En febrero llegó el efecto rebote. Después de la gran caída de enero, en febrero el empleo se recuperó algo. Medido con la afiliación a la Seguridad Social, el número de cotizantes trabajando aumentó en 69.172 personas, elevando el número total casi 18,9 millones de afiliados. El paro registrado, por su parte, aumentó en 3.279 desempleados inscritos en las oficinas públicas, según las cifras divulgadas este lunes por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Febrero suele ser un buen mes para el empleo. El aumento de afiliación es más bajo que en 2017 y 2018, pero más alto que 2016. Desde que España salió de la recesión, en 2013, el número de cotizantes ha crecido todos los años. Menos claro es el comportamiento del paro registrado. En los últimos cinco años ha subido y bajado. No obstante, el dato de 2019 es el peor desde 2013, cuando aumentó en casi 60.000 personas.
Aparentemente, hay una discrepancia entre las cifras de Seguridad Social, que mejoran, y las de paro registrado, que empeoran. Sin embargo, ambos datos no tienen por qué tener siempre un comportamiento acompasado. El paro no solo depende de que haya más o menos trabajo, también de cómo evoluciona la población activa. Esto puede hacer que aunque se cree empleo, no se cree el suficiente como para que baje el paro si más personas lo demandan.
La ganancia de afiliación estuvo bastante repartida entre las diferentes ramas de actividad. La construcción y la educación ganaron más de 20.000 afiliados cada una, y la hostelería quedó cerca (19.694). También la industria manufacturera aumentó sus plantillas en 12.793 empleos.
Cuando se comparan las cifras de febrero de este año con las del ejercicio anterior, sí que se ve que la recuperación se frena respecto a otros años. Los 524.958 empleos creados en 12 meses suponen un incremento anual del 2,86%. Siendo datos bastante buenos -crear más de medio millón de puestos de trabajos al año lo es- es un ritmo menor de mejora que el que se ha mantenido en los últimos meses.
El segundo mes del año no es de los mejores para el mercado laboral, que coge tracción cuando empieza a prepararse la temporada turística, en marzo o abril, según cuando determine el calendario que cae la Semana Santa.