El ministro se niega a fijar un horizonte para acabar con el confinamiento y guarda silencio cuando se le pregunta cómo será España este verano

 
Es, probablemente, el ministro más influyente del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus, el selecto grupo que asesora al presidente del Gobierno en la mayor crisis de la historia de la democracia. Grande-Marlaska defiende a capa y espada la gestión del Ejecutivo durante la pandemia, hasta el punto de parecer ofenderse cuando se le pregunta por la autocrítica. El titular de Interior niega bandazos del Gobierno, niega imprevisión y asegura que todas las decisiones del Ejecutivo estos días son exclusivamente producto de seguir las indicaciones de los científicos.

-¿Qué le pasó por la cabeza cuando escuchó que España se convertía en el segundo país con más contagiados notificados del mundo?

-Habrá que esperar a tener datos de la pandemia a nivel mundial para saber exactamente cuál ha sido la afectación en cada uno de los países. Tenemos metodologías distintas. Hay que ser muy cuidadosos en las comparativas entre países.

-¿Cuándo perdió España la oportunidad de aplanar la curva como hicieron Japón o Corea del Sur? ¿Cuándo perdimos la oportunidad de no convertirnos en Italia?

-No. No hemos perdido nunca la oportunidad de aplanar la curva. Todo lo contrario. Las circunstancias en cada país son distintas. El virus es muy complejo en su estructura hasta el punto que se dice que ha tenido una mutación desde que apareció en Asia.

-¿Qué no debería repetir el Gobierno si volviésemos, por ejemplo, al 15 de febrero?

-Es que no tengo ninguna razón para arrepentirme de nada ni este Gobierno tiene ningún motivo para arrepentirse de nada. Este Gobierno ha seguido desde el primer momento los criterios médicos y científicos exclusivamente. En crisis sanitarias de esta entidad el criterio científico es prevalente. Ahí sí que no hay ninguna posibilidad de actuar en contrario. No hay nada de lo que arrepentirse.

-¿Ni siquiera de no haber cerrado las fronteras con Italia entonces cuando ya se veían la gravedad de los brotes?

-Tampoco es que Italia en el mes de febrero tuviera una problemática manifiesta… El 15 de febrero no había una situación de una gravedad manifiesta en la Unión Europea. Y somos Unión Europea.

-Vale. ¿Pues no se arrepiente de no haber cerrado las fronteras con Italia el 1 de marzo?

-Es que adoptamos las medidas necesarias en los momentos precisos. Es cómo decir que la UE falló.

-Fin de semana del 8 de marzo. No solo hubo las manifestaciones del día de la mujer, sino infinidad de partidos y otros eventos multitudinarios. ¿De verdad que ni uno solo de los expertos puso objeción ninguna para que se celebraran esos actos a pesar de que la OMS ya había advertido a todo los Gobiernos de la gravedad de la epidemia?

-No hubo ni una sola objeción de ningún experto ni de la autoridad médica a que se celebraran eventos masivos ese fin de semana. ¿Usted cree que si hubiera habido alguna advertencia de alguna autoridad internacional, nacional o autonómica contraria a la celebración las diferentes administraciones en su ámbito competencial lo hubieran permitido?

-Pero horas antes la OMS sí que alertó de la gravedad de la pandemia.

-Las advertencias sobre la gravedad las teníamos, si usted quiere, desde enero, desde que vimos lo que estaba pasando en China. Otra cuestión son las medidas que se deben tomar atendiendo al criterio de las autoridades científicas y sanitarias.

-Si desde enero se conocía la gravedad de la situación ¿por qué España no empezó a comprar material entonces?

-¿Y por qué no empezó a comprarlo Italia?

-Pero yo estoy preguntándole a un ministro de España, no de Italia.

-Lo digo porque tiene la misma razón de ser en un sentido que en otro.

-¿Mal de muchos consuelo de tontos?

-No. No es eso. Las decisiones se adoptan conforme a las circunstancias y datos que tienes en ese momento. Lo importante es que hemos sido capaces de dotarnos de los medios materiales y personales necesarios para enfrentarnos a una crisis de gravedad manifiesta.

-Pero España solo salió a los mercados internacionales tras la declaración del estado de alarma.

-Eso no es real. Esto es un tema global de afectación mundial. La demanda ha sido importantísima durante esta crisis provocada por el coronavirus.

-Siempre que le han preguntado durante esta crisis usted ha dicho que sí, que el Gobierno siempre hace autocrítica. ¿Me puede decir un caso concreto de esa autocrítica? ¿Reconoce algún error concreto?

-¿Genera algún tipo de satisfacción que yo reconozca algún error o haga alguna crítica? ¿Nos tenemos que regodear en un pequeño error, en una pequeña deficiencia o en una pequeña falta de coordinación? Eso pasa en todos los ámbitos en el día a día. Lo importante es poner todas las energías en resolver la cuestión, no en regocijarnos en esos errores. Igual parezco intransigente, pero mi ocupación y preocupación ahora es que volvamos a la normalidad en el menor tiempo posible. ¿Por qué no hablamos que después de casi tres semanas estamos reduciendo los contagios de un nivel del 24% al 7%? ¿Por qué no hablamos de que la carga hospitalaria se está reduciendo? ¿Por qué no hablamos de que tenemos el índice más importante de personas recuperadas?

-Pero también habrá que hablar de que somos el segundo país del mundo en fallecidos y contagios contabilizados.

-Hablaremos de esos números cuando todo termine y sepamos cómo ha contabilizado todo el mundo.

-¿Pero a día de hoy España sabe realmente hasta dónde está llegando la pandemia de coronavirus? ¿Somos rigurosos con las cifras o se están infravalorando?

-España está siendo un país absolutamente transparente. España, a día de hoy, es el país que más test realiza sobre posibles contagiados.

-Primero el Gobierno dijo que rechazaba el estado de alarma, luego lo activo. El Ejecutivo le dijo a Torra que no había que endurecer el confinamiento pero después cambió de opinión ¿Entiende que la población esté desconcertada con tanto golpe de timón?

-No creo que haya habido ningún golpe de timón. Nosotros, insisto, nos hemos sustentado siempre en criterios de la autoridad científica en cada decisión. En cualquier caso, no vamos a hacer confrontación política. Eso vendrá después, cuando le pongamos coto al virus.

-El presidente anunció ayer la prórroga del estado de alarma ¿Hasta cuándo cree que se puede extender el confinamiento?

-Hasta que dictaminen los científicos y los médicos. Lo que tenemos que tener claro es que cuando volvamos a la normalidad será con un desescalamiento para evitar nuevos brotes. Tenemos que tener la seguridad de que no hay riesgo para la salud de los ciudadanos. Pero que nadie dude de que ya se está trabajando. Los técnicos ya están prediciendo escenarios para poder decidir la mejor forma para retornar a la normalidad con éxito.
 
 

FUENTE: IDEAL