LLEVO 40 años denunciando los atropellos del separatismo catalán y culpando a todos los gobiernos de España de un crimen: haber entregado a Pujol y sus comisarios la educación y los medios de comunicación. Son estos, en Barcelona y en Madrid (El País, La Sexta) los encargados de asesinar civilmente a los críticos con la inmersión lingüística y el lavado de cerebro cultural –véase la intifada de los niños– en esa fatua cleptocracia despótica. Mucho he criticado -sin éxito- al PSOE y al PP por ese crimen compartido, pero no es momento de ponerse medallas inútiles, sino de ayudar, como podamos, a la nación. Por eso creo que debemos escuchar -no sólo oír- a Felipe, Guerra y Aznar.

Felipe y Guerra crearon el PSOE aunque aceptaron el PSC, cáncer del socialismo español. Aznar creó el PP, aunque hizo heredero a Rajoy, cáncer de la derecha española. Pero ninguno de ellos busca ya el poder. Y da igual si se arrepienten o no. Lo importante es que denuncian algo cuya gravedad conocen bien tras más de 20 años en el poder en los 40 de democracia. Felipe dice que él ya habría aplicado el 155. Y Guerra añade que el Rey tiene razón; que no se debe dialogar con golpistas, llámense Tejero o Puigdemont; que esta crisis proviene de 40 años de educación en manos de rufianes; que España no es una dictadura y el PSOE debe apoyar a nuestra Policía, no censurar al Gobierno; y que si la Policía y la Guardia Civil no bastan, ahí están el Ejército y la ley.

Aznar, que ya predijo que «antes de romperse España se romperá Cataluña» y lleva años pidiendo desde FAES a Rajoy que actúe, sacó ayer una nota diciéndole que «si no encontrara el ánimo para hacerlo o hubiera de reconocer su incapacidad entonces debería otorgar a los españoles la posibilidad de decidir qué gobierno, con qué propuesta y con qué apoyo electoral».

Y Rajoy va y responde con una entrevista en EFE pidiendo a Cocomocho que no proclame la república y que, en todo caso, él, que ya en la economía demostró que es más listo que nadie, hará lo que tenga que hacer cuando lo haga. Y Génova va y añade despectivamente que si Aznar quiere pedir el voto para Rivera, que lo pida. Cierto: es el único que, a diferencia de Rajoy y Sánchez, aplaude al Rey y pide lo mismo que Felipe, Guerra y Aznar, pero está bien que lo recuerden. Sobre tontos, suicidas.

 

 

FUENTE: ELMUNDO