El Ministerio del Interior y la Consejería en esta materia de la Generalitat mantienen en la actualidad un enfrentamiento, ya que por parte del departamento de Juan Ignacio Zoido se ha denegado el permiso para que la Generalitat disponga de 800 armas de guerra más (fusiles de asalto y subfusiles), con los que reforzaría el arsenal que se considera suficiente para una policía autonómica.

Fuentes ajenas a entes oficiales sospechan que detrás de la petición de los de Puigdemont, disfrazada en razones de seguridad por la alerta antiterrorista, situada en nivel 4 reforzado, está el futuro embrión del «ejército de la República catalana». Los Mossos ya cuentan con armas de largas, de guerra en definitiva, como el HK mp5, uno de los mejores subfusiles del mundo, con una capacidad de fuego y causar bajas en un eventual enemigo, que le destacan entre sus competidores. Curiosamente, fue en una de las últimas reuniones, en febrero pasado, mantenidas por el consejero de Interior de la Generalitat, Joaquín Forn, con el Ministerio, cuando volvió a plantear el asunto. En medios catalanes se dijo que Forn había aludido al citado nivel 4 por la amenaza yihadista. La policía catalana tenía que renovar sus armas de protección y ataque, argumentó. De la partida que permanece retenida, forman partes decenas de subfusiles así como una gran partida de munición. Tambíen quería 22 fusiles de asalto de máxima precisióncomo los que utilizan las fuerzas especiales (GEO, UEI, Seals, GIGN, Delta Force, GSG9, etcétera).

Forn, después del desastre operativo ocurrido en el piso operativo de los yihadistas en la localidad tarraconense de Alcanar, lo justificaba todo en la amenaza terrorista. Aunque las cifras que se plantean en cada reunión son más pequeñas, las fuentes consultadas insisten en que lo que quiere la Generalitat son 800 armas de guerra, entre subfusiles y fusiles, con su correspondiente munición. Los 22 fusiles de asalto irían destinados al Grupo Especial de Intervención (GEI), la unidad de élite del cuerpo. Se trata de armas de altas prestaciones con un calibre 5,56×45 mm. El precio, según se publicó, supera los 121.000 euros. Otras armas, a los grupos antidisturbios y así hasta llegar a las 800. Desde la Generalitat se asegura que en agosto pasado se les había garantizado la entrega del armamento. «Nos garantizaron que el 31 de agosto estaría resuelto, pero continúa sin resolverse después de haber pasado los atentados y varias alertas a nivel europeo», dijo Forn en febrero. El conseller de Interior de la Generalitat, que al fin admitió que hay una partida de un millar (son 800) de armas largas y munición para los Mossos d’Esquadra que no ha sido entregada pese al visto bueno del Ministerio del Interior hace casi un año. En una entrevista en Rac 1, afirmó que le preocupa mucho que no se les permita conseguir ese material: «Es inexplicable, es una cuestión urgente y necesaria». Según Forn, desde el 19 de octubre del año pasado, cuando el anterior conseller, Jordi Jané, se dirigió al secretario de Estado, y éste contestó diez días después con un visto bueno, no han tenido otra respuesta. Precisó que la autorización definitiva para la obtención del material está paralizada en la Intervención Central de Armas y Explosivos (ICAE) de la Guardia Civil.

Según las citadas fuentes, todo esto demuestra que tenían mucha prisa en tener las armas, sobre todo antes de la proclamación de la «República». Insistió en que es la Benemérita la que mantiene bloqueado el pedido de armas largas compradas por los Mossos. El consejero Forn admitió que las adquisiciones de armamento de este tipo deben ser validadas de manera definitiva por el ICAE de la Guardia Civil que, sin embargo, todavía no ha dado el visto bueno para la entrega de unas armas que están destinadas a la lucha antiterrorista. «No podemos esperar al último día para decir que nos hemos quedado sin balas», enfatizó. Es la primera vez que se produce este «bloqueo», se quejan los separatistas.

 
 

FUENTE: LARAZON