De un tiempo a esta parte, no dejo de sorprenderme.         

 Veo que hay quiénes están alzando la voz en Mazarrón, pidiendo un “cambio” en el PSOE y asegurando tener un proyecto ilusionante y fresco para recuperar nuestro pueblo y arrebatárselo a la “logia caciquil” que acopla y organiza la derecha más absolutista que nos viene a enervar de nuevo. Y eso que entre garantes del bipartidismo no se pisan la manguera.                                                                                                                                           

Evidentemente, no me sorprende por el mensaje, porque los que me conocen saben que desde este y otros colectivos de opinión llevamos muchos años alzando la voz reclamándolo y ayudando a concretarlo. Por fin se pudo e intentó mediante el “Pacto de Bahía”, aunque para pena nunca llegó.                                                                                                         

Lo que me sorprende es de dónde parte y su falta de contenido real, y me explico….

Es curioso, cuanto menos, que la ineludible renovación la demanden, precisamente, aquellos que llevan décadas en el “machito”, dentro o fuera del Ayuntamiento con total arbitrariedad y sin bajarse de la burra. Los mismos que, en algunos casos, pedían cabezas y aseguraban no irse sin llevarse a unos cuántos por delante, son los que ahora piden un acelerado e inexorable giro a la izquierda para la regeneración del partido y su transformación dogmática.

Por consiguiente, es de suponer, que harán un ejercicio de reflexión, análisis y asimilación de lo evidenciado en la coalición de 2011 o lo acordado en esta legislatura con menos invitados a la mesa, y serán los primeros en renovarse a sí mismos. A no ser que se trate de otro “quítate tú para ponerme yo’’. No me han engañado, ni ahora ni antes. Ya nos conocemos. Lo único que podría desilusionarme sería ir contra mis principios o que aquellas personas que aprecio y con las que comparto sentimientos y modos de entender la vida, me decepcionaran.

Si a todo ello le sumamos que, se supone, sigue en mente el nuevo e interesante proyecto de “cambio” anunciado a bombo y platillo en elecciones (cambiar todo para que nada cambie), o que están escuchando a todos y todas para ponerlo en marcha, cuando la realidad es que solo siguen hablando y conviniendo con los cargos orgánicos e institucionales de siempre integrados en el “Gran Sanedrín Fáctico”, que se supone son los que hay que renovar.

Pues disculpen pero, al menos yo, no me creo nada.

Hoy veo con tristeza que se están volviendo a cometer los mismos errores, a pedir los apoyos a los mismos dirigentes acomodados de siempre, alcaldes y concejales, secretarios generales, etc., y no me queda más opción que preguntarme: qué pasa con el poder de las bases, qué pasa con la ilusión por cambiar las cosas, de progresar unidos hacia adelante, dónde quedó aquello de que cuando las bases se mueven no hay quien las pare… Para mí, la respuesta sigue estando en cada uno de los compañer@s, aquellos que en su mirada todavía veo que me piden que hay que seguir intentándolo, que no podemos parar hasta que, realmente, en Mazarrón, nos llegue el entusiasmo perdido y poder volver a decirles que lo conseguimos de nuevo. Es por ello por lo que los Socialistas que formamos parte de aquella encomiable época del 75/85 tenemos que ayudar a impulsar un proyecto serio de verdad, plural y con gente leal que siga trabajando, esforzándose y dando parte de su tiempo para contribuir a su elaboración y puesta a punto, sin pedir nada personal a cambio, sólo quiere “cambio”.

Es por lo que llevamos meses machacando en los medios y haciendo críticas a los grupos de trabajo locales y regionales, y ahora a los socialistas del “Equipo de Gobierno”, para devolver la ilusión a tod@s los que habíamos dejado de creer en la revolución de las rosas, a los que seguimos leales a aquello que nos unió y no creemos en mesas camillas ni “despachos influencers”, en definitiva, a los que pensamos que un “cambio”cierto es posible y que volveremos a ilusionar a nuestra gente con un proyecto de progreso, social y realizable con un líder que vuelva a conseguir la mayoría suficiente para devolver a Mazarrón un gobierno de centro-izquierda moderado, solidario, igualitario, sensible y democrático, que acabe con el caciquismo patriarcal post régimen.

Ahí es donde nos encontraremos siempre.                                                                                               

POST SCRIPTUM: “Todas las ideas para el cambio, incluso las más respetables, deben adaptarse a nuevas realidades”.

COLECTIVO EN CLAVE TRANSPARENTE