El miedo es un recurso clave y fundamental que utilizan las élites dominantes para controlar, dominar y movilizar las masas. «Habría que pensar sin miedo». La logia caciquil que representa el patriarcado local, los muros del poder económico, político y su consecuencia feroz, la autocensura remunerada y los medios ‘bien pagaos’, ensombrecen cada vez más el periodismo de investigación, a sus profesionales y gacetilleros altruistas. El oficio más bello del mundo no goza de buena salud en una sociedad donde la violencia institucional se ceba con los más débiles y sirve reverencialmente a ricos y poderosos.»
Habría que pensar sin miedo», y andarme yo por dentro, sin prisa y sin consuelo, podría definirme, ponerme nombre al cuello, con bordes y con grapas como un palafranero. En tiempos de incertidumbre la realidad de los pueblos se ve alterada, tanto como el comportamiento de los ciudadanos de manera individual y social se ven obligados a sucumbir y adaptarse a las nuevas realidades ¿Cuál es el poder de gobernar a ciudadanos llenos de miedo?¿Quién se beneficia de eso?.
El miedo aparece y crece tras una experiencia emocional desagradable, donde aparecen todo tipo de teorías conspirativas que potencian un mar de dudas y las hacen navegar entre angustias y miedos que llevan a la gente a realizar acciones o tomar decisiones que en situaciones normales serían impensables o incluso absurdas.»Habría que pensar sin miedo», en una sociedad pisoteada donde el poder se empeña en mantener sus privilegios a costa de extender oscuridad donde los periodistas honrados quieren trabajar por arrojar luz y claridad.
Donde hay compromiso, profesión y honestidad, hay esperanza. Donde hay Periodismo, hay verdad, criterio y conocimiento, hay poder de cambiar las cosas. Porque hay libertad.
La presión política y económica es la batalla diaria. La mayor de las satisfacciones es poder constatar que, un día más, se da a los ciudadan@s una información exenta de cualquier tipo de sombra: una información veraz y verdadera; una información rigurosa, no construida para ser creíble, sino siendo cierta. Pese a quien pese. Caiga quien caiga (y, creedme, han caído y caerán).
Los lectores y seguidores que defienden y apoyan el conocimiento de la verdad, por un lado, y los periodistas que trabajan con compromiso y sentido de servicio público, por otro, tienen cada vez más en sus manos la responsabilidad de impulsar ese Periodismo, velando por preservarlo. Nada más y, sobre todo, nada menos.
En este humilde medio de comunicación, nos esforzamos siempre por arrojar luz donde los poderes fácticos ponen sombra, cada día, minuto, segundo… Y nuestra motivación por el trabajo bien hecho nos lleva a pediros que ocupeis un sitio a nuestro lado en la lucha diaria; aquí, en la calle y por la democracia que quieren aniquilar. Os necesitamos para ser más fuertes, para crecer en investigación, en información, en destapar injusticias, para ejercer más Periodismo valiente, ése donde cuentas tú como persona y ciudadano por encima de todo.
Ese Periodismo que va con la gente normal a los lugares donde no quieren que vayamos: instituciones opacas, delegaciones administrativas y otros departamentos públicos carentes de transparencia, empresas explotadoras, mafias policiales, entretramados fiscales, consorcios opacos, lobbies patriarcales, bandas de delincuentes para la explotación y trata de trabajador@s, industrias implacables, insalubres y maltratadoras de humanos y animales, lugares de tradiciones fascistas, fincas y edificios robados por el franquismo y mantenidos con la complicidad del poder post- régimen. Tantas y tantas zonas oscuras, impunes y cargadas de dolor e indignidad.
Necesitamos unirnos, para trabajar codo con codo por esta sociedad con tantas posibilidades para tod@s y, sin embargo, desbordada con trampas, desigualdades, manipulaciones y esclavitudes. Vamos a destaparlas unidos. Comprobad con hechos e información que el Periodismo y una comunidad que lo respalde son un arma cargada de pasado y memoria, presente y denuncia, futuro y progreso.
Si nos unimos, caerán y acabarán las mordazas y las cadenas. “Un buen periódico es el pueblo hablándose a sí mismo»; porque un buen periódico no son sólo sus periodistas sino también y ante todo, sus lectores, la vida que viven o les quieren hacer vivir, sus inquietudes, dudas y deseo de contar y ser informados sobre un mundo que abrimos y diseccionamos en canal cada día. Os esperamos con toda la ilusión y las expectativas de construir un municipio que haga grande todo lo que le rodea.