El PSOE de Pedro Sánchez ganará con claridad las generales del 28-A, pero quedará lejos de la mayoría absoluta en un Congreso en el que los dos grandes bloques de izquierdas y derechas empatan a escaños, según una encuesta de 40dB. para EL PAÍS. Los socialistas obtendrían 122 diputados y un 27,1% de voto válido, ocho puntos por encima del PP, segundo con 76 parlamentarios. Ninguno de los dos bloques logra por sí solo mayoría suficiente para formar Gobierno y necesitarían el apoyo de los partidos minoritarios nacionalistas, hoy casi todos enfrentados abiertamente a las derechas. La encuesta solo dibuja dos opciones de Ejecutivo estable: una alianza de los socios de la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy y un hoy por hoy improbable pacto entre los socialistas y Cs.

A poco más de un mes de que los españoles vuelvan a las urnas en las terceras elecciones generales en menos de tres años y medio, el PSOE parte como claro favorito para vencer, pero el panorama de la gobernabilidad resulta mucho más complejo. El modelo de bipartidismo imperfecto que dominó la democracia casi cuatro décadas acabó —quizá para siempre— en 2015 con la llegada al Congreso de Podemos y Ciudadanos. Ahora, la competición es a cinco bandas, pues la irrupción de Vox en los comicios andaluces se trasladará al Congreso, donde la formación de Santiago Abascal debutaría con 31 escaños y un 10,2% de los votos, según el sondeo. Nunca desde la recuperación de la democracia una formación de ultraderecha había tenido una presencia así en la política española.

Bloques. Tanto el bloque de izquierdas (PSOE y Unidas Podemos) como el de derechas (PP, Cs y Vox) suman 162 diputados, a 14 de la mayoría absoluta (176 en un Congreso de 350 escaños). Pero solo el primero parece en estos momentos, con los datos del sondeo, capaz de armar esa mayoría, dado el rechazo total de prácticamente todos los partidos nacionalistas al PP y sus posibles socios.

PSOE. Once años después del segundo triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero, el PSOE volvería a ganar unas elecciones generales, subiendo casi cinco puntos y 37 escaños sobre los resultados de junio de 2016, según apunta el estudio, realizado con 1.500 entrevistas entre los pasados días 14 y 19. Sánchez no se ve desgastado por la gestión del Gobierno en estos meses, su actitud ante el desafío independentista catalán o los crecientes ataques de la oposición, pero para mantenerse en el poder deberá buscar más de un socio parlamentario, ya que un acuerdo con Ciudadanos no tiene en estos momentos virtualidad política, si se atiende a la decisión que aprobó por unanimidad la ejecutiva de Albert Rivera en febrero de no pactar con los socialistas después del 28-A.

Partidos nacionalistas. En ese escenario resultará decisiva la actitud de los partidos minoritarios nacionalistas, que se repartirían los 26 asientos restantes de la Cámara baja, que el sondeo no desagrega por siglas. La mayor intención de voto directa la registra entre ellos ERC (4,1%), a distancia del PDeCAT, Compromís y las dos formaciones nacionalistas vascas.

Fidelidad de voto. El PSOE, además, puede presumir de fidelidad en sus apoyos, vistas las conclusiones de la encuesta: el 64% de quienes le votaron en 2016 dice que volverá a hacerlo ahora, mientras que en el resto de los casos ese porcentaje se sitúa en torno al 45%. Y es quien más está movilizando a los abstencionistas y quien registra mayor intención de voto directa (17%, siete puntos por encima de Ciudadanos y más de nueve sobre Unidas Podemos y el PP).

Partido Popular. Pablo Casado se estrenaría en las urnas como presidente del PP llevando al partido a su peor resultado desde su fundación en 1989 —incluso por debajo de las cifras de AP en 1982 y 1986—. Los populares ceden, según el sondeo, 61 escaños y 14 puntos desde los anteriores comicios, pero, además, no le serviría para llegar a La Moncloa la fórmula del pacto a dos bandas con Cs y Vox que acabó en enero con casi 36 años de poder socialista en Andalucía.

Pese al giro que ha dado al PP hacia unas posiciones más conservadoras desde que se hiciese cargo de su presidencia, Casado sufre una notable fuga de apoyos a Vox (un 18,8%), casi igual que la que registra hacia Ciudadanos (17,7%). Junto a ello, es el partido que menos retiene al votante propio (43,3%).

Unidas Podemos. Si el PP cae, el otro gran damnificado sería Unidas Podemos, la coalición del partido de Pablo Iglesias, IU y Equo, que parece pagar la crisis que Podemos lleva viviendo los últimos meses, particularmente desde la ruptura entre Iglesias y Errejón. Con 40 asientos en la Cámara, cedería casi nueve puntos. Uno de cada cinco votantes de la coalición en 2016 se va al PSOE, según el estudio.

Ciudadanos. El partido de Rivera se convertiría en la tercera formación de la Cámara, con 55 diputados y un 17,7% de respaldo, cuatro puntos más que en la pasada cita en las urnas. Su voto registra fugas muy heterogéneas: un 10,6% de sus electores se inclina ahora por Vox, pero casi un 10% se va al PSOE.

Pactos. En este escenario sin mayoría absoluta, el pacto de gobierno que prefieren los encuestados —o que, al menos, ven menos malo— es la alianza de la moción de censura que sirvió hace casi 10 meses para sacar a Rajoy de La Moncloa y convertir en presidente a Sánchez: un acuerdo entre el PSOE, Unidas Podemos y los nacionalistas es el preferido por el 33,9% de los encuestados, 11 puntos por encima de la siguiente opción, un tripartito PP-Ciudadanos-Vox similar al pacto a la andaluza.

Un posible acuerdo entre el PSOE y Cs (la apuesta del 21,5% de los sondeados) divide a sus respectivos electorados: es la opción que cita el 41,8% de quienes se declaran votantes de Ciudadanos (casi siete puntos por debajo de los que optan por una triple alianza de derechas) y el 40% de los del PSOE (casi 15 puntos menos que los que plantean consensuar con Podemos y los nacionalistas).

Movilización. Tras un largo ciclo político cuyo inicio puede remontarse al final del bipartidismo mayoritario en 2015, la sociedad se encuentra bastante movilizada. La intención de voto del conjunto de la población se sitúa en 8,6 en una escala de 0 a 10 (con más de dos tercios de los sondeados dando por absolutamente seguro que irán a las urnas) y por encima del 9 entre el electorado de cada grupo. Una de cada cuatro personas que en 2016 decidieron abstenerse se siente ahora indecisa respecto a quién votar, en tanto que uno de cada tres apunta que volverá a abstenerse (o votará en blanco o nulo). En las generales de 2016, la abstención se situó en el 30,2%.
 
 

FUENTE: ELPAIS