Cuando escuchas ciertas tertulias guerra civilistas, oyes demasiadas críticas viperinas y asistes a tantas conversaciones incendiarias-incluso con políticos presentes-los pelos se te ponen de punta: ¿de veras estamos abocados a una clase política de “quita y pon”, a un circo de “marionetas bien pagás”, a un espectáculo bananero y barriobajero traído por populistas en nómina de lobbys insaciables y clanes mafiosos con intereses bastardos? Palabra de honor que algunas de estas cosas, y alguna aún peor, vengo oyendo de algunos individuos temerarios y políticos banales que crean disputas en clave nacional, algo polémico, peligroso e incorrecto, llegando incluso a aburrir tan cansina deriva populista. A nivel local los ciudadanos invocamos sensatez.
Otra cosa es la degradación progresiva de la confianza de la ciudadanía en sus representantes políticos, el daño a conceptos democráticos fundamentales que la derecha feudal provoca y la profunda brecha cainita entre las dos o tres facciones socialistas que amenazan con un cataclismo total de la izquierda en Mazarrón a manos de los legendarios jinetes del Apocalipsis, los “septuagenarios gurús” que cabalgan de nuevo. Comprendo que el nuevo cónclave progre en C/Progreso acera izquierda, convenidos a hurtadillas con el sínodo pepero de la otra acera, contribuye poco a tranquilizar a mucha gente, sobre todo a la que no quiere ser tranquilizada ni se ha puesto a descifrar la ‘delirante’-vamos a llamarla así-hoja de ruta para la recuperación democrática de una Agrupación Socialista en horas bajas.
La Legislatura ha comenzado como acabó la anterior, sí, con mal pie: con cicateras amenazas del bando socialista, diseñadas por los ‘hombres fuertes del partido en la sombra’, deslizando incluso la idea de facilitar una moción de censura apoyando al PP si UIDM se desmarca de los compromisos adquiridos. O con las peleas internas entre bandos dentro de la ejecutiva local, con presumible victoria del adalid de los “vetustos gurús” sobre un secretario general en fuga hacia doradas ocupaciones más espontáneas, dejando libre el campo político. O con pujantes asesores -signifique esto lo que signifique-a pares, uno para los acuerdos con UIDM, otro para los del PP. Y todos a saco por” rascar bola”.
Son muchos, en fin, los datos que nos anuncian que en el PSOE esto, así, no puede acabar bien. Las afirmaciones de que los datos económicos del Consistorio son alentadores, que no andan preocupados, ni por quien capitaliza las inversiones-gran lío bipartidista, aunque en el PP piensen que todo se olvidará, como se olvidó la “belle époque popular” cuando ellos mandaban-, ya son cuestionadas. El conciliábulo pepero ha adquirido, y temo que merecidamente, fama de mentiroso compulsivo, que es fama de la que uno no se desprende fácilmente, y también se ha ganado cierta reputación de ocupar, al margen de la eficacia y en aras del favoritismo a sus benefactores, parcelas de poder que no debería de ninguna manera acaparar. Y son esas cosas, más aún que otras más graves, las que los ciudadanos no perdonan.
Creo, confío, que el Regidor va siendo consciente de que no está precisamente en esa ‘tierra firme’ que él describe en sus intervenciones. No le quedará más remedio que levantar un poco el pie del acelerador. La invitación a su predecesor para mantener un acordado encuentro ha sido acogida con escepticismo por el apuntillado vicealcalde, pero lo cierto es que el todavía jefe del grupo municipal socialista ha recogido el guante. Sería del todo elogiable, cuando el pacto de gobierno lleva cinco años manteniendo el mandato municipal en su renovación, que de la reunión entre ambos dirigentes, quizás a principios de año, no salgan nuevos reproches y sí probables entendimientos para acercar posturas.
No está la situación para más desatinos: aunque se reprueben en lo personal, aunque se distancien en las formas, a veces lamentables en el terreno político, aunque sus proyectos e idearios fuesen, en el fondo, tan opuestos como algunos quieren pintarlo, ambos políticos tienen la obligación de entenderse, al menos en lo fundamental. Educación y respeto a las instituciones son cuestiones en las que no caben más desvaríos. ¿No podrían, hombre, y esto ya va por todos, hacer al menos un regalito de Navidad a los ciudadanos, aparcar “viejos duelos al sol”, dejar de “hacer la pata” a la gente y que “cada uno mate su vaquilla”? Nosotros también podríamos prometer ser buenos y dejar de hablar gratuitamente de política y revanchismo, aunque todos sigan “hilando babas” y estén “como loro en el alambre”. Puede que, al final, consiguiésemos tener la fiesta en paz y empezar un próspero Año Nuevo con ilusión y prosperidad.
POST SCRIPTUM: “A veces los cambios que tanto se desean están en las decisiones que no se toman. Para alcanzar el objetivo es necesario soportar el proceso”