«VÁYASE RAJOY, PERO PRONTO»
El mejor servicio que el presidente del Gobierno haría a España que somos todos los españoles, al Estado, a la Democracia y a su partido antes llamado Partido Popular, es irse de vacaciones pagadas con su buena pensión. No somos unos radicales de izquierdas, ni de la ultra derecha, ni unos okupas antisistemas, los que opinamos honradamente que este gesto suyo de patriotismo, elevaría la estima de los que resistimos la deriva de unos polítcos que resisten en sus trincheras no defendiendo los intereses generales sino los de sus conmilitones que comen en las manos de sus líderes, árbitros supremos de los destinos de este país. Su salida posibilitaría también la de Pablo Iglesias, pero sin marginar a la gente decente de Podemos. Es claro que ambos dirigentes, muy poco valorados, suspendidos por la opinión pública, abrirían el camino para la formación de un Gobierno que restablecería la normalidad y abriría puertas al campo futuro. Un Gobierno de unidad integrado por el PSOE, Ciudadanos, PP y algún personaje en la línea ideológica prudente que sostiene Errejón, aunque no necesariamente.
La táctica de Mariano Rajoy de cara a proteger su imagen de buen gestor económico, no ha calado, aunque nos machaquen sus medios adictos contándonos historias poco creíbles y ofreciendo las televisiones la invasión de veraneantes haciendo colas, un sesenta y dos por ciento son turistas extranjeros que ingresaran unos setenta mil millones de euros. Las encuestas también ofrecen opiniones muy próximas a la realidad, seguimos creyendo que la crisis permanece y que la bajada del paro se debe a las ofertas de trabajo en precario, periódico, pero muy pocas de larga duración.
Rajoy tiene que irse y promover una renovación completa, tanto en La Moncloa como en el Gobierno y en su partido seriamente chocado por la corrupción que ha supuesto enormes pérdidas a las arcas públicas y a los bolsillos de los ciudadanos. O hace la transición o le harán el cambio en las urnas con un descenso que haría real un gobierno de colorines integrado por socialistas, podemitas, separatistas y confluencias que no caería bien en la Unión Europea ni en el resto de países libres. Un gobierno de este tipo pudiera suponer un retroceso, y Pedro Sánchez lo sabe y lo ha captado, moderando sus discurso en las última semanas. La recuperación del PSOE es una buena noticia, pero en los meses inmediatos deberá demostrar que tiene cintura, programa propio y saber enganchar con la clase media a la que debe incorporar amplios sectores del mundo del trabajo.
La pregunta es de cajón. ¿Cuándo y cómo debe irse Rajoy?. Después del 1 de Octubre, antes sería darle un triunfo político al separatismo instalado en cuatro comunidades autónomas y sobre todo en Cataluña. La no celebración del Referendúm no haría crecer el apoyo de los electores, porque la crisis institucional no es solución de un día o una fecha, sino de amplias y profundas reformas de urgente implantación y consensos sólidos, solo posible sin Rajoy, y sin duda, de Pablo Iglesias, hoy también un problema de imagen con un populismo heredado del MADURAZO. En el seno de Podemos crecen la preocupación, las criticas y el escepticismo que abomina del liderazgo de un radical que ha convertido al partido morado en un cajón de sastre ideológico e intereses regionales contrapuestos. En Cataluña se ha abierto el melón de las luchas internas que ha fomentado astutamente la Alcaldesa de Barcelona, la señora Colau, cansada de los estropicios de las CUP, crecidas y más radicalizadas, que apoyan a un gobierno regional presidido por un personaje de la derecha corrupta catalana, el compañero Puigdemont, toda una hazaña disparatada. Nadie, con sensatez, se imagina una Cataluña gobernada por los antisistemas. Tampoco en el resto de la nación, se acepta tenerlo de presidente del Gobierno desde un partido erosionado por una corrupción galopante. Los malos hacen correr la especie que Rajoy teme irse porque le preocupa lo que decidan los jueces por sus responsabilidades políticas, fuera y dentro del Gobierno. En serio, don Mariano, váyase, es bueno para todos.
Que se vayan todos los que sobran, que es cosa de supervivencia nacional poner a cuarenta y seis millones de españolas y españoles bajo el mandato del fascismo populista o la derecha económica, que sí ha mejorado en sus ingresos, dice la calle, ya sin callar.
Simplemente Pepe, el Pepe Garcia Martinez, el colega legendario en las tareas periodisticas con un montón de calendarios hablando de Murcia, siempre dentro de sus posibilidades que han debido ser muchas pero no todas. Garcia Martinez es un murciano de Jumilla que ha hecho su guerra en defensa de una Región, preferimos decir Reino de Murcia. Es como es que cada uno de nosotros, los escribidores, comentaristas, analistas, redactores y hasta algunos escritores, tengan su eslogan. Nosotros diríamos que nadie en Murcia ha olvidado aquella frase suya, hace un millón de años, de que para los de Madrid y otros lugares vecinos «MURCIA ES LA TONTA DEL BOTE». Han pasado muchas cosas, pero nos tememos que la frase aún está en vigor, con el apellido del Bote corrupto, pero en fin, hoy queremos ser amables y felicitarle, porque el Ayuntamiento jumillano, por mayoría absoluta y previo consenso, lo ha declarado nada menos que HIJO PREDILECTO, cosa rara premiar a un tipo bravo de canallesca prensa. Estamos contigo, como con otros colegas que desde el anonimato han trabajado por mejorar la vida murciana, en todas sus vertientes, sobre todo humanas.
este periodico digital en tres meses se ha convertido en una referencia de análisis e información regional, que merece apoyo. Es una verguenza ver en los DOS DIARIOS DE PAPEL LOCALESa, cuajado de publicidad oficial, páginas enteras. Y los partidos emergentes callando por miedo. Esa es la Murcia que tenemos, der verguenza y salir corriendo.