Junts pel Sí (JxS) y la CUP negocian a contrarreloj la fecha de la declaración unilateral de independencia, que todos dan por segura en los próximos días. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) puso sobre la mesa ayer por la mañana que una fecha simbólica podría ser el próximo viernes, por coincidir con la proclamación de la República catalana por Lluís Companys en 1934. “El simbolismo del 6 de octubre queda fuera de toda duda, aunque eso deberá acordarse entre todos”, señala a El Confidencial una fuente interna de ERC. Mientras tanto, Carles Puigdemont elude dar públicamente cualquier fecha y busca tiempo para que la UE se implique y haga de mediadora ante Mariano Rajoy. Una mediación que, si tiene alguna posibilidad, saltaría por los aires en cuanto se produzca la DUI.

Sobre el día de esa declaración, un sector del independentismo desconfía de la fecha del 6 de octubre porque “tiene connotaciones negativas. Todos sabemos cómo acabó el tema en aquella ocasión: con el Gobierno de la Generalitat en la cárcel”. ¿Y qué opinan ANC y Òmnium Cultural, que se sienten cargados de fuerza tras haber «puesto los heridos» en el referéndum? El tema se ha planteado en el seno de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y prefiere mantenerse al margen de esa discusión. Lo único que exigirán es que sea «pronto». «Es cierto que una parte del independentismo preferiría otra fecha, pero nosotros acataremos lo que decidan los partidos, ya que nunca nos hemos metido en cómo organizan los detalles de la hoja de ruta”, dicen fuentes de la ANC a este diario.

Insisten en la entidad soberanista que dirige Jordi Sánchez en que la proclamación debe producirse “dentro de un plazo razonable de tiempo. Es verdad que la ley del referéndum da un plazo de 48 horas para trasladar los resultados de la consulta al Parlament, pero tampoco seremos inflexibles. En cierto modo, la fecha es irrelevante y podría ser cualquier día de esta semana, incluido el domingo. Lo importante es que la declaración se produzca y se cumplan los compromisos adquiridos en el pleno del Parlamento”. Un aviso al presidente Puigdemont de que la paciencia de ‘los Jordis’ tiene un límite.

La declaración de independencia debería producirse en un pleno que está aún por convocar. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, reunió ayer por la tarde a la Junta de Portavoces, pero solo quedó clara una cosa: el miércoles no habrá pleno ordinario, tal y como estaba programado en la agenda parlamentaria. Lo que quieren los independentistas es un pleno para “analizar las consecuencias del referéndum del 1 de octubre”, tal y como señaló el presidente de JxS, Lluís Corominas, ayer por la tarde.

No hay fecha del pleno ni orden del día

Esa sesión monográfica sería el marco perfecto para efectuar la declaración unilateral de independencia (DUI), ya que es la principal consecuencia de la consulta. Es más: podría coincidir con la fecha propuesta por ERC para la proclamación de la república catalana, el mismo día que lo hizo Companys hace 83 años. “En la junta de portavoces, impusieron de nuevo el rodillo y anularon el pleno del miércoles, con una falta total de respeto a la institución y a la oposición”, dicen a este diario fuentes de los partidos antiindependentistas. Y subrayan: “Ahora nos encontramos con que no tenemos el pleno que estaba agendado y que habrá otro pleno del que no conocemos ni la fecha ni el orden del día”. Por si fuera poco, en las últimas semanas no ha habido sesiones parlamentarias también por decisión de JxS y la CUP. En otras palabras: no existe desde hace un mes control alguno sobre el Ejecutivo que preside Carles Puigdemont porque los independentistas han anulado la actividad de la Cámara legislativa, que es la que debe fiscalizar la acción de gobierno.

Lo que sí teme la oposición es que el pleno sobre las consecuencias del referéndum será utilizado para aprobar la DUI. Corominas, por su parte, no quiso ser contundente y lanzó balones fuera para evitar confirmar la intención de aprobar una DUI: “El pleno sería para concretar lo que el ‘president’ decía ayer, que pasaba la responsabilidad al Parlamento de Cataluña de acuerdo con las leyes que aprobamos los días 6 y 7 de septiembre, de las consecuencias de la votación del referéndum de ayer, cuyo resultado, para nosotros, es vinculante”. Pero Puigdemont se cuidó mucho de señalar que no hay proclamación aún de resultados, con lo que el plazo de 48 horas para proclamar la independencia aún no corre.

En la reunión de JxS y la CUP de la mañana del lunes para discutir el calendario que más interesa a los soberanistas, “se barajó la posibilidad de pedir en el pleno ordinario la inclusión en el orden del día un punto para realizar la DUI. Incluso se llegó a plantear que la inclusión se haría el jueves por la tarde, al final del pleno ordinario, para respetar el debate de todos los demás puntos del orden del día”, reconocen fuentes independentistas a El Confidencial. La decisión de anular todo el pleno fue tomada tras reconocer que una modificación del orden del día similar a la del pleno de la desconexión de primeros de septiembre evidencia demasiado a las claras los métodos poco democráticos de los grupos mayoritarios. Y para evitar la imagen autoritaria y despótica, decidieron anular el pleno.

Ganar tiempo para la mediación

Y para mantener la presión, han forzado otra convocatoria de la junta de portavoces para el miércoles con el objetivo de decir a la oposición cuándo será el nuevo pleno (“lo más probable, esta misma semana”, enfatizó Corominas) y el formato del mismo para que “todos los grupos puedan valorar y, en todo caso, establecer las reglas de juego de este pleno”. Corominas dejó meridianamente claro que creen «que el pueblo de Cataluña se ganó su derecho a tener un Estado propio en forma de República, teníamos muy claro que este referéndum era vinculante y con los hechos que sucedieron ayer estamos aún más convencidos. Y por tanto, no fallaremos a la gente que ayer, de manera pacífica y democrática, fue a votar”, en un claro mensaje para tranquilizar a la ANC y Òmnium.

 

Lluís Corominas (d) y Roger Torrent, de Junts pel Sí. (EFE)
Lluís Corominas (d) y Roger Torrent, de Junts pel Sí. (EFE)

 

Y mientras en JxS y la CUP se lucha por ver cuándo ha de producirse la DUI, el presidente insiste en ganar tiempo para que la apelación a la mediación de la UE vaya cuajando. El presidente de JxS se apresuró a señalar que su grupo parlamentario se suma a la petición de que haya una “mediación internacional” y, concretamente, de la UE, en el conflicto. “Y no solo una mediación política, sino un amparo. Nosotros estamos determinados a tirar adelante democrática y pacíficamente, y reclamamos que la comunidad internacional, especialmente la UE, no puede mirar hacia otro lado, porque se están vulnerando los derechos individuales y colectivos de manera sistemática por parte del Estado español”. Una mediación que, cuando se produzca la declaración unilateral de independencia, quedaría automáticamente desechada.

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL