“Con Rivera no”. El grito de los militantes y votantes del PSOE a las puertas de Ferraz tras la victoria socialista en las generales ha sido asumido como propio por Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno estaba dispuesto a escuchar al líder de Ciudadanos y llegar a acuerdos con la formación naranja. Pero, tras la reunión de ambos en Moncloa, ha cambiado de opinión. Y pasará al ataque.
Según explican al Confidencial Digital dirigentes socialistas muy próximos a Moncloa, Sánchez confirmó, tras su reunión del pasado martes con Albert Rivera, que “con Ciudadanos no hay nada de qué hablar y negociar”. Una conclusión a la que llegó después del tono “displicente” empleado por el líder de C’s durante su entrevista de 50 minutos.
La “decepción” de Sánchez
El presidente del Gobierno, afirman desde Ferraz, afrontaba ese encuentro con ganas de saber cómo había afectado a Rivera los resultados del pasado 28 de abril, con un PSOE avalado por casi 7 millones y medio de españoles para seguir gobernando y con un Ciudadanos que tenía en su mano llegar a acuerdos importantes con el Ejecutivo.
El líder de C’s, sin embargo, no cambió, en Moncloa, el discurso que mantuvo durante toda la campaña electoral: “Dijo que con nosotros no quiere negociar nada y que solo quería estar informado de las decisiones del Gobierno sobre Cataluña”.
La “nula” disposición de Rivera supuso una “sorpresa” y una “decepción” para Pedro Sánchez, que no descartaba llegar a acuerdos con C’s tanto para la legislatura como la formación de la Mesa del Congreso de los Diputados. No obstante, viendo “cómo respira” el presidente de Ciudadanos, en Moncloa y en Ferraz lo tienen claro: “Si él no quiere hablar con nosotros, nosotros tampoco con él”.
“Le podemos dejar fuera de la Mesa”
Las fuentes consultadas por ECD afirman que, tras ese encuentro, tanto en Moncloa como en Ferraz se habló de varias opciones para reaccoinar “en caliente”, pero con un denominador en común: “Que sea Ciudadanos el que sufra las consecuencias de no querer entenderse con el PSOE”.
Una de las opciones más repetidas en las últimas 24 horas tiene que ver con la negociación más importante que tienen que afrontar los partidos antes de hablar de la investidura: el reparto de los puestos para la Mesa del Congreso de los Diputados.
El plan inicial del PSOE, tal y como se desveló en estas páginas, era vetar a Vox acordando con PP, Ciudadanos y Podemos el siguiente reparto: 3 representantes para los socialistas, y dos para los otros tres partidos más votados. De esta forma, se respetaba el reparto de la pasada legislatura.
En Moncloa y en Ferraz, tampoco descartaban intentar dar entrada en el máximo órgano de gobierno del Congreso a ERC y PNV, los ganadores de las elecciones en País Vasco y Cataluña. Para ello, se apostaba por un pacto entre PSOE y Podemos para ceder dos de los asientos repartidos en la distribución 3-2-2-2 citada en el párrafo anterior.
Ahora, sin embargo, la postura del PSOE ha cambiado: “Si Rivera no quiere negociar nada, podemos perfectamente no hablar con ellos del reparto de la Mesa y dejarles fuera, dando sus dos escaños a ERC y PNV”.
“Tenemos 187 votos a favor”
Esa maniobra, de hecho, sería “perfectamente factible”, ya que el PSOE contaría con “mayoría absoluta” de las “fuerzas progresistas” de la Cámara para respaldar un reparto de la Mesa sin Vox ni Ciudadanos y con ERC y PNV. La propuesta socialista contaría con un total de 187 votos a favor: los 123 del PSOE, los 42 de Unidas Podemos, los 15 de ERC, los 6 del PNV y el de Compromís.
Así las cosas, los socialistas no necesitarían el apoyo del PP, aunque va a buscar su complicidad para que se sume a la iniciativa: “Rivera quiere convertirse en líder de la oposición y a Casado le conviene pararle los pies. Además, el PP ya metió en la Mesa del Senado al PNV hace cuatro años, así que no debería oponerse”.
El PP se pone de perfil…
Los populares, sin embargo, prefieren ponerse de perfil en esta guerra PSOE-Ciudadanos y no apoyarán la maniobra de los socialistas para dejar fuera de la Mesa.
Desde Génova 13 explican a ECD que se defenderá la designación de dos representantes de C’s, porque “sería el reparto lógico” y porque, además, al partido no le conviene un enfrentamiento abierto con los de Albert Rivera justo antes de unas elecciones autonómicas y municipales que pueden obligar a ambas formaciones a ponerse de acuerdo en comunidades y ayuntamientos.
Esta reacción del PP viene precedida de la noticia publicada por este diario en la jornada de ayer, en la que se informa de un pacto de la Moncloa entre Sánchez y Casado para “anular a Albert Rivera”. Una exclusiva que ha dado mucho de qué hablar y que ha provocado un cruce de acusaciones entre los populares y Ciudadanos.
Así, el portavoz de Cs en el Congreso, Juan Carlos Girauta, calificó de “lamentable” la estrategia de Pablo Casado, afirmando que se estaba equivocando de “adversario”. Horas después, Teodoro García Egea le respondió recordándole todos los pactos sellados por Ciudadanos con el PSOE.
… y C’s lo considera “un escándalo”
En Ciudadanos, más allá de esas acusaciones públicas, afirman que este acuerdo entre Sánchez y Casado es “uno más” y que no les “sorprende”, ya que “el bipartidismo siempre se ayuda”. PP y PSOE, añaden, “siempre están dispuestos a hacerse el boca a boca”.
Preguntadas por las maniobras del PSOE para dejarles fuera de la Mesa, las fuentes de la formación naranja afirman que ese acuerdo con Podemos y los nacionalistas sería “un escándalo”, por lo que esperan que no se produzca.
Además, añaden, tanto José Luis Ábalos como José Manuel Villegas tienen pendiente una reunión para abordar el reparto de la Mesa, por lo que esperan que ésta se produzca. Pese a ello, admiten, el PSOE aún no le ha puesto fecha.
Objetivo: una rebelión contra Rivera
Con el apoyo del PP o sin él, el PSOE va a mantener su amenaza de apartar a C’s del máximo órgano de gobierno del Congreso. Entre otras cosas, “para que todo Ciudadanos sea consciente de los riesgos de la estrategia de vetos de Albert Rivera”.
Desde Moncloa y Ferraz recuerdan que hay “importantes dirigentes” de la formación naranja, como Inés Arrimadas y Luis Garicano, entre otros, que “sí apuestan por un entendimiento” con el PSOE.
Estos dirigentes, añaden, “pueden levantarse contra Rivera si ven que él es el impedimento para llegar a acuerdos y el causante de que Ciudadanos pierda puestos importantes en el Congreso”. Por eso, “hay que dejar claro que si no hay sinergias entre nosotros es por su culpa”.
Desde el PSOE recuerdan, en ese sentido, que ya en 2016 “denunciamos los vetos de Pablo Iglesias” y el líder de Podemos “ya padeció las consecuencias”. Hasta tal punto, que se vio obligado a cambiar de estrategia. Un viraje que Rivera también se vería forzado a acometer ahora para no perder la presidencia de Ciudadanos.