Vox hace descarrilar la coalición PP-Ciudadanos y advierte de que mañana puede repetir la jugada. El ex alto cargo popular se desquita y demuestra que no va de farol, mientras que deja temblando a López Miras y los suyos

 

Estaba cantado el fracaso de López Miras para conseguir la presidencia en el primer intento. Es un descalabro compartido con Ciudadanos y el pacto de gobernabilidad; un documento que firmaron para repartirse el Gobierno regional sin que ambos partidos tuvieran los votos suficientes. En su primer envite, Vox no iba de farol, y Luis Gestoso, ex alto cargo del PP, se ha desquitado a sus anchas. Los naranjas y los ‘anaranjados’ creían que el apoyo de Vox les llovería gratis del cielo, ya que no se imaginaban que la caballería de Abascal se alinearía con el PSOE y Podemos. Ayer se llevaron el primer susto y queda por ver qué sucederá el jueves. A López Miras le valdría incluso el voto nulo o en blanco de Vox, en lugar de la abstención, pero ni siquiera tiene seguridad en ello.

En el campo de maniobras de la sede parlamentaria, Luis Gestoso dejó entrever que pueden repetir mañana su voto negativo y forzar un nuevo plazo de negociación hasta agosto. Miguel Garaulet aseguró que su partido no piensa cambiar de caballo de buenas a primeras (para echarse en brazos del PSOE), y que van a respetar el acuerdo con el PP, lo cual se deja a la libre interpretación. Garaulet cree que la posición de Gestoso es puro teatro y que está disfrutando de su momento de gloria ( y vaya si lo hace). El diputado naranja espera que Vox sea mañana ‘un buen chico’ y dé luz verde a la coalición.

El lunes por la tarde hubo un intento de acercamiento propiciado por el PP, para forzar una fotografía entre Luengo, Garaulet y Gestoso alrededor de un documento que no hacía falta que firmara Cs. Bastaba con que dijera que no le hacía daño. Era el mismo papel del fin de semana, pero con un ‘afeitado’ que fuera digerible para Ciudadanos. Ni con esas. Los populares amanecieron con caras de circunstancias, más pesimistas y acuciados por un tiempo que se acaba.

Cs y Vox se culparon recíprocamente de darle el gobierno al PSOE si la operación se va definitivamente al traste. Gestoso se cuidó mucho de precisar que votaban contra el gobierno de Isabel Franco y de Cs, y no contra López Miras y el PP. Un mensaje al electorado.

Cs se apropia del Gobierno nonato

Isabel Franco fue el blanco de todas las intervenciones

La segunda sesión del debate fue la continuación del esperpento de la primera, donde Ciudadanos se colocó de ‘motu proprio’ en el centro del universo: apropiándose del nonato gobierno de coalición, y tratando de confinar a Vox a un rincón, para que no estorbe. Hay que ver lo que se puede conseguir con seis diputados y 900 votos menos. ¿Cómo pensaba Ciudadanos sacar adelante su pacto con el PP sin la intervención de Vox, aunque fuera pasiva? Si al final hay coalición y mete mano en el Gobierno, será gracias a Vox, ese partido de ultraderecha al que ha colocado detrás de un cordón sanitario.

Isabel Franco fue el blanco de las interpelaciones de los demás portavoces -principalmente de Diego Conesa y José Luis Liarte- como si estuviera en su mano modificar el rumbo marcado por su partido. Mientras no se demuestre lo contrario, es sabido que Franco carece de capacidad de decisión. De hecho, no contestó por la mañana a los requerimientos que le lanzó el PSOE para cambiar de socio, y tampoco a las acusaciones veladas de blanquear a un partido corrupto como el PP. La portavoz de Ciudadanos -que se ha quedado con la vicepresidencia del Gobierno colgando de la brocha- ‘locutó’ un discurso escrito por un contable y lleno de lugares comunes. (Los demás portavoces tampoco fueron un dechado de oratoria, excepto Urralburu). Franco actuó como si fuera la candidata a la presidencia y vendió el pacto con el PP como un ejemplo de regeneración, recordando que las urnas dejaron una mayoría de centro derecha en la Región que se traduce en dicho acuerdo.

Ciudadanos ha marcado muchas líneas rojas que le impiden pactar con el PSOE de Pedro Sánchez, y la principal es Cataluña y todo lo que arrastra. También los impuestos y la educación. Y esa barrera se extiende hasta la puerta de Diego Conesa. De ahí que el portavoz del PP, Joaquín Segado, machacara con los peligros del «sanchismo», en un doble mensaje a Cs y Vox para que se dejaran de tonterías y facilitaran la presidencia de Miras.

Urralburu: «¿Qué hacemos aquí?»

El lenguaje de Vox: «Patria, hispanidad, vascongado…»

Óscar Urralburu resumió la situación: «No entendemos qué hacemos aquí». El portavoz de Podemos no se anduvo con medias tintas y responsabilizó a Isabel Franco (otra vez) de dejar el Gobierno murciano en manos de la ultraderecha.

De momento, Vox ha hecho descarrilar la coalición en la primera curva. José Luis Liarte pronunció palabras que apenas se escuchan en el hemiciclo: hispanidad, patria, vascongado… Un repertorio de raíz combinado con el poco afecto, o ninguno, que Vox tiene hacia las autonomías, a las que responsabiliza de crear desigualdad entre los españoles. También estuvo muy crítico con la lentitud de la Justicia.

¿Quemó su último cartucho?

Diego Conesa se lanzó directo a la yugular

Diego Conesa se lanzó directamente a la yugular: reivindicó su victoria en las elecciones y le echó en cara a López Miras que le pusiera, a dedo, el imputado Pedro Antonio Sánchez, quien todavía le maneja entre bastidores. Reprochó a Ciudadanos que mantenga al partido de la corrupción. El líder socialista apuró sus últimos cartuchos, casi convencido de que mañana jueves quedaría investido López Miras después de tanto paripé.

Joaquín Segado sacó toda la artillería contra Conesa: la herencia de Andalucía, los ‘halcones’ socialistas murcianos investigados, Otegi, los impuestos y la posición de Hugo Morán sobre el Trasvase. (Casi a la misma hora, García Page centró su discurso de investidura en el acueducto: «Es la legislatura de la desalación o de la desolación», manifestó en Toledo).

Los populares tienen un límite de 48 horas para fabricar un trío político a la murciana con Cs y Vox. Cada cual tendrá que explicar a sus electores qué hace con sus votos.

 

 

FUENTE: LAVERDAD