El caso del Doctorado del presidente ha sido la gota que ha derramado el vaso. Las elecciones anticipadas, no son una probabilidad, son un escenario real.

El furibundo ataque, en lo personal y en lo político, a cuenta de su Doctorado, representa un punto de ruptura, una línea roja que no debía ser atravesada. La bajeza de la denominada “clase política” ha descendido varios escalones.

El ataque concentrado de Albert Rivera, con el apoyo masivo de los medios de comunicación de la derecha, pretendían debilitar la posición del presidente presionado por la dimisión de la ya ex ministra de Sanidad. Todo quedará en fuegos de artificio; incluso los tertulianos más firmes de la derecha, han tenido que realizar auténticos malabares dialécticos para mantener una acusación que, con el paso de las horas, se derrite como un azucarillo. Es sorprendente analizar cómo esos “pseudo periodistas” se otorgan a sí mismos la capacidad intelectual y el derecho de enjuiciar la calidad técnica de un doctorado, cuando muchos de ellos, ocupan esos sitios no por propio mérito académico sino por fidelidad ideológica.

Decía el castizo que en España la envidia es el deporte nacional. Hemos podido escuchar en boca de “sesudos profesores” criticar una tesis doctoral que no han leído, porque el tribunal no estaba formado por catedráticos de la Universidad como ellos. Como todos sabemos que la Universidad española tiene un grave problema de endogamia y no pocos casos de nepotismo. El rigor intelectual y la capacidad de algunos “ilustres catedráticos”, afortunadamente no todos, es más que discutida, discutible. Se hace palpable una de las consideraciones que hace tiempo planteábamos. La privatización de la enseñanza y, en especial, la universitaria, ha generado un mercado de títulos con una bajada en paralelo de su calidad. La enseñanza privada necesita mantener la matrícula y maximizar sus beneficios económicos. La proliferación de títulos y “titulillos”, con escasa calidad y aún menos utilidad, en un sistema de enseñanza que tanto el de PP como el PSOE decidieron privatizar hace muchos años, es el resultado.

El escenario general favorece las opciones del actual inquilino de la Moncloa para convocar elecciones anticipadas. En estos poco más de 100 días de gobierno ha realizado una serie de propuestas con un cierto aire progresista con la idea de restar votos fundamentalmente a Podemos. No nos engañemos: Pedro Sánchez representa el nuevo bipartidismo. Ninguna de las propuestas realizadas representa un cambio real en las estructuras de poder. Muchos de los anuncios no se llevarán a la práctica. La contienda electoral los arrastrarán y postergarán algunos indefinidamente. Los grupos dominantes, anulado el 15 M e institucionalizado Podemos, abren una nueva fase de dominación política y económica.

La principal fuerza opositora de la izquierda está inmersa en una profunda crisis a raíz del caso “del chalet” que ha colocado a los líderes de esta organización en la bolsa común de unos políticos que representan a la “casta”. Los límites de Podemos se evidencian cada vez más. En estos momentos, lucha por sobrevivir en la arena electoral. Una organización que pretendía un discurso nuevo y alegre, se está convirtiendo en una “institución” clásica. Donde se pretendía, la participación y el debate político como una marca diferenciadora, es en la práctica una organización piramidal donde los círculos prácticamente carecen de capacidad de influir realmente ni en la estrategia común ni mucho menos aún en la política cotidiana. En este sentido la participación democrática de las bases del proyecto es cualitativamente inferior a la de los partidos clásicos de la izquierda.

Se constata cómo, al desaparecer por motivos personales los líderes, acaba pareciendo la organización un pollo sin cabeza; por otra parte, la lucha por el poder en el interior de la organización, véase el enfrentamiento en Cataluña que ha costado la dimisión de Xavi Domenech o el pulso de la organización andaluza contra Madrid, señala a este partido como heredero de gran parte de los vicios de las organizaciones políticas clásicas y prácticamente con ninguna de las virtudes de las que se autodefinen. Podemos claramente ha perdido su ventana de oportunidad, su subordinación de “facto” a la propuesta del nacionalismo catalán, le ha granjeado un importante desgaste electoral en el conjunto del Estado. Podemos puede perder, según las encuestas más de 20 diputados en las próximas elecciones. La tendencia general es al retroceso electoral que aprovechará el partido de Pedro Sánchez para recuperar gran parte del voto prestado que se fue a esa formación de izquierdas. Podemos se haya atrapada entre el yunque del apoyo al PSOE y el martillo de aparecer como subsidiaria del PP o de ciudadanos.

Por otra parte, la actuación de sus cargos electos en el caso de las bombas guiadas y de las fragatas vendidas a Arabia Saudita, muestran las miserias de una organización que tiene como objetivo, no se cansan de repetirlo sus dirigentes, el “control de las instituciones”. La diferencia entre el discurso izquierdista en la campaña electoral; ¿Dónde queda el no a las armas? ¿Dónde ha quedado el discurso del NO a la OTAN? ¿Dónde la denuncia de la deuda ilegítima? ¿Dónde la propuesta de renta básica?….. es evidente. Este baño de “realidad” obliga a Podemos a posicionarse al lado del PSOE convirtiéndose en muchos casos en su muletilla, las llamadas de Pablo Iglesias para co-gobernar caerán en saco roto. El PSOE en esta coyuntura tiene asegurado el apoyo de Iglesias lo que permite al PSOE presentarse como una fuerza progresista y ganar posiciones en ese electorado en disputa con la organización de Pablo Iglesias. Porque en definitiva ¿A qué Podemos debemos creer: a la organización del discurso de izquierdas o la real?

Como decíamos, Pedro Sánchez tiene una buena oportunidad para rearmar su liderazgo y lograr una victoria electoral que le sustraiga de las críticas sobre su interinidad. La debilidad del presidente del PP, Pablo Casado, a cuenta del “master que no hizo”, hace que Pedro Sánchez puede proponer una convocatoria electoral sin líder reconocido en el primer partido de la oposición. La situación jurídica del presidente del PP es cuando menos preocupante. La esperanza de vida política de Pablo Casado es muy corta. En estos momentos no está imputado por qué es aforado.

El ataque furibundo realizado por ciudadanos contra el presidente del gobierno demuestra el nerviosismo en las filas del partido naranja que ve cómo gracias a la moción de censura del PSOE ha perdido la oportunidad de sustituir al PP como partido preferente de la derecha. Rivera muestra sus flaquezas y oculta un pasado “turbio” en el campo de la acreditación universitaria. Según informó a la vanguardia el 14 septiembre, Albert Rivera ha perdido en los últimos meses no menos de una licenciatura y dos “masters” que figuraban con anterioridad en su curriculum vitae.

Desgraciadamente, algunos de los dirigentes políticos de este país pretenden ocultar su escasa capacidad política e intelectual con un abultado currículum en algunos casos inventado. Parece ser que el presidente de Ciudadanos es un caso similar.

Para el presidente Sánchez la situación se vuelve por momentos insostenible. Los presupuestos peligran, sus apoyos parlamentarios no son especialmente firmes, sobre todo en el campo del independentismo catalán. El cambio constante de posición del PDecat , dispuesto a negociar con el gobierno sin saltarse la legalidad un día, para romper el acuerdo alcanzado al día siguiente, impulsan al PSOE a presentarse como un partido de diálogo frente al Independentismo en la crisis catalana, mientras por otro lado, moviliza a centenares de policías y guardias civiles para demostrar a ese mismo electorado su capacidad de utilizar además de la zanahoria el palo.

Se evidencia en el independentismo catalán una importante fisura. Las bases de los partidos no tienen ningún poder frente al cesarismo que proviene de Bélgica. La dimisión de Marta Pascal, elegida en primarias, pero cesada por el dedo todopoderoso de Puigdemont lo evidencia. Lo vemos nuevamente con el cambio de posición del Pdecat en la negociación con el PSOE. El césar belga no ha dudado en descalificar al negociador con Madrid. Puigdemont sueña con tensar la cuerda fundamentalmente porque las penas de cárcel las cumplirán otros. La filtración de los movimientos del ex presidente de la Generalitat el año pasado, demuestran la cobardía del personaje. ¿Alguien podría esperar otra cosa diferente?

El Independentismo acaba de sufrir un nuevo mazazo en su principal argumentarlo: El victimismo: El director del Instituto de educación e investigación Martin Luther King jr de la Universidad de Stamford (California) Clayborne Carson, ha reprochado de manera contundente las referencias del presidente de la Generalitat y la utilización por parte del Independentismo de la figura del activista asesinado en 1968. Para Carson la utilización de Martin Luther King es “Ir demasiado lejos” porque “no veo que formar parte de España sea una opresión”. Es igual, para una gran parte de la parroquia independentista, el “procés” es en este momento una religión, una fe con sus dioses y santos y esperemos que no tenga mártires de verdad.

El ruido parlamentario a cuenta de unas titulaciones universitarias, oculta un debate más de fondo. Pedro Sánchez visitó a George Soros en su primer viaje como presidente camino de Alemania. Las finanzas internacionales quisieron cerciorarse de que el nuevo inquilino cumpliría con el papel asignado. Asistimos a la re-articulación de los grupos dominantes. Vamos a presenciar cómo se reorganizan en la nueva fase política nacional e internacional. La UE ha mutado y se albira una nueva redistribución del poder a nivel internacional. Los dos grandes bancos nacionales Bbva y Santander están en una situación muy compleja ¿será necesario que las clases populares los rescaten nuevamente?
 

 

EDUARDO LUQUE GUERRERO