Adiós verano caliente, adiós. Hola, otoño hostil. Repaso la información de estos días y no hay mucho nuevo bajo el sol. Ahí tenéis a los mandamases locales, dispuestos a convertir la nueva temporada política, en otra pesada y larga fase de su interminable contienda electoral, con imprecisos movimientos de salón que crean ilusión en los forofos más leales al pacto del “buen provecho” y un mediático plan de inversiones para “lelos” hinchado de “hotmoney”. Ahí tenéis a los convenidos valedores de la renovación institucional y el cambio político, cuando lo único que renuevan son los agravios: ahora hablan de deslealtad, chantaje y conspiración. Y ahí tenéis a un equidistante “Equipo de Gobierno” ante su etapa más festera que alargarán con suerte hasta el Carnaval si la pandemia lo permite, porque en Junio se cierra el “chiringuito de las bicocas” y se abre la veda “a tumba abierta”, una insufrible cruzada con decisiva batalla final y las espadas en todo lo alto.
Tengo la impresión, de todas formas, de que algo o alguien sí puede cambiar a no mucho tardar, aunque solo sea en la superficie del poder: Gaspar Miras. El acomodaticio “Gabinete de los sueños rotos” que alumbró la ilusión de cambio y “por el cambio”en esta legislatura le concede los primeros logros y días de gloria en mucho tiempo, sobre todo en lucimiento político: Mazarrón entra en fase de inversiones y sus poderosos Alcaldes extienden un interesado abanico de “proyectos gananciales” sobre el municipio; UIDM supera el menosprecio demostrado hacia su partido por los sectores PP-SOE más afectados en su hegemonía municipal y, según los pesos pesados que manejan el partido, confían en el rejuvenecido y maleable “conciliábulo progre” como socio fiable, superando la desconfianza creada por los desplantes causados; y la facción bipartidista regional más púnica tiene el detalle de enviar a Mazarrón a sus máximos responsables para sostener la coalición, en un incomprensible gesto de siniestra complicidad para la indignada militancia bipartidista no alineada. Digamos como complemento que las fuentes informativas de afinidad socialista vinculan estos éxitos a la sustitución del Regidor de la Villa, como si el Primer Edil hubiese sido el responsable de los fracasos y fallos anteriores. ¡Ay de los vencidos! ¡Ay de los políticamente apartados!
¿Cuáles son los enemigos de este Gabinete bicéfalo que pretende comenzar su tercera temporada con la vitola de equipo sólido, respetable, templado y ganador? Básicamente tres: los celos y la deslealtad entre socios de gobierno que no descansan para hacerse con la bandera del poder; las exigencias de los independientes que pondrán precio al diálogo en forma de presión en las inversiones, contratas y en la estabilidad distributiva, y algo novedoso: la figura sobresaliente de los cachorros sociatas, proclamados sucesores de Miras en el liderazgo del “Antro Municipal”, ya que el Regidor solo puede triunfar si le quita votos al partido con el que gobierna. El lo sabe y Campillo también, aunque a día de hoy eso es más que improbable. El tóxico enfrentamiento está siendo notable, aunque todavía no estruendoso, en los asuntos materiales: el simulado control de facturas desorbitadas que ha provocado una tensión inquietante; el salario de los ediles comparsa, auténtica medición de fuerzas, y los continuos cambios de funcionarios clave y personal de confianza. Todo ello anuncia un belicoso combate hasta junio, tenso y lleno de sobresaltos como guía preelectoral y última oportunidad de movimiento del “sillón de tersssiopelo”.
POST SCRIPTUM: “Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…del miedo al cambio”.
Los errores no se niegan o esconden, «se asumen», los celos y la envidia no se lloran, «se superan», y la lealtad ni se grita ni vocea, se demuestra.
El socialismo se cuartea:
Una racha de errores y despropósitos sacude los cimientos del Antro Municipal. Las pifias se suceden, los socios se rebotan y el crédito se agota. Es la hora del retorno de los brujos del Sanedrín para enmendar el entuerto.
El cretinismo político local de los mandamasillos munícipes no parece mostrarse preocupado por los derechos de los ciudadanos de este pueblo aletargado bajo el yugo caciquil y la «red clientelar» institucionalizada(me perdonan el oxímoron) o por la trascendencia política de los ultimos atropellos prebélicos con una parte de la oposicion.
Cualquiera que profundice en la política local de un municipio pequeño se dará cuenta de ello: cómo la clase política ha vivido durante años enchufando a sus familiares y allegados, cómo se han generado redes clientelares y de estómagos agradecidos que, al tiempo que conforman sus graneros de votos, también les blindan frente a la Fiscalía.
En cierto sentido y por mi experiencia en política local, el sistema aplicado por polític@s y empresariado en estos pueblos es muy similar al de los narcos en la Colombia más oscura: tod@s conocen las malas artes de quienes llevan las riendas del municipio, pero nadie tira de la manta, bien por miedo, bien por agradecimiento por los favores recibidos o prometidos. Dicho de otro modo apesta.
Por lo general, las vendettas se corresponden con partidos rotos y fraccionados en intestinas guerras de clanes. Lo fue el PSOE de los noventa en el punto álgido de su corrupción con la contienda fratricida entre bandos por controlar la ‘red clientelar’ y el partido, y lo es ahora en el PP por la misma causa. Uno y otro por no apercibirse de las causas latentes de su declive hasta el momento en el que el montaje se desploma por su propio peso. En medio de tales trifulcas, nadie conoce a nadie ahora en el PP y todos disparan entre sí.
La omertá se impone en los partidos del régimen bipartidista que dominan Mazarron desde hace casi 40 años, sofocando cualquier atisbo de irse de la lengua. Esa omertá es más intensa, si cabe, que el denominado patriotismo de partido que juzga las conductas punibles no por su naturaleza, sino por quién incurra en ellas. De esta guisa, a imagen y semejanza de los clanes sicilianos, se antepone al nosotros y ellos, por encima de verdadero y falso.