El año pasado se cumplieron 100 años de la huelga de la Canadiense, una serie de altercados desencadenados en la ciudad de Barcelona a raíz del despido de ocho trabajadores de la compañía eléctrica Riegos y Fuerzas del Ebro. Los acontecimientos provocaron movilizaciones en la ciudad con cortes en los suministro de agua y luz. Tras varias semanas, el dueño de la Canadiense cedió a las demandas de los trabajadores: readmisión de los despedidos, aumento de sueldos, garantías de que no hubiese represalias y también la jornada de ocho horas, una medida pionera en el mundo. Esta conquista laboral se formalizó en todo el país mediante decreto en abril de ese año.

En España, la medida ha regresado con fuerza al debate público de la mano de la coalición de Más País y Compromís, que introdujeron una propuesta de reducción de días laborales durante el debate de presupuestos. Estas son algunas de las dudas que rodean a la semana laboral de cuatro días:

¿Qué proponen los grupos parlamentarios?

De momento no hay ningún borrador sobre la mesa. La propuesta saltó al debate público a través del poder legislativo gracias a Más País. La formación de Íñigo Errejón introdujo una enmienda al articulado en los Presupuestos Generales del Estado durante la semana final del debate parlamentario.

La formación planteaba destinar 50 millones de euros, mediante la utilización del fondo de recuperación europeo, para impulsar su implementación. La cantidad, proponía Más País, se destinaría a aquellas empresas que quisieran ensayar la iniciativa hasta que se consolidase el modelo. Se trataría de un complemento de reducción de jornada que permitiría instaurar la medida sin reducir el salario de los empleados. La enmienda finalmente fue tumbada por el gobierno y no continuó su trámite parlamentario.

¿Cuándo se podría implementar por parte del Gobierno?

Tampoco hay un criterio unánime entre los socios de gobierno o los miembros del Consejo de Ministros. Por un lado, el líder de Unidas Podemos afirmó que el Ministerio de Trabajo estudia la implementación de la medida. “La propuesta es interesante y me consta que el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz la está estudiando y, en el marco de una línea que ha sido definitoria del Ministerio, que es el diálogo social, se va a trabajar para explorar la reducción del tiempo de trabajo”, afirmó Pablo Iglesias durante el pasado 3 de diciembre en RTVE. Sin embargo, la ministra de Trabajo negó al día siguiente que la medida se hubiese puesto sobre la mesa en las negociaciones con los principales sindicatos y la patronal de trabajo. “Cuando este debate entre en la mesa del diálogo social, como siempre hacemos, lo trataremos. Pero ese debate, que es muy interesante, aún no ha llegado”, aseguró Yolanda Diaz.

Los ministros del PSOE son más suspicaces a la medida. “Es algo que tiene mucho atractivo desde el punto de vista conceptual pero en Alemania hay pleno empleo desde hace muchos años y España tiene el reto del paro», matizó José Luis Escrivá este miércoles 16 de diciembre en el Pleno del Congreso, en respuesta a una pregunta de Errejón.

¿Cuáles son los países o empresas que han experimentado con esta reducción?

«A nivel de país, no hay ninguna evidencia: hay que ir con micho cuidado», advierte Pedro Martínez, director del Máster de Recursos Humanos de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE). Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia, dio un tímido paso durante 2019, similar al del gobierno español, en el que propuso implementar la semana de cuatro días durante un debate público cuando aún era ministra de Fomento. Tras ganar las elecciones, su equipo de gobierno tuvo que aclarar que la medida no estaba en el programa del ejecutivo finés, pese a que fuese una cuestión abierta al debate.

En Nueva Zelanda, la filial de Unilever anunció recientemente que realizará un experimento anual con esta medida para sus 81 empleados en dicho país. Todos ellos trabajarán un 80% de su semana habitual con la totalidad del salario habitual. «Nuestro objetivo es medir la productividad en el producto final, no con el tiempo empleado en él. Creemos que las formas tradicionales de trabajo están desfasadas y no tienen sentido actualmente», dijo la empresa el pasado diciembre en un comunicado.

La experiencia de Microsoft en Japón, país con una alta tasa de suicidios por las condiciones de los trabajadores, fue positiva. Los japoneses cuentan con una cultura de fidelidad a la empresa, jefes y empleados muy superior a la occidental, y está bien visto salir después de las largas horas de oficina a consumir alcohol con ellos, pese a que eso reduce el poco tiempo que tienen para disfrutar de la familia o del tiempo libre.

¿Cómo afectará a la productividad del país?

«El sentido común nos dice que si somos capaces de hacer en 32 horas lo que hacíamos en 40, algo falla», explica Pedro Martínez. El docente considera que la implementación de la reducción de jornada debe ir acompañado de otras medidas que permitan una asimilación adecuada en cada país.

«Estamos inmersos en una profunda transformación de la sociedad. Hacemos más compras online respecto a las físicas y esto repercute en el mundo laboral», ejemplifica. «La pandemia ha sido un factor disruptivo en muchos temas como la inteligencia artificial; vivimos en una sociedad que esta apostando por la ecologización. Son muchos cambios que las empresas tienen que digerir», concluye.

Martínez pone de ejemplo a una empresa tecnológica de Jaén que ha adaptado con éxito la jornada de cuatro días, pero advierte que es un sector en el que las condiciones son más idóneas para ello. «Habría que ser precavido a la hora de hablar de país», concluye. «Habría que incluirlo en la negociación de los respectivos convenios colectivos de cada sector».

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL