«Ni lo he hecho, ni lo haría, ni podía». Ignacio González no ordenó ni conocía el espionaje político a adversarios de Esperanza Aguirre en el PP de Madrid. El exvicepresidente ha negado todo este martes en su declaración como testigo en el caso Espías, que le ha aupado como protagonista inesperado tras ser señalado por dos acusados, ambos agentes de la Guardia Civil, como la persona que por su «especial interés» motivó el encargo de usar personal de la Comunidad de Madrid para seguir a los rivales políticos de la expresidenta.
En un breve interrogatorio de poco más de 20 minutos, González ha justificado que su puesto en el Gobierno no le otorgaba «ninguna competencia» en materia de «Interior, Justicia o Seguridad» y asegura que no tenía «ninguna relación» ni departía con Sergio Gamón, el director general de Seguridad de la Comunidad de Madrid apuntado por varios acusados como el responsable de ordenar la vigilancia a Manuel Cobo, Alfredo Prada o Cristina Cifuentes. También niega que haber participado en la investigación interna abierta por Aguirre y comandada por Francisco Granados que concluyó que no había pasado nada.
El exvicepresidente, señalado como el supuesto cabecilla del caso Lezo, se ha presentado, aparte de como un absoluto ajeno a la presunta operación de seguimiento, como una víctima de otro espionaje. «Fui espiado en el año 2008. Lo denuncié. Es el único espionaje que yo he conocido en la Comunidad de Madrid», ha afirmado, en referencia a las grabaciones archivadas por la justicia y efectuadas durante un viaje a Colombia como presidente del Canal de Isabel II.
La vista se ha iniciado con una «disculpa por el lío» de la jueza, que hace apenas 24 horas anunció que mandaría a la Policía a buscar a González a su casa por no presentarse al juicio. «Efectivamente fue un error de la secretaría», ha admitido la magistrada. «Fue bastante lamentable, me encontré a los medios acusándome de que había eludido la acción de la justicia. Se lo agradezco», ha respondido el testigo, que ha querido aclarar que él solo «recibió una notificación», no dos.
La mano derecha de Aguirre ya fue interrogado por una comisión de investigación sobre el asunto en la Asamblea de Madrid. En sede parlamentaria utilizó la misma línea argumental que este martes. «No está acreditado y no existe», dijo entonces. Hoy ha asegurado, como lo hizo ayer Aguirre, que tuvo conocimiento del caso por lo que se publicó en la prensa.
La expresidenta apeló el lunes a este mismo desconocimiento, pese a que Sergio Gamón, señalado en el juicio como el cargo que dio el mandato directo a los policías y guardias civiles de espiar, era de su máxima confianza. Había sido su escolta en su etapa como ministra de Educación y fue colocado por ella misma como director general de Seguridad de la Comunidad de Madrid.
Las preguntas a González han estado marcadas por las interrupciones. En su mayoría por parte de la jueza, que las ha tildado de «impertinentes» en varias ocasiones por entrar en cuestiones «políticas» que no se están juzgando. El juicio, que se produce una década después de tener lugar los supuestos hechos que se investigan, dirime en realidad si hubo un delito de malversación de caudales públicos.