Ser bueno en lo que haces. Que te paguen por ello. Que ames tu trabajo y que aportes algo al mundo. La filosofía japonesa del ‘ikigai’ recoge los cuatro mandamientos de la vida feliz. El periodismo se nutre de todos ellos, pero en su camino de rosas lo que brillan son las espinas. “El periodismo de investigación no es fácil en España, donde hay menos cultura de este tipo de periodismo que en el mundo anglosajón”. Marcos García Rey es periodista de investigación de El Confidencial. Buscar, indicar y ubicar en contexto es su cometido. El periodismo intencional, otro. Su causa-efecto: dimisiones en la esfera del poder.
Antonio Rubio, presidente de la Asociación de Periodistas de Investigación, calla con atención ante la falta de conocimientos históricos de los alumnos del curso de verano de El Confidencial organizado por la UNIA en Málaga en colaboración con Unicaja Banco. No saben quién es Roldán. No saben quién es Juan Antonio Roca. No saben quién es José Luis Corcuera. Tienen, en su mayoría, entre 18 y 24 años. El problema está en ellos, los jóvenes, les dice, “porque no leéis; si no leéis no sabéis escribir y si no sabéis escribir no sabéis hablar, y si no sabéis hablar no sabéis comunicar”. Porque para poder entender lo de hoy, un periodista debe saber lo que sucedió ayer. Buscar, indagar y ubicar en contexto también es su cometido.
Durante la primera sesión del curso, titulado ‘Periodismo de investigación, datos y reporterismo’, la idea de Kapuscinski de que el verdadero periodismo debe ser intencional, con vocación de cambiar algo, quedó sellada en la intervención de Rubio. ‘De la teoría a la práctica: de la investigación a la dimisión (o la cárcel)’ fue la primera mesa vespertina. Antes, inauguró las jornadas una contienda entre Nacho Cardero, director de El Confidencial, Nacho Escolar, director de ‘eldiario.es’, y David Jiménez, exdirector de ‘El Mundo’ y autor de ‘El director’, a la que siguieron una ponencia del propio García Rey y de la periodista de tribunales en El Confidencial, Beatriz Parera.
La antítesis del periodismo de investigación
Una ‘notitia criminis’ es aquella que sirve para llevar a un procedimiento judicial. En ese sentido, “una de las mayores proezas del periodismo de investigación es sacar temas sin que aún estén judicializados”, reconoce Marcos García Rey, quien recomienda que nunca hay que desvelar cuándo se va a publicar la información. La diligencia informativa es uno de los pilares fundamentales de la supervivencia de una información: grabar todas las conversaciones, usar una metodología exigente y agotar todas las posibilidades de error dentro del marco jurídico. Isabel Morillo, una de las delegadas de El Confidencial en Andalucía, lo sabe bien: “Con el tema de los brujos blancos me cubrí bien las espaldas. Lo grabé todo. Acreditadlo todo, fijaos en los detalles y tomad nota”, aconseja.
“En el periodismo actual, todos queremos sacar volumen y muchas historias, y eso es la antítesis del periodismo de investigación”, argumenta García Rey, de El Confidencial, cuya compañera Beatriz Parera reconoce que el apellido investigación está mal empleado: “El periodista lo primero que tiene que hacer es preguntar. La solución de la desinformación es el periodista combativo, que debe hacerlo a diario porque también es investigación rastrear una nota de prensa que recibes desde un organismo público”, sentencia.
Son esos organismos públicos los que ejercen presión sobre los medios de información. “En el primer momento en que doblas la cerviz, estás perdido”, reconoce Nacho Cardero, quien elogia la autonomía e independencia que disfruta en el medio que dirige, El Confidencial. “Tu independencia va muy ligada a tu modelo de negocio, a tu estructura capital, pero eso no es una excusa para que puedas informar de forma independiente y soportar las presiones”, argumenta en una mesa junto a David Jiménez y Nacho Escolar.
Marcos García Rey insta a que el periodismo de investigación ataque a lospoderes económicos, que son realmente un poder fáctico. “Los políticos son eventuales, a todos los podemos hacer dimitir”, asegura. Y es que, como apunta Nacho Escolar, la anómala situación de extrema debilidad de los medios de información tras la crisis económica merma, primero, la independencia, luego la credibilidad y finaliza haciendo de lo anómalo un hábito: “El poder no hace una llamada así [de presión] si antes no hubiese sido fructífera”, revela David Jiménez, autor de ‘El director’, para quien la presión económica es la que más daño hace: “Debes escuchar presiones que ponían inversores fundamentales para la supervivencia del periódico, pero el coraje de decir que no es esencial en el periodismo”.
La labor del periodista: acreditar, no filtrar
Que algunos medios de información hayan sucumbido al poder o dejado de hacer periodismo, con todas las acepciones de investigación, no deja de ser un intercambio de favores. Una situación que refleja el nivel de cultura periodística español: “España no tiene un nivel periodístico en lo que a relación con el poder se refiere que corresponda con una idea de país democrático del mundo occidental. La solución pasa por que los lectores vuelvan a ser nuestros jefes”, sentencia el exdirector de ‘El Mundo’.
Filtrar no es acreditar. La fuente filtra; el periodista acredita. Y desde la acepción tradicional de reporterismo, debe haber un contacto físico con la fuente: “El periodismo de investigación no solo se puede basar en la fuente documental, también tienes que intentar ver a la persona implicada”, insiste Agustín Rivera, delegado de El Confidencial en Andalucía, en la mesa que cerró la primera jornada del curso. A él, hace 10 años le vaticinaron la muerte periodística por embarcarse en el proyecto de El Confidencial. “La prensa digital es el presente y como no nos espabilemos, seremos el pasado”, alerta su director, Nacho Cardero.
En definitiva, en palabras de Isabel Morillo, “el buen periodismo se puede hacer en cualquier formato”. Y el buen periodismo es periodismo combativo. “En vuestra carrera periodística vais a encontrar mucha gente que os va a obstaculizar el trabajo, y si conseguís decir que no, os va a ir fenomenal”, repite David Jiménez. La diligencia informativa se puede alargar un mes antes de la publicación, dos días o varias horas. El periodismo, como sacerdocio, se ejerce durante toda la vida. Un camino de rosas cargado de espinas. Un camino con un ‘ikigai’ particular. Las tres ‘C’ de Antonio Rubio. En el periodismo: café, constancia y cariño.