Se le empieza a aclarar (más bien a oscurecer) el panorama judicial a Carles Puigdemont. Gracias a la lenta y exasperante justicia belga, ‘Cocomocho’ aún podrá seguir dando rienda suelta al victimismo, pero al final, como columnistas y editoriales de la prensa de papel relatan este 18 de noviembre de 2017, el expresidente catalán acabará en prisión.
El diario La Razón carga contra la presidenciable en Cataluña Marta Rovira y su sarta de mentiras contra el Estado:
La carga de violencia verbal de la candidata designada a la presidencia de la Generalitat por ERC, Marta Rovira i Vergés, de la que ayer tuvimos otro cumplido ejemplo, no sólo se explica en el fanatismo ideológico de quien así se expresa, sino que forma parte de una estrategia electoral perfectamente diseñada. Las mentiras infames de gentes como Marta Rovira no sólo producen la lógica indignación de los insultados, sino que, por su malvada naturaleza, son generadoras de violencia.
Ely del Valle manifiesta un deseo que muchos aplaudirían a rabiar y que tiene que ver con el futuro procesal de Carlos Puigdemont:
Alguien dijo que no hay nada más peligroso que un tonto motivado. En este caso, el tonto está claro, y el motivo que le mueve también: salvar su propio pellejo poniéndose morado a mejillones. Lo más asombroso es recordar que hace veinte días Méndez de Vigo dijo que «recibiría con agrado» que este individuo se presentase el 21-D. En fin… allá cada uno con sus agrados. Por mi parte, lo único que le deseo a monsieur Puigdemont es que si tiene que ir a prisión lo haga en una cárcel belga. Para que se entere de lo que vale un peine.
El diario ABC tiene claro que a Puigdemont y sus consejeros prófugos les espera antes o después la cárcel:
Si el juez belga atiende la solicitud del fiscal, Puigdemont y sus exconsejeros podrían ser juzgados en todo caso en España por los delitos de rebelión, sedición, malversación y desobediencia. Lo que sí es seguro para todos ellos es que cuando sean entregados a España deberán ingresar en prisión provisional porque su fuga ya no es un riesgo, sino una certeza.
Salvador Sostres va a cuchillo contra ‘Cocomocho’ y le deja de indigente moral:
Si al final le ha salido mal no ha sido por sus ideas, como él pretende justificar, sino por su indigencia mental y su ignorancia de lo que un Estado es y significa y porque desde Gerona como concepción del mundo no se puede hacer otra cosa que hallar el fracaso más absoluto. Creyó que el Estado le tenía miedo y ha acabado comprando comida para las palomas de la Grand-Place. Payés errante, ¿dónde vas?
Ramón Pérez-Maura asegura que Puigdemont ha conseguido dar argumentos para que los países dispongan de un Gobierno central fuerte:
El golpe que han asestado Puigdemont, Junqueras et álii a las minorías europeas es de difícil superación. Estos catalanes sediciosos acabarán siendo equiparados con Atila, el Rey de los Hunos, de quien se dice que por donde pasaba no volvía a crecer la hierba. Pues el paso de este Gobierno por la Generalidad y su traición a España va a servir como ejemplo a Europa entera de lo que no hay que hacer. Puigdemont y los suyos han dado el argumento perfecto para los defensores de un Gobierno central fuerte, siguiendo el modelo francés.
Luis Ventoso le mete un soberano palo a Nuria de Gispert y sus acólitos por xenófobos:
Entonces, si no existía esperanza de mejorar, si incluso estaban dispuestos a pasar penalidades con tal de ser independientes, ¿cuál era su móvil? Pues muy sencillo: un sentimiento. ¿Y cuál es ese sentimiento tan tenaz, capaz incluso de empañar sus ojos con lagrimillas épicas? Pues a poco que se rasque, el que tan bien ha delatado doña Nuria: somos superiores. Xenofobia en vena. Así de pueril y rancio. Cataluña para los catalanes de pedigrí y la chusmilla española, ¡para Cádiz! Es deprimente reconocer que no había otro combustible en la obnubilación delincuencial del taimado Junqueras y el pintoresco prófugo de Flandes.
El diario El Mundo da por hecho de que Puigdemont acabará preso por la Justicia española, aunque gracias a Bélgica aún tendrá algunas semanas para derramar victimismo:
Ya no hay dudas de que Puigdemont podrá explotar el victimismo y hacer campaña para las elecciones catalanas del 21-D desde su refugio en Bélgica. Porque los dilatados plazos dados por la Justicia de este país para resolver su extradición harán inviable que comparezca ante el juez antes de los comicios. Después, presumiblemente, volverá a ser aforado y su causa pasará al Supremo. Pero ayer Puigdemont recibió una de cal y otra de arena.