Carles Puigdemont volvió a prometer que volvería a España en caso de ser elegido eurodiputado en las próximas elecciones europeas. Ya lo hizo en la campaña del 21-D y esa promesa le permitió imponerse a ERC en las últimas autonómicas. Lo que ya sonaba a farol hace un mes ahora se confirma. Personas de su entorno ya están matizando la promesa, una manera de dar marcha atrás y de poner en cuarentena la teoría de que al ser escogido gozaría de inmunidad parlamentaria, lo que le permitiría viajar a Madrid, personarse en el Congreso de los Diputados ante la Junta Electoral Central y jurar la Constitución para recoger el acta.
Así, en las últimas horas se han multiplicado las voces que han empezado a matizar la promesa clave de Puigdemont para estas europeas. El primero en corregir el tiro ha sido su abogado, Jaume Alonso-Cuevillas, en una entrevista a Europa Press. Alonso-Cuevillas aconsejará a el expresidente catalán que no vuelva a España. «Le aconsejaré que no lo haga. Si me hará caso o no, está por ver. No siempre me ha hecho caso en esto», a causa de que Ley Orgánica española de Régimen Electoral General (Loreg) refleja aspectos que no recoge la normativa europea pero que también están en vigor.
Cuevillas no miente cuando dice que a veces Puigdemont no le hace caso. La situación más sonada de ese tipo fue el 29 de octubre de 2017. Ese domingo Jaume Alonso-Cuevillas se reunió con Puigdemont en su domicilio en Sant Julià de Ramis (Girona). En la larga charla, Puigdemont nunca le contó que horas después iba a huir a Bélgica.
Sin embargo, no solo es su abogado, ahora también es candidato de JxCAT al Congreso por Girona. Así que se ha convertido en una persona de la máxima confianza del líder independentista. No solo está incrustado en su equipo jurídico sino que también se ha convertido en un estrecho colaborador político.
Como parte de esta estrategia para conseguir la inmunidad parlamentaria, el equipo legal de Puigdemont amplió la demanda contra el juez Pablo Llarena al Reino de España ante el Tribunal de Justicia Europeo en Luxemburgo. Una jugada que entonces el coordinador de las defensas internacionales aseguró que era de “largo recorrido”. Traducción: tardará casi dos años en prosperar en caso de que salga adelante.
Dudas sobre la candidatura
El independentismo que se siente tentado a votar a Puigdemont lo hace por el conflicto jurídico que puede crear si sale escogido, cosa que tampoco está clara con las encuestas en la mano. JxCAT se presenta sin su típica alianza con el PNV. Los vascos han preferido perder el escaño en Europa que presentarse con Puigdemont de cabeza de lista, como pretendía el político desde Waterloo. La apuesta le ha salido mal y ahora debe romper todos los pronósticos si quiere salir.
El PNV ha preferido perder su eurodiputado que concurrir en las urnas de la mano de Puigdemont, y eso complica sus posibilidades de salir elegido
La teoría de que Puigdemont volverá si logra su escaño cae por su propio peso. Si el retorno depende de obtener primero una cobertura legal en el Tribunal de Justicia Europeo, hay que dar media legislatura por perdida, y eso en el mejor de los casos. Por eso, su entorno está empezando a recular.
Matización
Así, desde Waterloo ya no se vincula el regreso a que salga escogido sino “a que pueda recoger el acta”. La intención es que el Parlamento Europeo le dé un trato excepcional, al margen del resto de eurodiputados españoles. Pero esta alternativa solo es teórica, según han explicado fuentes jurídicas y políticas en Bruselas.
Recoger el acta implica jurar la Constitución española en Madrid, en el Congreso y ante la Junta Electoral Central. Y que, además, la Justicia española hiciese una lectura retroactiva de la inmunidad parlamentaria, para que proteja a Carles Puigdemont de los delitos previos a las elecciones europeas, algo altamente improbable. Dicho de otra manera, si Puigdemont pone un pie en España será detenido, por mucho que digan sus voceros.