«¿Por qué no te callas?». Así se llama el boletín mensual con el que originalmente José Manuel Sánchez Fornet hacía circular sus pensamientos como creador de una asociación para combatir la corrupción en España. Más conocidas son sus intervenciones como secretario general del SUP, el Sindicato Unificado de Policía que dirigió durante 12 años hasta que dejó el cargo en 2014. Desde entonces se ha convertido en un opinador con más de 10.000 seguidores en Twitter, donde vierte sus ideas y genera polémica, la última de especial trascendencia, pues en ella señala que la víctima de La Manada en San Fermín no es tal, que se trata de una denuncia falsa y que si los cinco hombres «la invitan a seguir de fiesta con ellos no habría habido denuncia».

«Es una denuncia falsa de un acto consentido que por la presión social dos jueces han convertido en una condena mal razonada», explica el exdirigente del SUP en un artículo publicado en confidencialandaluz.com, para quien la explicación de la situación en los Sanfermines de 2016 es sencilla: «Si en vez de comportarse como los miserables que son y dejarla abandonada y robarle el móvil la invitan a seguir de fiesta con ellos no habría habido denuncia. Su preocupación tras la presunta brutal agresión es que le habían quitado el móvil».

Para apuntalar sus argumentos, Sánchez Fornet utiliza diferentes extractos de los 370 folios de la sentencia emitida por los tres jueces de la Audiencia Provincial de Navarra, especialmente algunos del voto particular del magistrado Ricardo Javier González González, para quien, según él, razona jurisprudencia del Tribunal Supremo, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para declarar la incompatibilidad de la sentencia con los hechos probados.

«Si valoramos los hechos por la catadura moral de los condenados, la injusta sentencia es lo que merecen por sus antecedentes, por su comportamiento en este y otros casos y por asuntos pendientes, porque son dignos ciudadanos de un país cuyos líderes políticos y masa social se comportan con la misma moralidad que ellos: ninguna«, añade, para cerrar con otro ataque a la clase política española: «Las manifestaciones de Pedro Sánchez, Susana Díaz, Pablo Iglesias y otros responsables políticos evidencian la catadura moral de nuestra sociedad, que parece desenvolverse en una pocilga donde no existen valores ni principios».

Sin embargo, las ideas de Sánchez Fornet no terminan con su artículo, sino que tienen prolongación en Twitter. Ahí, el exsecretario general del SUP señala que «no fue violación, ni abuso, fue una orgía promovida por ella y una denuncia falsa. Así consta en las pruebas del sumario» y por eso dice que los cinco miembros de La Manada han sido «condenados por miedo a la presión social». Y va más allá: «Lo/as fanáticos/As no piensan. Si llaman fascista a Serrat o Paco Frutos por no ser nazicatalanistas, el mismo nivel es discrepar de lo que dice la secta fanática por creer que la mujer de La Manada mintió. Eso te hace ultramachista violador» [sic].

Es más, explica que José Ángel Prenda, Ángel Boza, Jesús Escudero, Antonio Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo son poco más que unas víctimas de una caza de brujas. «En julio de pasado año dije que el imán de Ripollet olía a confidente policial o del CNI a la legua. Tres meses después se supo. Pues atentos a esta denuncia falsa de violación y a la ingeniería social. Los 5 de la Manada ganaron el casting de malos para ser protagonistas», argumenta en otro tuit. Y termina con una defensa de los tres jueces del caso de La Manada.

«Cuando el fanatismo está trufado de ignorancia pasan las cosas que pasan. Lo/as ignorantes se creen que ellos/as dictan sentencia. La ley de la selva. Ni democracia, ni justicia, ni DDHH ni presunción de inocencia. La jauría de mononeuronales gruñendo como lo que son«. Y sigue: «Fanáticos y fanáticos de cualquier causa son igual de impresentables. También quienes creen que la palabra de una mujer vale más que 3 jueces, pruebas y relato de los hechos. Se escudan en el feminismo por ignorancia. Son fanáticas».

Todo lo anterior para concluir que «más pronto que tarde, palabras como democracia, justicia, derechos humanos, presunción de inocencia… volverán a recobrar su valor por mucho que la jauría ignorante las pisotee».

 

 

FUENTE: ELESPAÑOL