Poco después de las 10: 30 horas comenzaba el acto institucional que el Ayuntamiento de Barcelona organizó en la Plaza de Cataluña para recordar el atentado que sacudió Barcelona hace un año. Austera y breve, la conmemoración conducida por la periodista Gemma Nierga ha consistido en la interpretación de «El canto de los pájaros» como introducción, seguida de la lectura de un texto de John Donne en las ocho lenguas que hablaban las víctimas del atentado y han cerrado el acto las canciones «Somewhere over the rainbow»; «Imagine», de John Lennon; «Hallelujah», de Leonard Cohen y «Cualquier noche puede salir el sol», de Jaume Sisa.
Tal y como pretendía el gobierno de la ciudad, no ha habido parlamentos políticos y el evento ha girado en torno al recuerdo de las víctimas. Sin embargo, ha sido inevitable que la polémica presencia del rey manchara el intento de no politización de un acto que ha acabado con independentistas y unionistas recriminándose unos a otros, precisamente, haber politizado la conmemoración.
Barcelona se ha levantado con dos pancartas contrarias a la presencia del monarcaen la ciudad, una en plaza Cataluña y la otra en La Rambla. Antes de que comenzaran los actos de conmemoración, el PP ya había hecho la petición formal de la retirada de estas pancartas, que también han reunido grupos de manifestantes pro-monárquicos que querían la desaparición. Así, incluso antes de que la comitiva del Ayuntamiento saliera del Consistorio, ya se anunciaba una mañana con fuerza movimiento político.
Mientras los familiares de las víctimas, seguidos por representantes de la política municipal, se dirigían al mosaico de Miró de La Rambla para una ofrenda floral, una cincuentena de manifestantes pro-monárquicos se reunían en la fuente de Canaletas. Poco después se dirigieron a la plaza Cataluña y, envueltos con banderas de España, esperaron la aparición de Felipe VI entre gritos de «Viva España». La tensión crecía mientras el resto de asistentes al acto les pedía silencio. Con la aparición del rey se levantó un aplauso seguido de gritos de «Felipe» y «No estás solo».
Por su parte, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, saludó al jefe del Estado y le presentó a la mujer del ex-consejero de interior Quim Forn, actualmente en prisión. Los principales líderes de la escena política estuvieron en primera línea del acto, acompañados de representantes de los diversos cuerpos de seguridad. La CUP fue el único partido ausente ya que, como el ANC y Òmnium Cultural, rechazó la invitación por considerar una «hipocresía» la presencia de Felipe VI.
Así, los representantes municipales de la organización decidieron unirse a la movilización paralela al acto institucional que han organizado los CDR: una marcha por La Rambla que comenzó a las 10:00 horas en la plaza Portal de la Pau. Eulàlia Reguant, de la CUP-Capgirem Barcelona, justificó esta decisión diciendo: «No queremos estar al lado de aquellos que a través del comercio de armas son cómplices de estos tipos de atentados».
Inevitablemente la marcha de los CDR se acabaron encontrando, en lo alto de La Rambla, con los pro-monárquicos que salían del acto institucional y se volvían a dirigir en Canaletes. El encuentro se tradujo en una guerra de banderas y acusaciones mutuas de politizar el acto que los Mossos d’Esquadra se han apresurado a detener.
Aunque todos los partidos habían declarado reiteradamente su voluntad de centrar toda la atención en las víctimas y dejar de lado la política, prácticamente todos sus representantes han querido hacer declaraciones tras el acto.
Desde el Govern de la Generalitat, Quim Torra hizo un llamamiento a participar en la manifestación que el ANC y Òmnium Cultural organizan esta tarde ante la prisión de Lledoners para mostrar su agradecimiento al ex-consejero Quim Forn, que estaba al frente de Interior cuando tuvo lugar el atentado, y que ahora se encuentra detenido por el referéndum del 1 de octubre.
Pablo Casado, presidente del PP, coincidió con Albert Rivera e Inés Arrimadas, de Ciudadanos, al condenar las pancartas contra la presencia del rey en el acto. «El rey de España es también el rey de Cataluña», sentenciaba Rivera, que añadía que «hoy los españoles tomarán nota de los que hemos estado a la altura».
Por su parte, Casado denunció que “en la pancarta haya una imagen del rey es un insulto intolerable» y recalcó muy especialmente su apoyo a la Policía nacional y a la Guardia Civil «sobre todo después de ciertas insinuaciones que se han hecho últimamente desde la prisión «.
Por parte de Podemos, Ione Belarra ha considerado que ha sido un acto «muy emotivo» y «centrado en las víctimas», en este caso sin declaraciones políticas. El partido socialista, con representantes tanto de los grupos estatal como catalán y municipal, adoptó una posición muy similar y consideró que “se ha conseguido centrar el acto en las víctimas»; también recalcó la labor que hicieron las fuerzas de seguridad hace un año.
Costa no le da la mano al rey
Según informa Vilaweb, el vicepresidente del Parlament de Catalunya, Josep Costa, rehusó dar la mano al rey Felipe VI durante los actos de homenaje a las víctimas. El monarca, “ofendido” según el citado medio, no ha saludado a ningún miembro más de las autoridades catalanas y se ha dirigido directamente a las familias de las víctimas.
Tal como explica el digital, el rey le habría dicho a Costa que su gesto no cambiaría la situación política. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se ha atrevido a saludarlo después de su gesto.