El Rey Felipe VI ha decidido renunciar a la herencia de Don Juan Carlos«que personalmente le pudiera corresponder» y ha anunciado que Don Juan Carlos deja de percibir la asignación que tiene fijada en los Presupuestos de la Casa Real.
Esta información se ha conocido un día después de que el Rey se haya visto envuelto entre nuevas irregularidades financieras de su padre a través de dos cuentas ‘offshore’.
La primera de las cuentas, de nombre Lucum, habría sido la destinataria en 2008 de 100 millones de dólares (unos 65 millones de euros) que Arabia Saudí habría pagado a Don Juan Carlos por mediar en la contratación del AVE a la Meca. La segunda cuenta, de nombre Zagatka, era utilizada presuntamente por el primo del rey emérito, Álvaro de Orleans-Borbon, para pagar viajes al padre del actual monarca. Felipe VI aparece como beneficiario en ambas.
Lo sabía desde hace un año
Sobre Lucum, la que albergaría los pagos desde la teocracia musulmana a Don Juan Carlos, el mismo comunicado apunta que Felipe VI tiene conocimiento de ser beneficiario desde, al menos, un año.
Según la cronología expuesta por Casa Real, el Rey Felipe recibió una carta el 5 de marzo de 2019 de parte de una firma de abogados británica, Kobre&Kim, en la que se le informaba de su supuesta designación como beneficiario de la “Fundación Lucum”, desde el momento en el que se produjese el fallecimiento de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos.
Semanas más tarde, el 21 de marzo, el Rey respondía al citado despacho de abogados que «ni Su Majestad ni Su Casa tenían conocimiento, participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba, -por lo que carecía de toda justificación lícita su involucración en los mismos-, ni designaría representante legal para iniciar negociación alguna con el citado despacho de Abogados sobre los
hechos descritos».
Un mes de la primera comunicación entre el bufete y la Casa Real, el 12 de abril, Felipe VI compareció ante notario para manifestar que había mandado «una carta a su padre, el Rey don Juan Carlos, a fin de que si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum, dejara sin efecto tal designación».
En el mismo acto notarial, Felipe VI expresó»no haber tenido conocimiento ni prestado consentimiento a participar, en nombre propio o en representación de terceros, en particular de su hija, en ningún activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad pudieran no estar en plena y estricta consonancia con la legalidad o con los criterios de transparencia, integridad y ejemplaridad que informan su actividad institucional y privada».
Nada sobre la segunda fundación
Sobre Zagatka, la Casa Real ha querido constar que Felipe VI desconocía hasta ahora su supuesta designación como beneficiario de dicha Fundación.
«Su Majestad el Rey quiere que sea conocido públicamente que S.M. el Rey Don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia de Don Juan Carlos que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona».
Don Juan Carlos nombra abogado
Casa Real también ha querido hacer público que el rey emérito «ha designado para su representación al abogado Javier Sánchez-Junco Mans que, en el ejercicio del derecho a la defensa, será a partir de este momento quien proceda a dar cuenta públicamente de las informaciones».
Hace 15 días el periódico británico The Telegraph revelaba que el primo y testaferro del entonces rey Juan Carlos, Álvaro de Orleans, cobró 39 millones de libras –cerca de 50 millones de euros- por ejercer como mediador en la venta del Banco Zaragozano a Barclays en 2003.
Unos días después el periódico suizo Tribune de Genève informaba de la existencia de una nueva cuenta bancaria, la mencionada Lucum, en la banca privada Mirabaud de Ginebra, por la cual el padre de Felipe VI habría recibido, el 8 de agosto de 2008, unos 100 millones de dólares del entonces rey de Arabia Saudí.