Los socialistas mantienen la hegemonía municipal con 21 alcaldes frente a 17 populares pese a perder el bastón de mando de Alguazas

 

El pulso político también se mide en los bastones de mando. El tablero local de la Región de Murcia ha vivido dos sacudidas recientes, en Librilla Alguazas, precisamente cuando se cumple poco más de un año de la constitución de los ayuntamientos tras las elecciones de 2019. PSOE y PP, los principales partidos en la Comunidad, libran su particular duelo por la hegemonía municipal y esta contienda, aunque eminentemente local, forma parte de la pugna regional.

Alguazas es el último escenario de esta batalla. Este municipio de 9.600 habitantes, enclavado en la comarca de la Vega Media, tiene el récord del mayor número de mociones de censura presentadas en la Región. Algunas fueron muy sonoras porque se sucedieron en el seno de… un mismo partido. En 2001, el PP desalojó al alcalde del PP: siete concejales populares plantearon una moción de censura para echar a su propio compañero de filas, el regidor Diego Oliva. ¿El motivo oficial? La falta de entendimiento entre el primer edil y sus colegas de Gobierno.

El municipio fue un bastión del PP durante dos décadas, pues los populares gobernaron desde 1995 -el año en el que llegaron por primera vez a San Esteban- hasta 2015. En aquella ocasión, el PP logró la victoria, pero los independientes, Unión por Alguazas (UxA), dieron la Alcaldía al socialista Blas Ángel Ruipérez y propiciaron un cambio de ciclo en la localidad. Cuatro años de mandato local dieron sus frutos y en 2019 el triunfo cayó esta vez en manos del PSOE. Los socialistas ganaron votos y sumaron un nuevo concejal (obtuvieron seis ediles), pero no consiguieron la mayoría absoluta y mantuvieron el poder gracias al fiasco de las negociaciones ente populares e independientes, que no se pusieron de acuerdo para dirigir juntos el Ejecutivo.

La moción de censura, subrayan los socialistas, ha estado siempre en el aire. «Nos amenazaban durante meses con la moción de censura», lamentaba el dirigente socialista Alfonso Martínez Baños. Lo cierto es que el segundo mandato de Blas Ángel Ruipérez comenzó con broncas, con los independientes acusando al alcalde de llamar «payaso» y «cobarde» a su portavoz. En febrero, la oposición reprobó al regidor y ya la moción cogía fuerza, pero finalmente no se presentó. El municipio, de hecho, lleva desde 2018 sin actualizar sus Presupuestos, con un Gobierno y una oposición incapaces de alcanzar un consenso. Sólo hubo un momento de tregua: fue a propósito de la covid-19, cuando las tres formaciones políticas suscribieron un plan de reactivación económica y social. 

Tras varios meses de amagos, PP UxA se daban la mano y sellaban el pacto que no había fructificado en el pleno de investidura. El pasado jueves, los cinco concejales del PP y los dos de UxA registraban una moción de censura para desbancar al PSOE del Consistorio. El cambio de poderes, que se oficiará el próximo 17 de julio en un pleno, se rubricará a través de la sexta moción de censura de la historia de Alguazas. Populares e independientes gobernarán en coalición, con el PP en la Alcaldía.

La polémica de la fiesta en confinamiento

La nueva alcaldesa, Silvia Ruiz, sin embargo, llegará al cargo con polémica, ya que le han recordado que celebró una fiesta de aniversario de bodas en pleno confinamiento, el 17 de marzo, tan sólo tres días después de que el Gobierno decretara el estado de alarma. Silvia Ruiz justificaba que la decena de personas que acudieron al festejo «pertenecían a la misma familia» y alegaba, en declaraciones a La Verdad, que hacía vida conjunta y confinada con la familia de su vecina, compañera en el trabajo. No obstante, en un vídeo publicado en redes sociales se escucha a uno de los asistentes decir: «No hagas directos, que no estamos confinados».

Los populares remarcan que la moción de censura de Alguazas no responde a una venganza ni tampoco es -recalcan- una estrategia para arrebatar Alcaldías. «El PSOE ha demostrado su incapacidad para gestionar durante todo este tiempo», como así defiende el dirigente popular Miguel Ángel Miralles, quien adujo que la moción no se había presentado antes por la pandemia. «Esto no tiene nada que ver con la actitud inmoral de aprovechar la renuncia de un alcalde del PP por su enfermedad», recriminó el secretario general de los populares en la Región, apuntando al caso de Librilla.

Pleno sorpresa en Librilla

Este movimiento político en Alguazas, que contó con el plácet de la dirección regional de los populares, se produce una semana después de que el PP perdiera la Alcaldía de Librilla. Fue una maniobra sorpresa. El regidor popular Francisco Rubio había renunciado por motivos personales y el Ayuntamiento celebraba el 24 de junio un pleno para elegir al sustituto. El PSOE aprovechaba la coyuntura para sumar sus votos a la formación local Unión Progresista de Librilla (UPrL) y apartar así al PP del Gobierno municipal. Los socialistas admitían que hubo contactos previos pero la decisión, afirman, se tomó a última hora.

Librilla, una población del Valle de Guadalentín habitada por 5.300 vecinos, también fue un municipio gobernado durante muchos años por el PP. El bastón de mando fue ‘azul’ desde 1991 hasta 2015, salvo un paréntesis socialista entre 1999 y 2003. Esta tendencia se rompía en 2015. Unión Progresista, que había empatado en concejales con el PP, recibió el apoyo del PSOE Mar Hernández Porras se convertía en la primera alcaldesa. Cuatro años después, el PP volvió a vencer en las urnas, esta vez sin empate, con cinco ediles frente a los cuatro que sacaron PSOE UPrL. La falta de acuerdo entre estos dos últimos grupos aupó a los populares a la Alcaldía.

Ahora, Mar Hernández vuelve a situarse al frente del Consistorio. Aun así, este episodio no ha dictado aún su última palabra: la regidora ya ha dicho que negociará con el PP para llegar a un acuerdo de Gobierno -los populares «han demostrado cierta competencia a la hora de gestionar», aseveró- y si no lo consigue, asegura que renunciará. «Si no hay compromiso por sacar acuerdos adelante, entonces volveremos al puesto que nos puso el pueblo», expresó Hernández en Onda Regional.

El PSOE, rey del tablero local

Así las cosas, el panorama municipal sigue dominado por el PSOE, que gobierna en 21 ayuntamientos (22 si se cuenta a Cartagena) de los 45 de la Región. El PP preside 17 Ejecutivos (pierde Librilla pero gana Alguazas), Ciudadanos gobierna en tres (AlbudeiteAledo Fortuna) e Izquierda Unida, en uno (Totana). Además hay dos localidades en manos de formaciones localistas: el Partido Independiente de Torre Pacheco (PITP) y el mencionado UPrL de Librilla.

El año 2015 invirtió las tornas en la disputa que mantienen PP PSOE. Los socialistas se hicieron con más de la mitad de los ayuntamientos, poniendo fin a una hegemonía incontestable de los populares durante mucho tiempo. En 2019 ambas formaciones acercaban distancias. La capital de la Región, no obstante, continúa en poder del PP –aunque en coalición con Ciudadanos-, intocable dese 1995. El PSOE de Ana Belén Castejón puso picas en Cartagena después de veinte años de gabinetes populares y accedieron al bastón de mando en 2017 tras un pacto con MC de José López. En 2019, los socialistas cambiaron de rumbo y pactaron con PP CiudadanosAquella firma a tres bandas significó la expulsión del grupo municipal socialista y hoy el PSOE es un partido extraparlamentario en la ciudad portuaria.

Las Alcaldías de Lorca Molina, la tercera y cuarta localidad por población, se encuentran en posesión del PSOE, aunque con distintas alianzas: Diego José Mateos gobierna la Ciudad del Sol con Ciudadanos mientras que Esther Clavero recibió el apoyo de Podemos en la investidura. En cambio, Alcantarilla, el quinto municipio más poblado, está dirigido por el PP de Joaquín Buendía en mayoría absoluta.