cerca. Si en Madrid o en Murcia. No me cabe ningún tipo de dudas, que las transferencias a las comunidades autónomas, en el capítulo de la sanidad, como en la educación, ha sido una equivocación desgraciada, que deben resolver y explicar cuando se celebre ese Pleno del Parlamento, puro espectáculo inmovilísta que no crece, sino que achicharra a una democracia en declive que hay que intervenir quirúrgicamente con anestesia, reformada por buenos cirujanos que sepan de que va esta historia malograda.