El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha vuelto a descartar hoy la posibilidad de una mediación europea en la cuestión catalana, y ha señalado que no quiere «que en 15 años haya una Europa de 98 Estados».

La posición del ex primer ministro luxemburgués no es ningún secreto. Lo ha dicho en privado y en público, en tres idiomas, ante cámaras y auditorios. El referéndum del 1 de octubre no era legal ni podía ser aceptado en ningún caso por la UE. Si Cataluña se independizara, incluso legalmente, quedaría fuera de la UE. Y las instituciones europeas no van a mediar, no al menos si no lo pide el Gobierno de Madrid.

«Si permitimos (y no depende de nosotros) que Cataluña se separe, otros lo harían también, y no me gustaría. No me gustaría que dentro 15 años la UE estuviera formada por 98 estados. Es relativamente difícil con 28, no será más fácil con 27, pero con 98 creo que sería imposible», ha dicho el presidente este viernes.

En un acto en Luxemburgo, con la presencia del ex presidente comunitario Jacques Santer, la ex comisaria Vivina Reading o Yves Mersch, del Banco Central Europeo, Juncker ha señalado que «hace un tiempo» le «pidió al presidente español que tomara iniciativas para que la situación en Cataluña no se fuera del control. Algo se ha hecho pero otras cosas no [todavía], ha indicado. Sin detallar exactamente si se refiere a la petición de la semana pasada en al que pedía responsabilidad y una vuelta al diálogo o en alguna ocasión anterior.

Juncker, que se ha pronunciado en muchas ocasiones estas semanas sobre la crisis política que vive España, ha «apelado al sentido de la responsabilidad de todos los actores» de nuevo, y ha querido, a preguntas de estudiantes universitarios, «explicar por qué la Comisión Europea no interfiere» y no puede ni debe hacerlo en este tipo de temas, a pesar de que muchas voces en Cataluña y otros países así lo han requerido. «Recibimos peticiones de todas las partes del mundo diciendo que Juncker debería mediar. Y no. Si la Comisión, el presidente Tusk o el Consejo Europeo fueran en esa dirección, cuando sólo una de las partes pide que haya mediación, llevaría a serias disrupciones en la UE. Y es por eso que no podemos y no debemos mediar».

En Bruselas la cuestión separatista preocupa y mucho. Saben que mediar en el caso catalán sería un precedente peligroso y que todos los que buscan la independencia o más autonomías buscarían la misma vía. Hay riesgo de contagio, y por eso la línea es clara. «Estoy muy preocupado por el hecho de que el vivir en algunas comunidades se ha vuelto tan difícil y arduo que todo el mundo intentará en algún momento recordar su identidad de una forma en la que no pueda ser asociada a otras identidades», ha añadido.

 

 

FUENTE: ELMUNDO